Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Se acabaron las palabras, pasemos a los hechos

Joaquín Caballero Ortega

Ya tenemos la verdadera encuesta, la más científica, la más real, la auténtica, la que han dado las urnas tras el voto de los ciudadanos. Ya tenemos resultados para no volver a especular sobre quién ganará y quién regirá el Ayuntamiento de Cabra. No voy a hacer comentarios de los resultados en las distintas comunidades autónomas, ni en otras localidades, ni cómo quedarán las Diputaciones, ahí están y seguro que habrá quien las analice muy sesudamente. Tampoco haré relación a las posibles repercusiones que sobre ellos han tenido las manifestaciones del 15M, si es que ha habido algunas, ya habrá tiempo en otra ocasión de hablar de este tema que tiene visos de perdurar necesariamente dado el panorama sociopolítico que tenemos.

Así que ya tenemos nuevo alcalde, bueno, lo tendremos cuando tome posesión del cargo próximamente, y no ha hecho más que confirmar que los egabrenses en su mayoría querían cambiar de formas y de personas en el gobierno. Será Fernando Priego, ya que el Partido Popular ha alcanzado su cota máxima hasta el momento con el logro de 9 concejales y 5096 votos, siendo, por supuesto, la lista más votada y con diferencia.

El nuevo y joven regidor tendrá una dura tarea que llevar a cabo, y él lo sabe. No llega a un valle idílico, ni tiene una alfombra roja en todo su caminar, tiene un ayuntamiento con una gran deuda, tiene una juventud que quiere un sitio de recreo ocioso-cultural como lo tienen otras localidades, tiene una ciudadanía que reclama aparcamientos y soluciones de tráfico, no sólo en el centro, también en los barrios históricos, tiene un mercado laboral asfixiado por la crisis mundial que necesita el mucho o poco oxígeno que desde el consistorio le puedan dar, tiene una policía local embarcada en procesos, cómo lo diría, “extrapoliciales” que seguro que no benefician a la gente ni al propio Cuerpo, tiene un tejido empresarial débil y quebradizo que no se regenera, tiene un turismo que no termina de definirse ni de afianzarse en el mercado, tiene unas perspectivas culturales que habrá que rediseñar, y, en fin, tiene una larga retahíla de problemas en su mochila de los que debe despojarse poco a poco para poder seguir con solvencia el sinuoso camino.

La juventud de Fernando Priego era uno de los argumentos que han usado los que intentaban influir en sus interlocutores para que desistieran de votarlo, sin embargo, y dados los resultados, cabe pensar que tanto él como su equipo han transmitido la frescura que a lo mejor los egabrenses estaban buscando. Porque no se trata de un equipo de la generación NINI, más bien diría que es un equipo de JASP con una ilusión que ha calado en el pueblo. Y cuando digo pueblo, digo en una gran masa de gentes de todos los barrios de Cabra, porque incluso en la Barriada, la popular Gargallo y tradicional feudo socialista, el PP se ha impuesto a los demás partidos. Estos jóvenes han dado el salto y su arrojo ha sido muy bien acogido como un halo de esperanza para solucionar los muchos problemas de nuestra ciudad.

Pero ahora ya todo eso es historia, ahora queda atrás la magnífica campaña y precampaña que los populares han llevado a cabo, parece mentira, pero así de vertiginoso es este mundo y ahora toca ponerse manos a la obra. Y esa obra no es otra que pasar de las palabras a los hechos, de los vídeos promocionales a la promoción de Cabra, de las visitas puerta a puerta a la atención de las demandas recabadas en ellas. Como algunos les decían durante la campaña: “si ganaran, que no van a ganar, se enterarían que no es lo mismo predicar que dar trigo”, pero lo cierto es que han ganado y también ciertamente se van a enterar lo que es estar en el gobierno municipal.

¿Darán trigo? Lo veremos, ilusión no les falta y ganas de trabajar tampoco, pero ambas cosas también las tenían, sobre todo en un principio, los ahora derrotados, así que hace falta algo más, y es eficacia en la gestión, es decir, que ese esfuerzo se debe de traducir en realidades y que esas realidades dejen satisfecha a la gente. Porque aunque algunos no se lo crean, los ciudadanos no son tontos, se hartan de poses y de engaños, se hartan de actitudes prepotentes, de falta de transparencia y de no aceptar las críticas sanas y constructivas, incluso de no saber encajar las destructivas, que hasta para eso hay que tener dotes, se hartan de quienes dicen trabajar para el pueblo y terminan beneficiándose ellos mismos de una u otra manera, se hartan de ver que las promesas de campaña quedaron ahí y que solamente fueron eso, se hartan de ver que se anteponen las siglas del partido y las consignas de éste por encima de las de Cabra. Este relato de lo que yo entiendo por errores es común para toda la clase política y para todos los niveles, no únicamente para el municipal. Espero y deseo por el bien de mi pueblo que el nuevo equipo de gobierno, no sabemos si en coalición con el PA, no caiga en nada de ello y sepa darnos trigo como ha sabido predicar.

Y por último, quiero tener unas palabras para los derrotados, al menos en esta ocasión así lo han reconocido ellos mismos y eso les honra, porque sería injusto no reconocer su buen trabajo, que lo ha habido sin duda, quizás no ha sido tan espectacular como sus estruendosos errores, pero ahí ha estado en muchas parcelas. Ahora les toca reflexionar sobre los errores cometidos y para eso deben salir del bosque para que los árboles no les impidan verlo, y con humildad ponerse también al tajo para hacer una oposición tan buena, coherente, sosegada y a la vez firme, como la que ha hecho la actual, colaborando en todo lo que sea mejor para Cabra al margen de consignas partidistas. Así, y solo así, podrán volver a ganarse la confianza de la mayoría del pueblo.

Joaquín Caballero Ortega

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