BAENA.
Una reciente donación al Museo Histórico y Arqueológico Municipal de Baena permitirá a los investigadores conocer nuevos datos sobre el yacimiento arqueológico de Torreparedones, en concreto, sobre la época romana que, al parecer, fue la más importante como vienen demostrando las excavaciones. Se trata de un bloque de piedra caliza de 55 centímetros de longitud, 44 centímetros de altura y 45 centímetros de grosor. Como explica el arqueólogo municipal y director del Museo Histórico de Baena, José Antonio Morena, “corresponde a un hallazgo casual, acaecido en la década de 1970”.
En una de sus caras contiene una inscripción que menciona al “capostípite” o fundador de una familia de colonos de la élite local llamado Marcus Calpurnius. Según Morena, “conocíamos indirectamente a este personaje, que vivió a comienzos del siglo I d.C., a través del epitafio de seis libertos suyos, uno de los cuales poseía la fortuna necesaria para ser Augustalis o sacerdote de culto al emperador Augusto. Con tantos esclavos manumitidos, no cabe duda que este patrono poseyó grandes riquezas y, sin duda, perteneció a la aristocracia y al Senado local de aquella ciudad romana”.
La inscripción conmemora que construyó un arco y unas termas (ianum et balneum), especificando las cantidades dinerarias legadas para la construcción del baño y para su mantenimiento posterior (ad balneum…/ad tutelam…), que se desconocen porque la inscripción se completaría con otro bloque que estaría colocado a la derecha.
Como sostiene José Antonio Morena, “probablemente estas “Termas Calpurnianas” sean las que se han descubierto parcialmente bajo la moderna Ermita de las Vírgenes”. El hallazgo de un arco allí confirmaría tal hipótesis, ya que resulta difícil pensar que la ciudad contara con más edificios termales y parece ser que las termas ya excavadas junto al foro son anteriores, de época republicana, según opina el profesor Ángel Ventura de la Universidad de Córdoba y miembro del equipo que trabaja en Torreparedones.
Todos estos hallazgos epigráficos, junto a los escultóricos, demuestran la vitalidad social y el pleno funcionamiento de las instituciones cívicas a lo largo de los siglos I a III d.C. en aquella próspera ciudad romana que según todos los indicios sería la colonia Virtus Iulia Ituci que menciona Plinio el Viejo en su Historia Natural, dentro del convento jurídico de Astigi (Écija).
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