Tras las lluvias registradas en los últimos días, el río Guadalquivir y diversos arroyos presentan espectaculares crecidas por la falta de limpieza.
La falta de limpieza de los numerosos cauces que surcan la provincia de Córdoba, constituye una auténtica bomba de relojería ante la aparición de unas lluvias plenamente acordes con la estación del año en que nos encontramos.
En opinión de Asaja Córdoba, las esperadas lluvias otoñales pueden dar paso a un escenario de grave perjuicio para el sector agrícola, provocado por la inacción de Confederación en sus labores de mantenimiento de la red hidrográfica.
La llegada del otoño ha traído consigo la aparición de unas precipitaciones muy esperadas por todo el sector agroganadero de la provincia, en una campaña agrícola marcada por la aparición de una importante sequía que ha lastrado el buen desarrollo de numerosos cultivos así como de la cabaña ganadera en general.
Sin embargo sobre esta situación de reciente bondad hidrológica, pesa cada vez con más fuerza el pésimo estado que presenta la red hidrográfica de la provincia. En opinión de Asaja Córdoba, el que los cauces de ríos y arroyos se encuentren cegados en gran medida tanto por vegetación espontánea como por lodos y sedimentos, multiplica enormemente los efectos dañinos de las precipitaciones. De esta forma, un régimen de lluvias nada excepcional y perfectamente coherente con la estación del año en la que nos encontramos, ha elevado los niveles de riesgo ante posibles inundaciones. La crecida del nivel del río Guadalquivir a su paso por diversos puntos de la provincia de Córdoba, constituye una buena muestra de los efectos perniciosos que pueden provocar la falta de limpieza de los cauces.
Es a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a quien compete la realización de todas estas actuaciones de limpieza y mantenimiento y como tal desde esta organización agraria se le exige que cumpla con sus obligaciones.
De lo contrario asistiremos cada vez con más frecuencia a un escenario donde la lluvia y sus bondades, habrán dado paso al efecto destructor de riadas e inundaciones.
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