Lucena

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El Ayuntamiento de Lucena recibe el legado de la Sierra de Aras y adquirirá el yacimiento arqueológico de Morana

LUCENA. La Sierra de Aras, monumento natural por excelencia en la localidad de Lucena, pasará a ser parte de todos sus habitantes como última voluntad de sus anteriores propietarios, quienes en un inmenso gesto de generosidad decidieron legar estos terrenos al Ayuntamiento de Lucena antes de fallecer.

Así se recoge en el testamento abierto otorgado ante notario de Teodoro Écija Cordón, quien “lega al municipio de Lucena, representado por su Ayuntamiento, la tierra rústica, tierra de serrizal, baldío y manchón, en el Partido de Marcelo o Cañada de Cartas, del término de Lucena, conocida como “Sierra de Araceli”, con extensión de 117 hectáreas, 73 áreas, 20 centiáreas, que es la finca número 21.254 del Registro de la Propiedad número 1 de Lucena. Con especial encargo de que se mantenga la finca en su ambiente natural para disfrute del pueblo de Lucena, cumpliendo así el deseo de su difunta esposa (Concepción de Mora Escudero)”.

Tras la lectura del mismo, el alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, ha querido poner en valor la generosidad de este matrimonio, que ya anteriormente había donado la titularidad de la propiedad familiar que conduce en la Sierra de Aras hasta el yacimiento a la Cueva del Ángel, y los terrenos del Santuario a la Obra Pía de María Santísima de Araceli.

“Desde el Ayuntamiento asumiremos el compromiso de mantener la finca en su ambiente natural para uso y disfrute de todos los lucentinos”, ha asegurado el regidor lucentino, quien ha destacado a partir de los informes emitidos por las diferentes delegaciones y personal municipal el “alto valor paisajístico, natural, sentimental, y de interés ecológico, cultural y científico” que posee esta zona, valorada en 114.000 euros y asentada mayoritariamente sobre suelo no urbanizable de especial protección paisajística, por lo que “solo se permite su uso como parque recreativo natural, existiendo la posibilidad de crear un parque periurbano para uso y disfrute de todos los vecinos”.

La propuesta de aceptación del legado de la Sierra de Aras será tratada en la Comisión Informativa de Régimen Interior para que pueda ser llevada a Pleno Municipal y, una vez aprobado el expediente, la Sierra de Aras quedará oficialmente unida de por vida a todos los lucentinos.

En otro orden de cosas, el alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, y la concejala de Patrimonio, Charo Valverde, han comparecido esta mañana para informar sobre la firma del documento administrativo para la adquisición de la finca donde se ubica el yacimiento arqueológico de Morana, un recurso que posee un alto valor patrimonial y que fue inscrito en el año 2000 como Bien de Interés Cultural (BIC) en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.

La concejala de Patrimonio, Charo Valverde, ha recordado que “han sido unos 20 años de intentos y negociaciones por parte del Ayuntamiento que ahora culminan con la firma del documento administrativo de formalización del negocio jurídico patrimonial consistente en la adquisición onerosa del yacimiento arqueológico de Morana”.

Como se recoge en las cláusulas del contrato, para la compra de este inmueble, el Consistorio lucentino deberá abonar una cantidad económica total de 251.860 euros, repartiéndose en un primer pago este año de casi 103.000 euros y de 74.000 euros correspondiente a las dos próximas anualidades.

Una vez resuelto el procedimiento administrativo, el Ayuntamiento trabajará para la puesta en valor de este recurso ubicado a media distancia entre Lucena y Jauja sobre un cerro de escarpadas laderas y difícil acceso, en la orilla izquierda del río Anzur, y cuyos orígenes se remontan al Bronce Final Orientalizante, en torno al siglo VIII a. C.

El yacimiento presenta abundante material de épocas ibérica, romana y algunos y dispersos restos musulmanes. Entre los vestigios arquitectónicos más interesantes destaca una doble línea de muralla: La primera rodea la cima del monte, mientras que la segunda se localiza en la zona más accesible, la ladera sur. En este segundo recinto destaca una atalaya ibérica situada sobre una meseta de altura menor que avanza sobre el terreno circundante.

De época romana hay siete cisternas de “opus caementicium” y revestimiento de “opus signinum” localizadas en el sector sur del cerro, datándose probablemente del siglo I a.C. También destacan de este momento un almacén, que podía corresponder a una obra hidráulica, y otros restos funerarios, posiblemente una cámara hipogea de cronología no definitivamente determinada.