Made in Spain. Aunque quede poco acertado comenzar con este tópico, por una vez hemos de hacerlo. Si de algo tenemos que estar orgullosos es de ser probablemente el país con mas tradición en el mundo en cuanto a construcción de guitarras flamencas y clásicas se refiere. Y eso no es cualquier cosa. La evolución a lo largo de los siglos que ha sufrido el instrumento al que hoy llamamos guitarra ha sido grande. Desde hace ya bastantes años existe una tradición muy importante de guitarreros de altísimo nivel, los cuales han ido traspasando sus conocimientos a sus descendientes. Por ello no es extraño ver el rotulo “hijos de” en mas de una guitarreria. Nietos de famosos constructores continúan la tradición de sus ancestros para conservar un arte que, cada vez, cuenta mas conservar de un modo puro tradicional.
El pequeño taller familiar donde comenzaron todos los que hoy tienen un gran nombre dio paso en muchos casos a naves industriales con enormes almacenes de maderas y una plantilla que supera los veinte o treinta empleados. Los constructores que contaban con la ayuda de su hijo y de algún familiar mas no pasando de tres o cuatro en total son actualmente muy escasos, por no decir que salvo uno o dos, el resto pasaron o bien al apartado de grandes o medianas empresas.
Es estos tiempos de competitividad, a menudo los constructores tienen que plantearse su camino ¿sigo con el método artesano, que es mas caro, laborioso y menos rentable pero mas purista y con resultados de mas purista y con resultados de mas calidad, o escojo una opción mas rentable sacrificando ciertos puntos?
Las imitaciones que vienen de fuera afectan al gremio pero claro, la tradición y el buen hacer de los guitarreros españoles no tiene comparación, salvo casos contados.
Existen luthieres de altísimo nivel en Estados Unidos, centro Europa y otros lugares que, sin duda, realizan instrumentos del mismo nivel que se puedan hacer aquí, pero el recorrido de los años con el que se ha forjado la guitarra clásica no se puede igualar.
El largo periodo de investigación, desarrollo y experimentación ha ocurrido aquí, en España, lo que por fuerza mayor confiere una distribución y una maestría que no cabe en discusión.
La mayoría de artesanos de nombre están concentrados en la zona de Andalucía, como son Sevilla, Córdoba, Huelva, Granada, y también nombres del mismo nivel trabajan en Levante, concretamente en Valencia y Alicante. Madrid y Cuenca también cuentan con nombres de prestigio.
Vamos a entrar en detalle disfrutando y explorando este bello mundo de la guitarra clásica y flamenca, analizándolo desde el propio centro y saboreando todo aquello que tenemos al alcance de la mano en no pocas provincias españolas.
Proceso de Construcción
El arte empieza ya desde la elección de maderas, de las que luego hablaremos mas en profundidad. ¡Sin los mejores materiales no se pueden hacer las mejores guitarras! El proceso de secado es esencial para la longevidad de la guitarra. Los secados en hornos pueden a menudo jugar malas pasadas en sonido, comportamiento y resistencia. Los constructores clásicos de nivel suelen ser bastantes escrupulosos con la elección de las maderas. Esto garantizara que podrán desarrollar toda su capacidad de fabricación sobre esas maderas. De otro modo, la tarea se complicaría ademas de obtener peores resultados. Entre 5 y 8 años de tiempo estándar puede tardaren secar una madera con la temperatura adecuada para poder ser tratada. Cuando mas tiempo permanece en el secadero con la atención correcta, mas garantías tendremos que tanto la afinación como la estabilidad del instrumento serán mas solidas.
Aun estando bien secas, las maderas son seleccionadas nuevamente, con el fin de establecer calidades y destinar las diferentes piezas a unas series o a otras. Por lo general, la densidad de la veta, la direccion, la proximidad de los surcos, los giros, nudos, cambios de veta, la ausencia de perforaciones por parásito, la hegemonía, etc., son condiciones muy observadas y serán los test de calidad que pasaran o no las diferentes maderas para ser destinadas a aros, fondos, tapas, laminados, diapasones, mangos, palas, zoques, varas, etc.
