RELIGIÓN. Esta madrugada ha tenido lugar el traslado de la Virgen de la Sierra desde la parroquia de la Asunción y Ángeles hasta el picacho, no llevándose a cabo como tradicionalmente ocurre a hombros de sus costaleros, sino en la camioneta habilitada al efecto, y que ya sirviera años atrás para las visitas de la Virgen a Córdoba para la Magna, y a los pueblos cercanos a Cabra, donde la imagen de esta Virgen es muy venerada.

No ha llegado al mes la estancia de la patrona y alcaldesa perpetua de Cabra entre su pueblo, la situación sanitaria por la pandemia ha hecho que este año todo haya sido distinto, realizándose todo para evitar aglomeraciones de devotos. Así se decidió que la ‘Bajá’ no se hiciera en romería como cada 4 de septiembre, ni que la Subida se hiciera a cuestas rodeada de la multitud que la sigue, ni que la tradicional procesión del día 8 llegara a celebrarse.

También el acceso a la parroquia para visitarla o asistir a los cultos previstos por la Archicofradía han contado con las restricciones de aforo recomendadas por las autoridades sanitarias, habiéndose observado en todo momento una actitud comprensiva entre los devotos.

Hoy, tras pasar por el Asilo de ancianos y el Hospital Infanta Margarita, la imagen de la Virgen de la Sierra abandonó el pueblo y fue llevada hasta la Sierra donde será visitada por los devotos y donde pasará los próximos once meses antes de que los egabrenses vuelvan a bajarla como siempre, sin pandemia y a hombros de sus costaleros.