Cabra

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Se ha jubilado un grandísimo maestro: D. Antonio Córdoba Arroyo

Las fotos son pertenecientes a Francisco Suárez Rivera

EDUCACIÓN. Un maestro muy querido para muchos niños ha dejado la docencia por jubilación este miércoles en el colegio Ntra. Sra. de la Sierra, Don Antonio Córdoba Arroyo. Después de 36 años como maestro en diferentes centros educativos de Cabra y de fuera también, es merecedor de tener tiempo libre ilimitado para descansar y dedicarse a sus muchas aficiones, que van desde su deporte en general hasta el buen uso de las nuevas tecnologías, pasando por su cabalgata de los Reyes o su natación veraniega en el Parque Deportivo, y donde seguro que no va a faltar una buena lectura, ahora ya en cualquier época del año y relajadamente. 

Este miércoles fue un día inolvidable para él, toda la comunidad educativa de su colegio le rindió un cariñosísimo homenaje, el recreo se convirtió en una gran ola verde, en homenaje a D. Antonio y su Betis, que iba y venía arremolinándose ante él mientras se sucedía el homenaje. Un día alegre que seguro que se mezcló con la tristeza de dejar las aulas que tanta vida le han dado. Algunos antiguos alumnos tampoco quisieron perderse este acto y se personaron para agradecerle a su maestro D. Antonio todo lo que se preocupó por cada uno de ellos. A los buenos maestros siempre se les echa de menos.

Empezó como maestro de Educación Física y terminó como tutor en Educación Primaria. Siempre ha sido un maestro ejemplar, dedicando mucho tiempo a su alumnado y enseñándoles valores tan importantes como amar lo que hacen, porque él ha amado su trabajo como maestro, y eso se notaba cuando impartía clases, como las de Educación Física que daba tan distintas…

También destacaba por la gran sensibilidad que tenía por el colectivo de personas con discapacidad. Para él eran todos iguales y no hacía sentirse a nadie menos que los demás, así lo hacía ver en sus frases siempre animosas a los más débiles. Dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, D. Antonio inventaba métodos para que cualquier alumno siguiera sus clases, sin discriminación ninguna e integrando, es, sin duda, un ejemplo a seguir en este aspecto y en otros muchos.

El director del colegio dijo que “hablar de Don Antonio es hablar del color verde de su Betis, de su Tablet verde, de sus frases que seguirán resonando en nuestros pasillos y en nuestros corazones. “Buenos días queridos alumnos y alumnas…”, “Buenos días don o doña…”. Su huella seguirá en el colegio.”

Maestro de nuestros nietos, de nuestros hijos, de nuestros hermanos, rara era la casa donde no se comentaba: ¡Qué pesadito se pone D. Antonio con la alimentación saludable! Muchas de sus enseñanzas trascendían las aulas para colarse en las casas de muchos egabrenses y servir también para educar dentro de la familia. Como él educó a su hijo, hoy Doctor en ingeniería, de la mano de la maestra Loli, su contrapunto exacto como ejemplo de trabajo en equipo dentro y fuera de las aulas.

Precursor de las TIC y de que ellas llegaran al aula de manera correcta y no sólo en el papel le llevó a colaborar en su divulgación en Jornadas y cursos promovidos por la Junta o el CEP. Y siempre animando con su buen carácter a las actividades de familias y docentes, involucrándolos en estos temas de las nuevas tecnologías pidiendo su participación, y reclamando a los docentes su buena formación.

A él le daba igual que fuese miércoles, viernes por la noche o domingo, si había una carrera deportiva en Cabra, o cualquier acto que lo requiriera ahí estaba él animando el cotarro y dándolo todo, sensibilizando a todos de la gran importancia que tiene el deporte en nuestra salud y nuestro bienestar.

Y fuera del tono objetivo de toda noticia, permítanme los lectores que me dirija particularmente a D. Antonio. Ojalá todos los maestros fueran como tú y transmitiesen todo lo que tú nos has transmitido en todos estos años. Has pasado por muchísimos colegios para quedarte finalmente en el Colegio Virgen de la Sierra, y yo creo que todos los alumnos que has tenido nos hemos llevado muchas cosas positivas de ti en nuestro corazón, y eso no lo olvidaremos jamás. Y como tú dirías… ¡Qué calidad! Calidad la que tú tienes como maestro, como amigo, como persona…

Siempre te recordaré como un gran maestro, pero lo más importante es que sé que siempre te tendré como amigo.