Cuando el escritor por intentar ser popular cae en el provincianismo aldeano del tópico y lo típico. Entonces, es mejor dejar de escribir. Y por supuesto, el buen lector, no prestarle atención alguna. La soledad puede durar mucho o nada. Si dura nada es un suicidio. Lo contrario es la lucidez.
con Reflexionar, para que se entienda y se acepte fácilmente esta aventura literaria en la Roma imperial de las grandes conquistas, en la que también había robos, crímenes y no hablemos de fraudes y corrupciones con los correspondientes sobornos a funcionarios y políticos. Esto es lo que nos cuenta Lyndsey Davis en sus novelas culpa de sangre
Si sientes que llama a tu puerta el último adiós no cometas la torpeza de donar tu biblioteca a una administración pública española. Puede pudrirse en el sótano de la indiferencia o lo que es peor morir en una trituradora de papel.
Los dioses tienen sed de justicia. El poder que domina en la tierra los calma con golpes de pecho y falsos rezos. Ellos son los representantes oficiales de la clase divina de los cielos, que prédica en la comedia humana.
Imagino al estremecedor poeta Georg Tralk en aquella Viena fuente creadora bajo la llameante, insobornable y desafiadora Antorcha de Karl Kraus, con su implacable crítica a la metrópoli en la que vivía aquella generación de escritores y poetas de excelentes obras alta su calidad. Ellos fueron tallando una línea creativa avanzada a la vez que también se convertían en anunciadores del temblor de “La noche se avecina al lugar de nuestros besos.
En un país, de tan elevado grado de corrupción como el nuestro, el orden y la eficacia que exige una verdadera democracia está considerado un grave peligro para dichos manejos de los malversadores que gritan ser los salvadores de la patria. Los “demócratas” de siempre.
Archipiélago (fragmento)