AGRICULTURA. El sector agrario andaluz no puede más y no va a esperar a manifestarse en la protesta nacional convocada para el 20 de marzo en Madrid. Ante la grave crisis que están sufriendo los agricultores y ganaderos andaluces, que están al límite, las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, han decidido, en unidad de acción, intensificar, desde ya, las acciones reivindicativas. Por ello, el próximo 25 de febrero, el sector agrario llevará a cabo un paro general agrario en Andalucía, además de celebrar una gran manifestación en Sevilla, que saldrá desde el Estadio Benito Villamarín y culminará en la sede de la Delegación del Gobierno, en la Plaza España.
Los motivos que tienen asfixiado al campo andaluz y que van a llevar a agricultores y ganaderos de todas las provincias andaluzas a paralizar la producción agroalimentaria y llevar sus protestas a las calles de la capital andaluza tienen que ver con los precios, la subida de los costes de producción, las novedades sobre cuestiones laborales, la competencia desleal, la reforma de la PAC y, para colmo, una sequía severa, que asfixia a las explotaciones agrarias andaluzas desde hace varios años.
Se trata de un cúmulo de circunstancias muy perjudiciales que está hiriendo de muerte al tejido productivo andaluz y que está haciendo inviable la subsistencia de las explotaciones agrícolas y ganaderas, abocando en muchos casos al abandono de una actividad que es clave para el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales, ya que crea empleo, fija población al territorio, cuida el medio ambiente y da vida al medio rural.
Concretamente, ASAJA, COAG y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía exigen que toda esta problemática sea abordada con la magnitud que se merece, como un problema de Estado y de manera transversal por parte del Gobierno, con la obligada implicación de la Junta de Andalucía, y que se tomen medidas urgentes que garanticen precios justos en origen, ayudas por la inasumible subida de los costes de producción, control exhaustivo de las importaciones de terceros países, corrección del Plan Estratégico de la PAC que machaca al sector agrario andaluz, y una política hídrica real y consensuada, acompañada de ayudas e inversiones, que permitan paliar los nefastos efectos de la sequía.
La grave crisis generada por el indiscriminado aumento de los costes de producción está lastrando la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la comunidad autónoma. Los costes de producción se han disparado para los agricultores y ganaderos a niveles nunca vistos. Los piensos para el ganado se han encarecido un 30% en el último año. También son más caras las semillas (+20%); los abonos (+150%); el agua (+33%) o los plásticos que se utilizan en los cultivos de invernadero (+46%). Pero las subidas más espectaculares son las que afectan al gasóleo que usan los tractores (+73%) y a la energía eléctrica (+270%). También, el SMI ha subido un 29,7% en los últimos tres años y con la nueva propuesta de subida se va a un 35,89% de incremento.
Mientras esto ocurre, los alimentos siguen encareciéndose en la cesta de la compra para los consumidores, que pagan más por los productos que adquieren. Un aumento de precios que, sin embargo, no repercute en los agricultores y ganaderos, el primer eslabón de la cadena alimentaria, que ven cómo se incrementan sus pérdidas porque ni siquiera cubren los costes de producción con la venta, mientras que al mismo tiempo llegan a nuestros mercados productos importados de terceros países que no cumplen con los requisitos exigidos en la Unión Europea, ni en calidad ni en seguridad alimentaria ni en su proceso de producción.
Asimismo, agricultores y ganaderos andaluces ven mermada sus rentas con el recorte severo de la nueva PAC, que supone un varapalo para Andalucía, ya que los productores de la comunidad perderán hasta 450 millones de euros por la reformulación planteada por el Plan Estratégico de Luis Planas como consecuencia de la reducción de regiones y del modelo de ecoesquemas diseñado. Todo ello, sin olvidar, que agricultores y ganaderos deberán asumir mayores compromisos y requisitos medioambientales con un menor presupuesto. En este contexto, la situación meteorológica, caracterizada por una sequía persistente y difícilmente controlable por el ser humano, redondea lo que es una tormenta perfecta contra la rentabilidad y el futuro del sector.
Por todo ello, ASAJA, COAG y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía hacen un llamamiento a agricultores, ganaderos y cooperativas para que acudan a la gran manifestación y tractorada del próximo viernes 25 de febrero y que al unísono reclamen políticas y medidas coherentes para garantizar la dignidad de las explotaciones agrarias y salvaguardar el campo de Andalucía.