Bien comparando, los buenos talleres de artesanos nos recuerdan a las bodegas, donde los caldos nacerán en la barriga, donde también es importante la madera que los contiene. Por cierto, a una temperatura constante, con humedad y luminosidad controladas por tecnología para asegurar un “reposo” optimo. Lo mismo ocurre con las maderas. Torres de tapas o tablas destinadas a futuros aros donde, a pesar de la rudeza de la tabla virgen, podemos oler, tocar y maravillarnos con unas increíbles vetas de maderas exóticas que bajo el polvo prometen ser parte de lago muy especial como es una guitarra. Una vez tenemos las futuras tapas se comprueba a mano una por una la flexibilidad y el armónico que nos da para, una vez mas, ser seleccionado en categorías según las características.
Aparte de la minuciosidad con que debe elegirse algo tan importante como una tapa, es todo un privilegio contemplar las tablas de maderas exóticas como la koa, el palosanto de Madagascar, el ya prohibido Rio, el cocobolo, la caoba, ect. Los futuros aros se pueden dar forma de varios modos: el mas artesano y autentico que menos perjudica la madera es el que deforma la tabla a base de calor y fuerza humana. Un rodillo o cilindro mas las manos del artesano se encargaran de ir dando forma a la tabla hasta obtener la cintura adecuada para que case perfectamente con las curvas de la tapa y del fondo.
Otra técnica implica el mojado de la madera, pero esto aun recortando el tiempo de trabajo sobre la tabla, que es mas agresivo para el material.
Después de años de secado es mas lógico no mojar la madera.
Las uniones de los mangos con las tapas o los cuerpos tienen varias escuelas, así como la propia construcción del os mangos. Algunos constructores los hacen de una sola pieza partiendo de un bloque de madera. Otros, la mayoría, optan por hacer el mástil de tres piezas: el mango propiamente dicho, la pala y el zoque o tacón. Realmente una u otra no perjudican o benefician al sonido frente a la otra. El diapasón es una pieza muy importante igualmente y una buena prueba de ello es ver la selección de ébanos para su uso. Aun siendo una madera muy densa y negra -ebano carbonero-, se puede apreciar la veta y en algunos casos diminutos puntos ocasionados por “huéspedes”.
Las guitarras de calidad ofrecen un tacto muy suave de sus diapasones, frente a las guitarras mas modestas que siempre, sea la guitarra clasica, flamenca, acústica o eléctrica, suelen presentar ese carácter áspero tan característico y poco acogedor.
Las varas o barras armónicas esconden mucha sabiduría y experiencia por parte de los constructores. Sus materiales y la forma de colocarlas suponen una de las claves de cada firma y, por ello, determinara parte de la reputación por el sonido que produzcan. Es increíble comprobar la importancia que otorgan al sonido definitivo de la guitarra. Conducen, reconducen, frenan, impulsan, acarician, enfatizan, controlan y nos regalan el sonido de la guitarra. Una barra que este medio centímetro fuera de su sitio puede ahogar un sonido. La inclusión de una pequeña barra de 3 o 4 cm de longitud y 3 o 4 mm de grosor puede dar ese ultimo empujón a los agudos del instrumento, dando el equilibrio que pudiera necesitar.
Si tenéis la gran suerte de que algún maestro luthier os enseñe su “casa” probablemente no olvidareis la experiencia. Una tapa con todas sus barras colocadas es toda una obra de arte de la física del sonido. Desde que pulsamos la cuerda hasta que la escuchamos podría parecer que poco ocurre dentro de la guitarra, pero realmente todo un proceso de aire, frecuencias, vibración y matices tienen lugar en su interior.
Dependiendo del tipo de madera empleado nos condicionara enormemente de cara a tener que colocar las barras. Un palosanto en el fondo y aros requerirá un realce de graves mucho menor que un arce rizado o una koa hawaiana.
Toda esta maravilla se esconde bajo la tapa de nuestra guitarra.
