Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

No me extraña

Joaquín Caballero Ortega

Algunos, como Caifás ante Cristo, parece que se rasgan las vestiduras con la política que está haciendo el PP y la verdad es que no lo comprendo. Ojo, no es que me parezca buena su acción política, es que es la que se esperaba de un partido conservador, o sea, de derechas. Así que nada me extraña su comportamiento al frente del gobierno de España con todo lo que está cayendo y con el patio que se ha encontrado.

La reforma laboral ha levantado ampollas. Era lógico que los sindicatos empezaran sus movilizaciones, para eso tienen tantos liberados bien pagados y con trabajo fácil, para de vez en cuando echarse a la calle con sus banderitas y sus pancartas sindicales a protestar por lo que les manden desde las cúpulas ugetistas o comisionistas. Pero pienso que las ampollas no es en ellos donde han surgido, sino en la clase media o media-baja de nuestra sociedad, esa que ve con desesperanza que no se crea trabajo, que de poco sirve estudiar, que ve cómo los bancos siguen con un poder inaudito, que los políticos van a su avío, que llega a fin de mes con lamentable penuria, que vive con inquietud el futuro inmediato porque el paro los circunda, que prefieren pensar en el hoy porque no saben qué pasará mañana. Nada creen en esa reforma ni en la financiera que ni entienden. Tienen todo que perder y nada que ganar. Se empieza a notar miedo. Es lo que hay, y tenemos lo que tenemos, ¿o es que nadie sospechaba ahora que eso era lo que Rajoy no quería decir explícitamente en campaña como medida anticrisis? Para mí ninguna sorpresa.

En materia de educación la cosa no ha podido empezar peor, el ministro del ramo anda como un elefante en una cacharrería desmontando de nuevo el sistema. No es que a mí me parezca perfecto lo que hay, pero es lamentable que Wert entre con políticas antipsoe basadas en quitar una asignatura muy digna, Educación para la ciudadanía, para poner otra más en consonancia con lo que marca la santa madre iglesia católica y apostólica. Pero ni siquiera eso hace que me extrañe, ¿cómo iba a hacerlo? Lo que me dejaría con cara de bobo es que hubieran actuado de forma contraria. La asignatura adoctrinaba, ya lo dijeron por activa y por pasiva, aunque los tribunales de justicia, esos a los que tanto respetan, dijeran que nanai de la China. Pero les da igual, adoctrina y punto. Eso sí, la asignatura de religión en la escuela pública como optativa no adoctrina, logiquísimo, por eso no hay que derivarla en exclusiva a las catequesis. Es la lógica de la derecha nacional-católica que está varada en el PP, por mucho que a algunos de sus miembros no les guste reconocerlo o no se sientan identificados totalmente con esta doctrina. Pero no se conformarán solamente con este golpe de efecto en nombre de Dios, y si no ya lo veremos. Y para golpe el que se han llevado los opositores (me refiero a los estudiantes para las oposiciones…) que llevaban bastante tiempo preparándose un temario y que el equipo Wert ha desmantelado a pocos meses de las mismas. Mi duda en este caso es si lo llevaban en el programa electoral o si ha sido por inspiración divina (o roucovalerista que para ellos es casi lo mismo). Y quieren quitar 4º de ESO para poner un año más de bachillerato, pero manteniendo la obligatoriedad de escolarización hasta los dieciséis años, o sea, el mismo perro con distinto collar. En definitiva, nada que extrañar.

Sin ninguna duda los de derechas están crecidos, muy crecidos. Se les ve en la tele, se les oye en la radio, y se les ve y se les oye en la calle. Me da la sensación de que muchos parece que han salido del armario, utilizo la expresión no en sentido sexual, sino que han estado agazapados como con temor al rechazo y ahora que los vientos están más a favor que nunca se muestran tal y como son, es como si se les hubiera quitado el complejo (complejo que en democracia es difícil de entender si de ideas se habla) y sienten que su discurso está indiscutiblemente en la mayoría de los que los rodean. Y además se ve en los jóvenes de derechas, muchos en las Nuevas Generaciones y que no se cortan un pelo en cantar el Cara al sol o hablar de Franco como de un libertador entrañable. Tienen el descaro que antes exhibía la joven izquierda de las Juventudes Socialistas o Comunistas, es como si se le hubiera dado la vuelta a la tortilla, quizás por lo cíclico que es todo en la vida. Pero si esos tenían como proclamas a los poetas malditos, a los cantautores reivindicativos o a los familiares callados a la fuerza, los de ahora van con el catecismo de Intereconomía, lo cual no es que me extrañe, es que me preocupa.

Tendría que extrañarme el verme aquí hablando de política, sobre todo por el descrédito que siento ante la inmensa mayoría de los políticos, pero no lo hago porque es consustancial a mí, y, además, porque ya poco va quedando para que los andaluces digamos quién queremos que nos gobierne y, como me pasó en las generales, noto como si el PP tuviera la victoria tan clara a la vista del resto de partidos que esa asunción de derrota les hace no llegar a la sociedad con sus discursos temiendo el rechazo. Y no me extraña, sobre todo en los socialistas, porque han sido tantos años de cortijo que los ERE son solamente la punta del iceberg. ¿Tendrá la solución Arenas? Rompiendo la tónica del artículo: me extraña.

 

Joaquín Caballero Ortega

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