Hace años, la visita del general Ariel Sharon, por entonces recién elegido Primer Ministro de Israel, a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalem, desencadenó la última (y todavía en curso) intifada Palestina. Lo que ocurrió, era  previsible, por el pasado turbio y el perfil violento del personaje, muy diferente a los vientos de concordia y paz que han recorrido el mismo recinto, días pasados, de la mano del Papa Francisco.

Francisco (no hace falta ni añadir el numeral), me parece la mayor aparición de una personalidad internacional, de un enorme calibre, en los últimos 50 años, tanto por la densidad del personaje, como por la repercusión de su actuación, aún en su inicio, dentro de una organización tan importante mundialmente como es la Iglesia Católica. Dos mil millones de católicos somos en el mundo, solo por ello, ya habría de tenerse en cuenta. Pero quizás, lo mas importante de su actuación hasta el momento, ha sido la permanente apelación a la concordia interreligiosa, con lo que la repercusión de sus actuaciones, multiplica casi por dos su repercusión. En la misma visita referida anteriormente, sus rezos comunes con las máximas autoridades islámicas y judías de la ciudad santa, muestran una idea de concordia mas que conveniente en los actuales momentos, así como un olfato político de alto estadista, apostando sin ambages, por el diálogo antes que la fuerza, en una región del planeta donde no han dejado de tirotearse en los últimos 70 años.....

Cada época histórica requiere un Santo Padre. En la presente ocasión, no puedo estar mas de acuerdo con la Inspiración del Santo Espíritu, que tras un Teólogo alemán, nos ha traído un Obispo del pueblo, conectado con él y ejerciendo de tal. Juan XXIII se autodenominaba humildemente como Obispo de Roma, y terminó sentando las bases de la moderna Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II. Su reciente canonización, junto al otro gran Papa del Siglo XX, Juan Pablo II, genera una especie de bucle histórico que nos enlaza con Bergoglio, y parece llenar de sentido la evolución de los hechos.

Francisco no rehuye nada y nada le es ajeno. Cada tema lo afronta de cara, pero si se fijan, sin apartarse un milímetro de la doctrina... Baste decir, que en el espinoso tema del Celibato, reinterpretado por la mayoría de los Pontífices, lo único que ha dicho es que no se trata de un Dogma y que se puede hablar al respecto: total, la filosofía de la sensatez personificada, sobre ideas ya conocidas, pero antes nunca abordadas. Sus opiniones sobre el reparto de los recursos, de la violencia de género, del respeto a los no iguales (quien soy yo para juzgar a los homosexuales apuntó), su permanente afán por ser un católico mas (se llevaban muchos lustros sin ver confesar públicamente a un Pontífice), resultan ejemplos de viva Fé y recta conducta. Porque toda esta actuación, no queda en el gesto o la pose mas o menos afectada. Predica con el ejemplo. Si no que se lo pregunten a los miembros de la Curia Vaticana, con los que ha chocado ya en algunos casos....Ah!...Y sigue desplazandose en un Renault 4L....¡ Que arte!

Solo quedaría la sombra de la duda sobre el recorrido de su labor....Hasta donde y hasta cuando llegará este Jesuita que el Señor nos ha regalado. En ese sentido lo tengo claro, hasta donde le lleven sus fuerzas. Tengan por seguro que no se va a plegar a otro tipo de influencias, y que estas, en caso de llegar, lo van a tener difícil. Francisco es Obispo, Jesuita y actualmente Papa, pero por encima de todo es ¡ Argentino!, y difícilmente se la darán con queso.

Un Papa que llama por teléfono a las Carmelitas Descalzas de mi pueblo y ademas le gusta el Fútbol, es de lo mejor que podíamos tener.

Mi absoluto apoyo y reconocimiento.

Rafael Ramírez Ponferrada

Médico