Otro componente a comentar es el barniz. Poliuretano, goma laca, a pistola, a muñequilla, etc. ¡Que importante es un buen barniz! Cuanto mejor es la guitarra, mas fina es la película de barniz en su tapa, aros y fondo. Una buena comprobación que podéis hacer es observar la tapa y el aro, de forma que la luz incida de lleno y veáis el reflejo para poder atisbar los surcos a través del barniz en la tapa. Si la veis plana es que el barniz es algo grueso, por mucho que os quieran decir otra cosa. Si observáis que el barniz es como una fina película que se mete y sale minimamente marcando las vetas de la tapa, entonces es un barniz bien aplicado. En guitarras buenas a menudo se usa un poliuretano de calidad para aros y fondo, mientras que en la tapa se emplea goma laca, por permitir una mejor vibración. En algunos modelos la goma laca se emplea en la totalidad de la guitarra.
La fileteria y los elementos estéticos tienen importancia nula en el sonido, pero cierto es que ver como se incluyen en la elaboración del instrumento es todo un placer y un trabajo de artesanía complicado y muy fino. Un detalle interesante es ver en algunos modelos de cierta calidad en adelante que no llevan filete o unión en el fondo, obligando al constructor a que la unión de las dos tablas sea simplemente perfecta. La fileteria ayuda bastante a compensar mínimas imperfecciones en las uniones, teniendo margen para equilibrarlas con los perfiles -filetes-.
Los ingletes de las uniones de los perfiles también demuestran la precisión de una firma. Tener en cuenta que hablamos de un trozo de madera de unas décimas de milímetro de espesor y que deben de coincidir lo mas perfectamente posible en un punto concreto con otro perfil de iguales características.
Un elemento también importante sera el clavijero, a veces descuidado pero de gran importancia. Un buen clavijero debe ser progresivo y no tener holgura en ningún punto, ademas de presentar un tacto suave.
Nos dará una afinación estable por mucho tiempo. Merece la pena invertir en un buen clavijero. Todo lo que no sea de alta calidad restara comodidad a la repetida y milimetrica operación de afinación, que durante miles de veces tendremos que realizar. La cejuela y la selleta del puente por desgracia suelen ser de hueso. Aun no se ha encontrado un material sintéticos empleados restan calidad y sonoridad al conjunto.
Las cuerdas, de las que ya hemos hablado, son “ese gran desconocido”.
La labor de experimentación con las cuerdas pueden llevarnos mucho tiempo, hasta encontrar “las cuerdas” que se adapten a nuestro toque y guitarra. No es de extrañar que, a medida que vallamos profundizando y subiendo de nivel, veamos juegos de 3 cuerdas de algún fabricante. Como apunte, comentaros que en valencia un fabricante ofrece modelos de clásico y de flamenco en versiones de 3 cuerdas. La explicación viene de algo lógico. En el nylon la diferencia de comportamiento se acusa mas que en un nickel o bronce en cuanto a flexibilidad se refiere. La diferencia entre las planas y las entorchadas dentro de un juego de clásico es grande. La prueba esta en lo que tardan en ajustarse y afinar. Siempre las entorchadas se comportan mas dócilmente que las planas. Aunque parezca que una cuerda es un trozo de plástico y poco mas, el color y la tensión de una cuerda influirán mas de lo que parece en el resultado final.
Lutieres
Si, aunque sea imposible de realizar, pudiéramos entregar exactamente las mismas maderas a varios constructores diferentes para que trabajasen con las mismas herramientas en el mismo taller bajo condiciones de temperatura y humedad idénticas… ¡Las guitarras resultantes serian todas diferentes! Cada una tendría un sello personal, un color que la distinguiría de las demás; cierto es que unas carecerán de algo y otras resaltarían sobre el resto, pero lo que esto significa es que la mano del artesano es algo tan importante que necesita una mención especial en nuestro reportaje.
Bajo tradición familiar o bien por iniciativa propia de crear un taller, también sin tradición ni interés especial por emprender un camino empresarial propio pero si con una pasión por la creación de instrumentos; de rebote, se han encontrado trabajando la madera de una forma que antes no hubieran pensado. Todos los caminos les han llevado a fabricar algo tan sumamente especial como es una guitarra.
