ANDALUCÍA. Los mapas ayudan a comprender mejor el mundo que nos rodea y su uso se ha generalizado de tal manera que gran parte de las actividades que desarrollamos dependen de ellos: movernos en el coche por la ciudad, localizar un servicio público o una carretera o completar una ruta de senderismo sin perdernos. Incluso, la sociedad tomó conciencia de la capacidad de propagación del coronavirus y de las dimensiones mundiales de la Covid-19 sobre un mapa.
Pero producir datos geográficos oficiales de calidad, oportunos y lo suficientemente actualizados para que tengan utilidad no solo para las administraciones, sino también para las empresas o la ciudadanía es un proceso complejo que requiere de un enorme esfuerzo y exhaustivos controles. La generación de este tipo de información y su actualización continúan basadas en técnicas convencionales y, aunque se ha automatizado en gran medida, sigue teniendo un componente manual muy importante que requiere la intervención de técnicos. Ello implica la necesidad de dedicar importantes recursos humanos e invertir muchas horas de trabajo.
Por eso, la Junta de Andalucía, responsable de producir los datos geográficos oficiales de la comunidad, se ha propuesto recurrir a las nuevas tecnologías, concretamente a la Inteligencia Artificial (IA), con el fin de mejorar los procesos de producción y actualización de la base de datos cartográfica de Andalucía. Con esta decisión se pretenden reducir los costes económicos y temporales para que los datos geográficos no pierdan su calidad, inmediatez y utilidad. Y para lograrlo se ha recurrido a la Compra Pública de Innovación (CPI), un novedoso sistema de contratación con el que se pretende satisfacer una demanda de servicios y productos avanzados aún no disponibles en el mercado fomentando las respuestas de la iniciativa privada.
La Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, a través de una consulta preliminar del mercado, ya ha lanzado el reto a las empresas privadas que operan en este sector de las TIC y la cartografía para que sean ellas las que ofrezcan soluciones a esa necesidad detectada. La iniciativa privada deberá investigar herramientas de software y métodos de producción y actualización basados en las nuevas tecnologías ligadas a la IA como el Big Data, Machine Learning, Deep Learning o Blockchain que mejoren los procesos. En definitiva, se busca ofrecer un servicio más ágil, eficiente y eficaz. El proyecto cuenta con un presupuesto de en torno a un millón de euros y tendrá una duración de 24 meses.