PATRIMONIO. En los últimos días se hacía pública la polémica en torno a las obras que se han realizado en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles de Cabra, un templo que está catalogado como Bien de Interés Cultural (en adelante BIC). Según destacaba el grupo político Unidad Vecinal Egabrense durante el último pleno del Ayuntamiento a través de su portavoz Manuel Carnerero, las distintas obras parece ser que se han realizado en este edificio han incluido la modificación de elementos artísticos y la transformación de elementos arquitectónicos sin los imprescindibles permisos preceptivos por ser BIC, tanto de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como del Ayuntamiento de Cabra, y sin contar además con el asesoramiento de expertos en restauración del patrimonio ni Proyecto autorizado por la administración autonómica.
Al hilo de este asunto, este medio de comunicación también ha tenido conocimiento de los posibles daños que puede haber sufrido el Ara Bacauda, una de las piezas más importantes del patrimonio arqueológico de la localidad, en el transcurso de una serie de trabajos de albañilería realizados en la iglesia de San Juan del Cerro, templo dependiente de la Parroquia de la Asunción y Ángeles, donde se han producido los hechos anteriormente reseñados.
Unidad Vecinal Egabrense preguntaba durante el pleno por los trabajos realizados en la iglesia de la Asunción al equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento, sin que los populares ofrecieran allí una respuesta sobre este asunto, además de pedir a los populares que "se tomen las medidas oportunas e ineludibles" en este asunto, que por otro lado ha sido difundido en redes sociales.
Pero los hechos presuntamente delictivos que se han cometido en ambas Iglesias no son nuevos, es decir, hemos podido saber que las obras de la Parroquia de la Asunción y Ángeles comenzaron antes de la Semana Santa del año 2018, cambiando los púlpitos de sitio y la pila bautismal, y que todo es por voluntad del párroco José Antonio Jiménez Cabello.
Tras ello comenzó el cambio del retablo de la Virgen del Carmen, tirando el tabique donde estaba y situándolo en uno posterior que antes quedaba oculto. De esta manera se tiene acceso a una habitación donde se ha colocado un velario y antes estaban los tesoros de la iglesia, los cuales han pasado a la sacristía. En las fotos que se aportan se aprecia el desmantelamiento y el nuevo montaje, que no encajando perfectamente fue colocado por unos carpinteros como se aprecia, usando nuevos tornillos sobre las antiguas tablas policromadas, que finalmente fueron repintadas, no respetándose el pan de oro original y repintándose con pintura de purpurina.
El retablo conocido como de los “Santos médicos” fue repintado de la misma manera.
Donde estaba el retablo de la Sagrada Familia, el cual se repinta también, ahora está San Rodrigo, y las tallas que allí había están ahora en la Iglesia de San Juan de Dios.
En la sacristía se inhabilita la puerta que daba a los servicios de la iglesia, y para acceder a ellos se abre una puerta en un muro tras la sacristía, y se ha rematado en la parte superior por un cancel decorativo que nada tiene que ver con la estructura estética de la iglesia.
Nos han comentado feligreses muy cercanos a la Parroquia de la Asunción y Ángeles que tres imágenes que pertenecían a los fondos de esta institución y se guardaban en un almacén, han sido colocados en la ermita de la Virgen de la Sierra, no nos han sabido concretar si donadas a la Archicofradía o cedidas.
Y para terminar con esta Parroquia parece ser que se restauró la imagen titular, la Virgen de la Asunción que está en el altar mayor, también sin permiso alguno y por una persona no cualificada como restauradora.
Lo último fue en el exterior, la colocación en la fachada principal de la Iglesia, junto a la entrada, de un monolito con un Corazón de Jesús, que desdice con la fachada barroca.
Por otra parte, Sur de Córdoba ha tenido acceso a la documentación que un ciudadano preocupado por el tema ha dirigido a principios del mes de julio a la Dirección Territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Córdoba, para informar a la Administración competente sobre los trabajos realizados en la iglesia de la Asunción. En este documento se pregunta si las obras realizadas en el interior y portada del templo cuentan con la autorización necesaria para actuar sobre un bien del Patrimonio Histórico catalogado e inscrito como BIC. En el escrito se refleja que "se han realizado restauraciones en imágenes, retablos, se han abierto huecos y modificado puertas y otros elementos, y se ha instalado una escultura de escasa calidad artística sobre un pedestal en la puerta del templo junto a la portada barroca", situación que de haberse realizado sin los permisos correspondientes supondría una infracción de la normativa vigente.
