BALONMANO. COPA DEL REY.  Mañana jueves a las 09.30 horas parte desde el Aeropuerto de Sevilla la expedición del Ángel Ximénez hacía Gijón, donde el conjunto pontanés jugará la Final a 4 de la Copa del Rey. El ambiente que se respira entre jugadores y afición es de tranquilidad.

El objetivo del equipo que dirige Fernando Barbeito, no es otro que el de ser lo más competitivo posible ante el FC Barcelona, que llega en busca de conseguir el triplete. La Liga ya la conseguía de manera impecable, y hacía lo propio el pasado domingo con la Copa de Europa tras imponerse al Veszprem húngaro, por lo que sólo le falta este fin de semana buscar la Copa del Rey.

Hoy por hoy, el equipo catalán es intocable en todos los aspectos, pero está claro que estar en una final de la Copa del Rey, y enfrentarse a todo un campeón europeo, es algo con lo que cualquier equipo sueña.

Un total de quince jugadores desplazará Barbeito a jugar esta fase final, donde el 33% son jugadores de casa, como es el caso de Alejandro Morón, Jesús Melgar, Manu Cabello, Francisco Morales y José Cuenca.  Los otros diez  que estarán en Gijón son Paco Chirosa, Álvaro de Hita, Miguel Ángel Olea, Nacho Moya, Rafa Baena, Juan Antonio Vázquez “Chispi”, Guille de la Sierra, Francesc Laliga, Mario Porras y Curro Muñoz.

En esta primera semifinal, que enfrentará al FC Barcelona y Ángel Ximénez, podremos ver en acción al mejor jugador del mundo, Karabatic, y al máximo realizador de la ASOBAL, Chispi. Además, el club pontanés hará pasillo a los Campeones de Europa.

Además, el Ángel Ximénez tendrá como premio añadido la disputa de la Minicopa, que disputarán los equipos cadetes de los cuatro representantes de la Final a 4, que junto a los pontaneses y el FC Barcelona, serán el BM Granollers y Juanfersa Gijón, anfitrión del torneo. Con ello, se ve premiado también el trabajo de estas cuatro escuadras con la cantera.

La entrenadora pontanense, Sandra Rodríguez, no ha parado de aleccionar a sus jugadores de cara a afrontar esta competición de la manera más digna, circunstancia de la que nadie duda en Puente Genil, donde están completamente seguros de que los chavales desplegarán un buen nivel.