De todas las partes de España, nombres como Alhambra, Azahar, Raimundo, Hermanos Sanchiz Carpio, Geronimo Mateos o Sanzano tienen un peso y una trayectoria de muchos años, quizá generaciones haciendo guitarras. Jose Romero, Tomas Leal, Miguel G. Cabezas, Rafael Romero o Jose Luis Gil bien dentro del mundo del clásico o del flamenco, de las guitarras tan especiales tipo Selmer, como en el caso de Geronimo Mateos, todos ellos se han especializado en las seis cuerdas.
Por esencia, todos buscan lograr “su sonido” que les distinga respecto a los demás. Sustain importante, sonido bien equilibrado con unos graves redondos y envolventes, agudos limpios y brillantes en su medida, buen volumen, tacto confortable, comodidad, etc. Realmente es casi lo mismo que los guitarristas buscamos en los instrumentos. Es duro para un artesano enfrentarse a los guitarristas que vamos a examinar su trabajo, a sacarles pegas mientras ansiamos encontrar “la guitarra” que nos de un feedback inmejorable. Pero debe ser así porque, por un lado, es la única forma de mejorar: a base de opiniones de muchos músicos el guitarrero se puede hacer una idea de lo que el guitarrista necesita. Es una situación un tanto romántica: el artesano fabrica y se expresa a través de sus manos sin saber tocar realmente el instrumento que fabrica; esto lo hace para que los que tocamos, o al menos lo intentamos con ganas, nos expresemos con nuestras manos a través del artefacto que han fabricado.
Estamos realmente cerca los unos de los otros, tan cerca que nos separa una pequeña pero gran distancia.
Podríamos decir que nos necesitamos: si una de las dos partes falla la ecuación no tiene solución.
Una vez me dijo un artesano al probar varias de sus guitarras: “Yo ya he hecho mi trabajo, ahora te toca a ti hacer el tuyo.” Totalmente cierto. Ademas de esto, la comunicacion entre músico y luthier personalmente me parece imprescindible si queremos conocer nuestro instrumento y por que se comporta como lo hace en todas las situaciones posibles. El vendedor esta, a menudo, en el punto intermedio entre el constructor y el músico. Aunque los buenos vendedores, no los que las mejores experiencias relacionadas con la música porque es ahí, en su casa, donde nace de la nada aquello que nos da tantísimas satisfacciones a lo largo de los años.
Importancia del proceso artesanal
Ya visto lo visto y leído. Lo leído nos podemos ir haciendo una idea del proceso de construcción y de la importancia de las manos del luthier. Conservar las tradiciones suele ser a menudo un gesto de involución y de anclaje a costumbres retrogradas que a menudo nos impiden mejorar y avanzar en el desarrollo personal y en conjunto como sociedad. El caso de la construcción de instrumentos precisamente requiere una conservación férrea de esa tradición, porque sino, estamos abocados a perder un autentico tesoro de sabiduría y experiencia. Con todos los constructores que he tenido la suerte de conversar me han dicho lo mismo: “Hombre, con los años siempre te vas dando cuenta de detalles que puedes mejorar. Siempre salen guitarras malas por que la madera esta viva y nosotros somos personas, pero con los años he ido desarrollando ideas y probando nuevas cosas: a pesar de mantener las costumbres antiguas, la guitarra ha ido evolucionando aunque sea poco.” Esto nos demuestra que, aun manteniendo la disciplina de construcción de nuestros predecesores, se puede introducir algún elemento de mejora sobre el proceso. Hay sectores que mecanizan en exceso o eliminan ciertas pautas de calidad o que priorizan la cuestión económica sobre la artesanal, pero menos mal que contamos con nombres de talla en nuestro país que velan por que la guitarra este en el lugar, no ya que merece, sino que necesita por identidad y belleza propias.
