Cabra

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El equipo investigador da a conocer nuevos datos del yacimiento arqueológico de La Beleña II

Las excavaciones en este yacimiento se realizaron el pasado mes de julio.
ARQUEOLOGÍA. Las investigaciones del yacimiento arqueológico de La Beleña II en Cabra avanza y el equipo de la Universidad de La Laguna (Tenerife) que desarrolla los estudios y que dirigieron las excavaciones realizadas el pasado mes de julio, han presentado los últimos resultados. 
 
Para ello los responsables de la investigación, Dolores Camalich, profesora Titular en el Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología e Historia Antigua de la Universidad de La Laguna y directora de la excavación, Ayoze Trujillo, antropólogo físico, y Dimas Martín, catedrático de Prehistoria de ese centro universitario. Los datos han sido hechos públicos mediante dos conferencias, una dirigida a estudiantes en el Teatro El Jardinito en la mañana del 20 de noviembre, y una segunda ese mismo día en el Museo Arqueológico de Cabra.
 
Según los investigadores, este yacimiento detectado el pasado mes de mayo supone el único hallazgo de este tipo y época en la mitad sur de la provincia. Se trata de un enterramiento colectivo en cueva artificial, cubierto por una cámara circular abovedada de unos 3 metros de diámetro y pasillo o corredor de acceso. 
 
Se cuenta con dataciones precisas de este yacimiento Calcolítico, de tal modo que se estima que la antigüedad del enterramiento se sitúa en unos 5.000 años, y que fue usado durante unos 300 años. De cualquier modo se va a realizar de inmediato una datación de los restos hallados de manera individual para ser más precisos en este aspecto. 
 
Los trabajos posteriores a la excavación han dado como resultado la identificación de restos de 20 individuos, hombres y mujeres de diferentes edades, en concreto de 8 mujeres, 7 hombres y el resto infantiles.
 
El enterramiento en este caso es colectivo y fue empleado como tal a lo largo del tiempo, de manera continuada, es decir que los cuerpos no fueron enterrados a la vez. Según ha destacado el antropólogo forense Ayoze Trujillo, los restos óseos no presentan indicios de patologías relevantes, tan sólo signos de artrosis en huesos de individuos de mayor edad, alguna fractura sin complicación, por lo tanto ello indica que no murieron a consecuencia de una epidemia o a consecuencia de un conflicto armado. 
 
Además los estudios de los restos óseos han hecho posible saber que la dieta de estas personas se basaba en las proteínas de origen animal, según ha explicado Ayoze Trujillo. Otro dato interesante es el dimorfismo sexual pronunciado que muestran los restos, es decir diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres, ya que los esqueletos de hombres muestran mayor estatura que las mujeres y mayor robustez.
 
Las diferencias con otros yacimientos del mismo período radican en que se trata de un yacimiento que estaba intacto, y que dada la época en que ha sido hallado, permitirá un estudio más profundo que en otros lugares, donde se realizaron años atrás, ahora será posible un trabajo más profundo.
 
Un dato indiscutible que los investigadores vienen resaltando desde el inicio es que en las proximidades de este enterramiento existía un asentamiento humano de entidad. De este modo las futuras actuaciones están pendientes de la realización de una prospección geofísica en la zona para determinar la existencia de otros enterramientos similares, algo que se considera bastante probable, con lo cual la zona sería en realidad una necrópolis, no enterramientos individuales.
 
Otro aspecto en el que se va a trabajar es en el estudio del ADN de los restos, que puede comprobar si hay parentesco entre los individuos que fueron enterrados en este lugar, lo que a su vez permitiría determinar su procedencia y el carácter del enterramiento.