CONSUMO. La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía quiere incidir en los mensajes dirigidos a la ciudadanía andaluza a ejercer un consumo responsable, y esta responsabilidad pasa por eliminar o minimizar, siempre desde la máxima moderación y control, el consumo de bebidas alcohólicas, de manera especial entre la población más joven, y señalando, concretamente, la prohibición de su venta a las personas menores de edad.
Por tanto se recuerda que la publicidad de bebidas alcohólicas se encuentra prohibida, entre otros lugares, en los centros docentes, centros de menores y similares; en los centros de enseñanza superior y universitaria, centros sanitarios y dependencias de las administraciones públicas; en las áreas de servicios de autopistas y autovías; en instalaciones deportivas públicas y privadas; o durante el patrocinio de actividades deportivas, educativas y las dirigidas a personas menores de edad.
Consumo recuerda que en aplicación de la Ley 4/1997, de 9 de julio, de Prevención y Asistencia en Materia de Drogas, quedan prohibidas, entre otras: la venta o suministro de bebidas alcohólicas a menores de 18 años, así como permitirles el consumo en establecimientos; la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en centros docentes, centros de menores, de carácter recreativo y otros análogos destinados a menores de 18 años; así como la venta y el consumo de bebidas alcohólicas superiores a 20º en los centros de enseñanza superior y universitarios, centros sanitarios, dependencias de las Administraciones Públicas, hospitales y clínicas, así como en instalaciones deportivas, áreas de servicio y gasolineras en zonas colindantes con carreteras, autovías, autopistas y en gasolineras ubicadas en los núcleos urbanos.
En especial, cabe indicar la importancia y las especiales precauciones en una época como el verano, habida cuenta del efecto deshidratante que tienen las bebidas con alcohol y el respectivo riesgo que conlleva teniendo en consideración las altas temperaturas que las personas consumidoras soportan en Andalucía durante el periodo estival.
Además, cada vez es más frecuente el consumo de las conocidas "bebidas energéticas", y su combinación con bebidas alcohólicas entraña algunos riesgos que conviene no olvidar, ya que la mezcla puede implicar reacciones adversas, como por ejemplo el enmascaramiento de los efectos depresivos del alcohol, que puede conllevar a un aumento de los efectos perniciosos del mismo, o las posibilidades de sufrir un coma etílico ante una ingesta incontrolada, un aumento de la presión arterial, palpitaciones, taquicardia o insomnio, entre otros.
Por otro lado, Consumo Responde enfatiza la importancia de leer atentamente el etiquetado de los productos alimenticios en general, y de las bebidas alcohólicas en particular. Debe conocerse que en la etiqueta de las bebidas alcohólicas deben aparecer, entre otros aspectos: la denominación, la razón social de la entidad que fabrica la misma, la cantidad neta, si contiene algún componente que pueda causar alguna alergia o intolerancia (indicando de cuál o cuáles se trata), la fecha de duración mínima o de consumo preferente (aunque esta información no es de obligatoria inclusión para bebidas con una graduación alcohólica de un 10% o más en volumen), el grado alcohólico para las bebidas con graduación superior en volumen al 1,2%, así como la mención de la información nutricional (aunque esta no es obligatoria en el caso de bebidas con un grado alcohólico superior a 1,2% en volumen).