La dimisión de su cargo de la ministra alemana de Educación, Anette Schavan, me hace pensar que nadie lo tiene fácil con Angela Merkel. Y no es la primera vez allí, pues en 2011 le pasó igual al entonces ministro de defensa, un tal Guttenberg, por utilizar párrafos de una tesis doctoral sin citarla en la suya propia, por lo que dejó su cargo. Aunque me parece digno de elogio que la canciller germana, toda una hacedora de dimitentes, haya hecho pagar la trampa a su ministra, me pregunto en qué variados asuntos y términos habrá podido influir tanto en la política de aquel país como en otros, incluido el nuestro, ya que se sabe bien de los esfuerzos que Merkel dirige a que la economía mejore, sino en Europa, al menos en Alemania. Es tentador aplaudir su decisión, porque en España no estamos acostumbrados a ello: a lo dimitir, que lo de plagiar es otra historia. Ha sido una comparación realizada por la plataforma PlagiPedi la que desde Internet ha valorado la tesis de Schavan con otras obras, detectándose conclusiones en ella que coinciden con estudios que no ha citado en sus fuentes, aunque en aquellas obras sí apareciera la misma bibliografía que ella utilizó. Solamente quienes están y hemos estado involucrados en esa ingrata y, a la vez, gratificante labor de investigación en archivos, bibliotecas y colecciones conocemos de la gravedad del pecado de la ministra alemana, mientras que para otros parece que ha hecho algo similar a copiarse en un examen del colegio. El jefe de la oposición alemana, Thomas Oppermann, ha dicho que, si permaneciera en su puesto, «parecerá que el Gobierno alemán permite estos comportamientos en nuestra sociedad». Algo similar debe pensar la señora Merkel, quien podría aprovechar su convicción para comunicarle el mismo espíritu a más de uno de los que en nuestro país se dedican a la política, que se aferran al poder con más fe que el Papa a la Cátedra de San Pedro, como él mismo nos ha confesado con la sorpresa de su renuncia. Se atribuye a Platón la cita de que una broma suele ayudar en los casos donde se impone la seriedad, y las dimisiones son asuntos graves, a tener en cuenta siempre en todos sus aspectos. Por ello, apelando al humor, espero que Angela Merkel no haya ejercido su influencia en la santa decisión ni que por parte de PlagiPedi o grupos similares los ensayos de Su Santidad sobre el nacimiento e infancia de Cristo, en especial los controvertidos con el belén, hayan dado positivo en plagio.
Manuel Guerreo Cabrera
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