Maderas
La situación es alarmante: ¡se acaban las maderas! De hecho, una de las firmas mas importantes del mundo de acústicas, como es Martin, ha desarrollado una linea ecológica a base de aglomerados y serigrafias en las tapas, como alternativa real al gran problema de no sostenibilidad de materia prima. Algo tan bello como un árbol es ya, en muchos casos, un ser vivo extinguido o un espécimen cuya tala esta totalmente prohibida. Hay ejemplares exóticos altamente cotizados que circulan ilegalmente.
Las maderas como Wenge, Ziricote, Cocobolo, Snakewood, koa, etc. son ejemplares de elevado coste y belleza inigualable.
Lo que hace de una especie de árbol un elemento de alta o baja calidad para la construcción de guitarras se debe a varios factores. Uno de los mas importantes es su densidad: el ebano o el pau ferro -palo de hierro- puede doblar la densidad que el nogal, por ejemplo. Esto se traduce físicamente en una mejor respuesta de graves, ya que, al ser una madera mas densa y rígida, rebota con mayor crudeza las frecuencias graves. Al viajar estas mas lentamente a través del aire, si rebotan contra la madera mas blandas saldrán con menor fuerza al exterior, lo que hará que un tanto por ciento de aire se quede dentro del cuerpo de la guitarra. El ciprés por ejemplo, al ser mas blando que el palosanto o el ébano, es mas apropiado para guitarras flamencas que, ademas de tener una profundidad de cuerpo menor que las clásicas, requiere menos respuesta en graves y un ataque mucho mas rápido en incisivo en agudos.
Otro elemento decisivo en la calidad de una madera es su antigüedad. Una caoba de ochenta o noventa años probablemente ya sea un elemento extinto, pero de haber aun bloques de esta edad, su precio sera muy alto, probablemente de unos 12.000€ el metro cubico. Y es que si se ha conservado a buena temperatura y humedad, seria con toda seguridad uno de las mejores maderas posibles para aros y fondos macizos en una clásica.
Generalmente las maderas que se han usado y se usan -al menos las permitidas- para aros y fondos son: Palosanto de Madagascar, de india, de rio, cocobolo, koa, pau ferro, caoba. Hay muchas calidades según su procedencia. Ébano. La casa Burquet ha presentado este año en la Musikmesse de Frankfurt, un modelo clásico con doble aro y doble fondo en caoba realmente espectacular, Ciprés, etc. También se usa la Blackwood australiana, Palor rosa de India, de Honduras, Cerezo americano, nogal…
Para tapas, debido a la necesidad de que sean menos densas, se suelen usar un menos rango de materias. Los mas comunes para clásica, flamencas y acústicas son el abeto, también conocido como pino-abeto y el cedro. Debido a sus prestaciones tan diferenciadas se puede decir que hay dos corrientes claras de sonidos en cuanto a tapas se refiere.
Cedro
El cedro se usa tanto para clásicas como para flamencas y su principal característica es un sonido redondo desde el principio, de poca progresión a lo largo de los años y con posible perdida de calidad sonora en algunos casos. Mayor acento en graves, dando una unificación aterciopelada pero con una falta de brillo en la sección de agudos. El cedro nos dará un alto porcentaje de su potencial nada mas fabricar la guitarra, por lo que si necesitamos el sonido del instrumento, con tapa de cedro sabremos realmente lo que nos puede dar. La proyección es media y la definición también es media.
Abeto
El abeto, al igual que el cedro, se usa para clásicas y flamencas. Su característica básica es que necesita mas tiempo para madurar que el cedro. Tiene mas definición que el cedro, dando agudos brillantes y acentuados y, en un principio, graves menos redondos que el cedro. De mayor proyección sonora con el tiempo, hay que confiar en nuestro toque y en la naturaleza de esta madera para llegar a su máximo potencial. De color mas claro y luminoso que el cedro, da un sonido algo desequilibrado en el inicio, necesitando tiempo para sorprendernos y revelar su capacidad que, con diferencia, supera al cedro.
Esto no quiere decir que el abeto y viceversa. Cada madera tiene su prestaciones. El gusto personal puede decantarse por la redondez difusa y apagada del cedro o por la definición y agresividad del abeto.
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