CABRA. Y volvió como se fue. A las 10’45 horas entraba de nuevo María Santísima de la Sierra en la parroquia de la Asunción y Ángeles tras el multitudinario regreso desde la iglesia de San Juan Bautista del Cerro, donde se han vivido unas jornadas históricas e inolvidables para todos los egabrenses.
Más cerca que nunca de sus devotos la Virgen pasó por calles estrechas llenas de encanto y acompañada en todo momento por su pueblo, con balcones, rejas y calles engalanadas para la procesión de la Virgen. En su paso por la Cuesta del Avellano y las calles Gonzalo Silva y Platerías, donde las hermandades del Huerto y la Expiración esperaban su llegada, pudieron vivirse momentos intensos y miles de papeles con los colores de la bandera caían en una bella lluvia de amor y devoción para la Patrona, tal y como nos muestra la foto de Antonio Mora. La noche terminaba con el repique de campanas de la torre que pronto volverán a dar su canto al cielo para despedir hasta el año que viene a la Virgen, en este año Jubilar que no ha hecho nada más que empezar.
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