Número 9, número 9, número 9…

Una vez pasado el 15M parece llegado el tiempo de recoger lo sembrado. Ser indignado es el primer paso indispensable para una revolución.

 Leo en una reciente encuesta de intención de voto que el PP está a la cabeza con un 30%, seguido del PSOE con un 22%. En tercer lugar está Podemos con un 21%. Izquierda Unida queda ya a mucha distancia, creo recordar que con un 7%, seguido muy de cerca por UPyD. Luego vienen ya los partidos nacionalistas, vascos y catalanes, seguidos de Ciudadanos. Los que siguen, ya cuentan poco.

Así están las cosas después del verano. Parece que, sin mover un dedo, Podemos se ha colocado—de momento—en el tercer puesto en intención de voto. Luego vendrá el tío Paco con la rebaja, pero parece claro que es una fuerza con la que los de “la casta” van a tener que contar. ¿Por qué ha sucedido esto? Mi opinión es que después de forrenta años aguantando al PSOE y al PP, la gente está hasta los cojones de estos dos partidos, protagonistas de una corrupción ininterrumpida y de un nepotismo sin precedentes en todos los niveles de la Administración.

Número 9, número 9, número 9…

Con el 15M se dejó claro a los políticos que este país necesitaba una revolución. Parece que la revolución está llegando ahora de una manera que no todos perciben. Los políticos no quieren, ni de lejos, hablar de esto, pero Podemos es ya la tercera fuerza política y está a punto de pasar a ser la segunda. Podemos se ha comido a Izquierda Unida y está comiéndose al PSOE, y algo también al PP y a otros. ¿Qué ofrece Podemos?

Podemos ofrece una pizca de honradez y un mucho de marxismo bolivariano-bananero-leninista-chavista. No se si por pudor o astucia política habrán quitado de la red su programa político (como es costumbre que hagan los partidos de la casta, esto es el PSOE y el PP, al día siguiente de las elecciones). Yo lo leí al día siguiente de las elecciones europeas últimas y pude ver que se trata de una mezcla caótica de utopías marxistas trasnochadas junto con guiños de honradez, que comparto, e ideales colectivistas en los que cualquier persona medianamente sensata se pregunta con qué dinero van a financiar las descabelladas propuestas que hacen si algún día han de ponerlas en práctica.

Número 9, número 9, número 9…

Como no sea robando, no le veo yo salida a la financiación de las propuestas de Podemos; lo cual entra dentro de lo posible, ya que en su programa advertí un nulo respeto por la propiedad privada. Habrá que ver como se las apañan, si llegan al gobierno, para robar a los españoles más de lo que les está robando Montoro, que ha conseguido que los que pagamos a Hacienda—hay un 24% de “sumergidos”—destinemos el 55% de nuestros ingresos a sostener las veleidades de los políticos.

Hay quien piensa que la presión fiscal y el robo por parte del Estado es insostenible e inaguantable para los ciudadanos, pero se equivoca, porque en el camino de la sinrazón se puede llegar todavía mucho más lejos, como por ejemplo han llegado los ídolos de Pablo Iglesias; me refiero a Chavez y a Maduro, que con gran habilidad han conseguido que un país—Venezuela—que es uno de los mayores productores del mundo de petróleo se haya convertido en una gran masa de mendigos hambrientos, carentes hasta de los productos más básicos.

Número 9, número 9, número 9…

Esa es la política de Podemos, la que nos quieren implantar a cambio de los corruptos del PSOE y del PP. Estamos en Málaga y podemos terminar en Malagón.

¿A nadie en este país se le ha ocurrido pensar que la verdadera revolución que necesitamos es una revolución anarcoliberal? El Estado es el problema. La colectivización, el socialismo—ya sea de Zapatero o de Rajoy—es el verdadero problema, el que todo sea de todos y nadie trabaje por lo suyo. Si algo ha caracterizado siempre a los ciudadanos de los regímenes socialistas es la falta de ilusión. En este país estamos hasta los cojones de trabajar para Montoro más de 6 meses al año, y el pueblo es tan sumamente tonto que hace subir como la espuma en intención de voto a un tipo que pretende que trabajemos para él todo el año.

Sin que sirva de propaganda política, solo animaría al lector a que descubra que en este mundo hay algo más que corruptos y chavistas. Por ejemplo, puede entrar en www.p-lib.es Repito, hay otras posibilidades de hacer política.

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