Puestos en contacto con el nuevo concejal Delegado de Patrimonio del Ayuntamiento de Cabra, Francisco Casas, y preguntado sobre el tema nos dice que él se enteró de este asunto en el mismo Pleno y que al día siguiente empezó a recabar información, afirmando a este medio que sólo ha podido comprobar que se hizo una sola petición de permiso y era para la colocación del Sagrado Corazón en la fachada, y que el técnico del ayuntamiento, tras comprobar que lo solicitado era en un edificio declarado BIC trasladó la solicitud al órgano de la Junta correspondiente, sin haber tenido respuesta hasta la fecha, por lo que el Ayuntamiento no ha contestado nada. Sin embargo, se puede ver que la modificación la hizo el párroco. El concejal se extrañó de todo lo sucedido y dijo que seguiría investigando puesto que él, más que nadie, debe velar porque el patrimonio de Cabra se conserve íntegramente.
Y ahora pasamos a hablar de la Iglesia de San Juan del Cerro, porque allí presuntamente se ha cometido el mayor de los destrozos, puesto que el Ara del obispo Bacauda ha sido cortada por la parte superior y por la inferior, por la superior puede ser con un disco de lijado (sin saber cuántos centímetros se han suprimido, y por la inferior ha desaparecido la piedra que hacía como de peana antes de llegar a las inscripciones. Hay que saber que esta pieza arqueológica que apareció en el yacimiento de El Campillo, en el término de Cabra muy cerca de Zambra, es del año 650 (d.c.), siglo VII en la época visigoda, mide originalmente 1,15 m. de altura, 42 cm de anchura y 28cm. de profundidad (según datos de la Historia de la ciudad de Cabra de Nicolás Albornoz) constituyendo uno de los mayores tesoros arqueológicos de la ciudad por su singularidad, como muchos eruditos afirman y a los que se suma Antonio Moreno, arqueólogo municipal, con quien también hablamos y manifestó no saber nada del tema, considerando una barbaridad lo que le contábamos y un atentado muy grave contra el patrimonio de Cabra. Nos dijo también que esta pieza debería de haber estado en el Museo arqueológico municipal, pero que al no ser de su competencia directa él nunca hizo nada. Interesado ahora por el tema que le contábamos, dijo que investigaría la cuestión. Y también el concejal, Paco Casas, nos dijo que eso era una barbaridad, que era impensable que alguien pudiera haber hecho algo tan grave y que lo investigaría.
Pues bien, el Ara ha sufrido todas esas modificaciones para que, presuntamente, pudiera ocupar el sitio actual, debajo de la mesa del altar mayor, y ha sido metida en una urna de cristal o metacrilato como se aprecia en las imágenes.
Y en esta iglesia del Cerro, que no es BIC, también se ha superpuesto un suelo nuevo sobre el que se puso no hace tantos años y que, precisamente, se cambió para que por su calidad se pudieran evitar en lo máximo posible el tema de las humedades que tanto daño le han hecho a ese edificio. Se teme que las nuevas losas, que son de las que se comercializan para las viviendas, dejen sin el efecto antihumedad las que están debajo. La tumba de D. Cristóbal Luque y Ariza, que está situada en el suelo, también ha sido cubierta con metacrilato para ponerla a ras del nuevo pavimento, y parece que ya se observan signos de humedad. También parece que estas obras, que se realizaron en el verano de 2018, carecen de la solicitud del permiso correspondiente del Ayuntamiento.
Hemos podido saber que muchas personas cercanas a la parroquia de Asunción y Ángeles y a la iglesia del Cerro, bien por ser feligreses o por ser cofrades, se opusieron a lo que el párroco quería realizar, que esto salió en su día en algunas redes sociales, pero no alcanzó la difusión necesaria como para que saltara la alarma en aquel momento. Y nos consta que muchas personas discutieron con el párroco no haciéndoles caso a ninguna, incluso nos dicen que manifestó en una homilía que él haría lo que quisiera mientras no les pareciera mal a las personas que van todos los días a sus misas. Y en esas discusiones con algunas personas que le censuraban su proceder, también se le atribuye al párroco la frase de Grace Hopper, “yo prefiero pedir perdón a pedir permisos”.
Consultadas personas relacionadas con el Derecho, nos confirman que de ser cierto todo lo que presuntamente se ha hecho, las causas pueden constituir delitos, tanto por vía administrativa como por vía penal, con multas que pueden alcanzar cuantías elevadas hasta penas de prisión. No nos cabe duda, que lo que se hizo con aquel Eccehomo de Borja, es peccata minuta comparado con lo que se ha hecho sobre todo con el Ara de Bacauda, ya que aquel era de escaso valor artístico, no como esta Ara que tiene un incalculable valor arqueológico.
Por último, tenemos que añadir que este medio de comunicación ha intentado ponerse en contacto con el sacerdote, José Antonio Jiménez Cabello, que se encuentra de campamentos, y al no tener su teléfono lo hemos pedido a gente muy cercana a él y nos ha sido negado, incluso se han negado a darle el teléfono de alguno de nuestros redactores para que él nos llamara. Sin lugar a dudas, él está informado de todo, pero no quiere hacer declaraciones.
Les dejamos algunas imágenes más de las ya expuestas, que sirven como información gráfica y que muestran lo expuesto en el texto.