Cuando se nos olvida que el Poder siempre desarrolla estrategias para mantenerse, viene la realidad a recordarlo. Hace unos años en nuestro Régimen Borbónico se abrió una gigantesca grieta por la que se coló durante el 15 M de 2011 y las Marchas de la Dignidad de 2014 la impugnación popular al Orden impuesto.
La crisis de legitimidad fue impulsada por nimiedades como la Corrupción, Rey putero ( chirigota “ Daddi Cadi” dixit), pestilencia de las cloacas del Estado y desastre económico, llevado este último ( con un par) a sus últimas consecuencias: renuncia a la soberanía nacional para cuadrarse al dictado de la Troika y FMI. La modificación exprés del artículo 135 de la Constitución, anteponiendo estabilidad presupuestaria a derechos colectivos, fue la guinda de este Intervencionismo.
El reflujo de las elecciones generales de 2016 trajo la oposición al Bipartidismo imperfecto vigente desde 1977 y la aparición de nuevos actores políticos de los que Unidos Podemos fue el elemento más significativo. Que el 20% del electorado y 5 millones de votantes dieran su apoyo a una alternativa al Sistema encendió todas las luces de alarmas y activó los jugos gástricos del “think tank“ conservador. Nada más genuino que conjurar el peligro con una versión autóctona del “tea party” que por estos lares es sinónimo de "auto de fe inquisitorial".
En los últimos tres años esa ha sido la tarea principal de los imitadores de Trump, Bolsonaro, Le Pen, Orban... "Seguir la poca escondida senda por donde han ido, los muchos ultras que en el mundo han sido", como versionaría un rapero amante de Fray Luis.
Eso sí, ayudados en las tareas destructivas por esa mezcla de canibalismo e inconsciencia que impulsa a Crono/ Izquierda a devorar a sus hijos mientras prepara el terreno de la autofagocitación. El virus ataca cada vez que abandonamos la marginalidad y amplios sectores sociales se hacen eco de las propuestas de transformación. No importa la vacuidad de la excusa escogida como conflicto: sea un chalet, unas listas “al dente” o una mirada del "compañeroysin embargonoamigo" que nos pareció aviesa.
El Sistema para preservar su hegemonía distingue entre golpes blandos y duros y aunque diga preferir la primera opción, lleva siempre las dos bajo la manga. Debemos reconocer que en nuestro país el truco ha funcionado anteriormente con un más que notable éxito. Miremos al 23F de 1981 y el magma donde se entrecruzaba el Franquismo sin aristas de Tejero y la sinuosidad del general Armada. Reproducían la clásica pose poli malo /poli bueno para mayor gloria del hoy rey emérito que gracias al vodevil fue elevado a los altares constitucionalistas con el consentimiento de una Ciudadanía -paralizada en la Transición por el miedo al golpe de estado- mientras le inyectaban la vacuna “dejaos de aventuras y no removed el pasado”.
Treinta y ocho años después encontramos una situación similar con la variable "sin ruido de sables sobre la mesa". No se nos escapa la estrategia Política que en 2019 el Poder patrocina formulando dos hipótesis de actuación. La dura y la blanda. La rocosa, patentada en la fórmula andaluza Vox-Ciudadanos -PP, incluye la “Proskynesis” de los representantes políticos ante los mandamases económicos de la cual el lacayuno gesto del presidente de la Junta de Andalucía ante el monarca Felipe VI es la prueba palpable de imagen más válida que mil palabras. Si el 28 de abril en la noche del recuento la suma da, se hará. No olvidemos el axioma “perro no come carne de perro” ni el blanqueamiento que los medios de difusión hacen de los más genuinos representantes de la extrema derecha. Los de comunión diaria se motivan con el cuento del “hijo pródigo” y en el imaginario colectivo del conservadurismo hispano, la CEDA ( y la pela) es la CEDA.
La segunda, dúctil y maleable, se ejecutará si con el PSOE y Ciudadanos las cuentas salen. Si ocurre, en dos segundos los chicos de Albert dirán adiós al “cordón sanitario” para vender la burra del siempre mayúsculo “interés de ESPAÑA”. Y cogerán amorosamente la mano de un PSOE encantado de recuperar la centralidad y poder venderse como “Izquierda dique" contra la Derecha. Sí, la misma Derecha con la que comparte desde el reinado de Juan Carlos I modelo económico, político y social, aunque no le gusten los ladridos de los perros de presa más agresivos. La sobreactuación de Vox es parte esencial del espectáculo. Esta segunda fórmula es la más cara a la Oligarquía pues permite los lugares comunes tipo “alternancia, constitucionalismo, moderación...”
El escenario para la Izquierda se vuelve tormentoso. Con los distintos comportamientos que afloran en el entramado que se logró articular las pasadas generales alrededor de Unidos Podemos, somos capaces de escribir un tratado sobre la Miseria de la condición humana. Bromeaba el otro día un amigo en Facebook con que si no será la “ Unidad Cupular” uno de los grandes problemas que nos impide construir la “ Unidad Popular”, Aparte de flagelarnos con el error garrafal del chalet de Pablo y el choque de egos que suenan a cuernas en Madrid o de no fiarnos del camarada/ la compañera que acompaña nuestras luchas, deberíamos no olvidar que el verdadero cordón sanitario, la auténtica guerra preventiva, es la que el Sistema levanta a nuestro alrededor. Y aún no hemos realizado el Valmy revolucionario que nos permita romper la gran coalición atacante.
Olvidamos con mucha facilidad la Historia. Algo tan simple como que en el crecimiento de los Fascismos en los años 20-30 del pasado siglo, algo tuvieron que ver las patronales de Italia o Alemania. O que si desmenuzamos las listas electorales que se avecinan o la de usuarios de la puerta giratorias cargo público/ consejo de administración encontraremos el “porqué” de la defensa encendida del “status quo” que periodistas paniaguados, empresarios amantes de EREs y representantes electos realizan.
Para superar primero de militancia en la Izquierda, deberían examinarnos de la “Vida de Bryan”, obligándonos a aprender de memoria los diálogos sobre Frentes Judaicos de Liberación y castigarnos con la pérdida del derecho a decir “soy de izquierdas” en el momento que empecemos a imitar a los Monty Phyton en lo cotidiano.
Es momento de hablar de regeneración nacional sin complejos, con la República Federal española como horizonte y los derechos sociales y económicos de eje conductor. Estar a favor de que se vote en referéndum la autodeterminación de Cataluña no puede ser confundido nunca con estar a favor de su independencia. No al menos por los que nos consideramos herederos de José Díaz, Dolores Ibárruri y del Partido Comunista de España.
Si ponemos muy alto el listón de las exigencias para actuar en Política no hagamos trampa colándonos por debajo. Al 28A no podemos acudir derrotados. Por salud mental. Por coherencia con nuestra historia. Por respeto a la militancia que se deja el pellejo y siempre está ahí.
Y si alguien a estas alturas aún tiene dudas de la falta de escrúpulos de los tahúres que nos disparan para arrancarnos la piel y exhibirla como trofeo, que mire a Venezuela.