El octavo mandamiento de la Ley de Dios dice “no cometerás falso testimonio ni mentiras”. Estos mandamientos, según el Antiguo Testamento entregados por Dios directamente a Moisés, son de obligado cumplimiento para los fieles de la Iglesia Católica.
Tras la publicación de mi último artículo “sobre la Parroquia de la Asunción y Ángeles” de Cabra aparecieron colgadas en facebook unas fotografías del archivo parroquial al que hacía referencia dicho artículo, con un comentario a pie de foto que pretendía mostrar las condiciones en que se encuentra ahora. En las fotografías se veía el archivo metido en sus armarios, limpio, ordenado y en perfecto estado de conservación. Así lo dejó D. Manuel.
Lo primero que llamó mi atención fue la rapidez con la que aparecieron estas fotos, apenas una hora después de que se publicara el artículo. Pero me congratulé de que la documentación, objeto de mi preocupación, estuviera en tan extraordinarias condiciones.
Pero “mi gozo en un pozo”. Al día siguiente, personas que lo han visto recientemente me dicen que las fotos subidas a la red son antiguas, son de como estaba antes y que las condiciones en las que actualmente se encuentra el archivo no tiene nada que ver con lo que en ellas aparece. Las fotos y el comentario que las acompaña intentaban, pues, despistar sobre la situación del archivo. Pero el comentario que las acompaña no desmiente que en el lugar que ocupaba el archivo, que probablemente sea el que aparece en las fotos, se hayan construido cocheras para sacar dinero. También Moisés tuvo que lidiar con los adoradores del becerro de oro.
Algo parecido, a este intento de confusión, ocurrió con la publicación de una parte, sesgada, del informe emitido por la Junta de Andalucía sobre la piedra de Bacauda. Según algunos interesados el informe solo describía la fractura transversal que la piedra presentaba, una fractura que no era reciente, con lo que se pretendió transmitir algo que no se correspondía con lo que motivó el examen de la pieza arqueológica. La publicación, finalmente, del informe completo, tras las exigencias de la oposición en el ayuntamiento, confirmó lo que todos sabíamos: la piedra había sufrido un corte recientemente en la parte superior. Ahora, para acallar las críticas, se pretende declarar como BIC el Ara, según se nos dice para “asegurar su protección”. ¿Qué garantías de protección ofrece la declaración de Bien de Interés Cultural a la vista de lo ocurrido en la parroquia de la Asunción que es BIC desde 1982? Lo que está ocurriendo últimamente en esa feligresía es algo inaudito a lo que no estamos acostumbrados en este pueblo.
D. Manuel, párroco de esa feligresía durante casi cuarenta años, fue quien salvó la parroquia de la ruina promoviendo su restauración, rescató, ordenó y puso en valor el archivo centenario, promovió las restauraciones de las iglesias de S. Juan de Dios y de S. Juan del Cerro y no tiene ninguna lápida con su nombre puesta en la iglesia. Su sucesor D. Zacarías, párroco durante doce años, mantuvo y conservó el legado recibido y tampoco tiene lápida con su nombre.
Mentir, aparte de que está muy feo, es pecado para los católicos y, además, como a Pinocho, puede que a alguien le crezca la nariz, algo que tiene que ver con las cosas que huelen mal.