ANDALUCÍA. Andalucía continúa avanzando en su camino hacia un modelo energético eficiente, sostenible y neutro en carbono con el firme propósito de aprovechar los recursos renovables disponibles en la región. Según los datos facilitados por la Agencia Andaluza de la Energía y recogidos en su publicación anual 'Datos Energéticos', el consumo de energías renovables alcanzó en 2019 (último año disponible) su máximo histórico, de manera que supone ya el 19,5% del total de la energía consumida en la región, afianzándose su posición como tercera fuente de consumo en la matriz energética andaluza. Todas las tecnologías renovables (salvo la hidráulica) han contribuido a este crecimiento, principalmente, la solar (fotovoltaica y termosolar) y la biomasa.
De esta manera, el consumo de energía renovable el ejercicio pasado aumentó un 12,4%, hasta alcanzar los 3.725 ktep (kilotoneladas equivalentes de petróleo), la cifra más alta desde que existen registros estadísticos.
2019 se ha caracterizado por tres importantes hechos desde el punto de vista energético y medioambiental: un notable avance de las renovables, tanto en su consumo para uso térmico como en la producción de electricidad; una drástica reducción de la demanda de carbón y, como consecuencia de las dos anteriores, una disminución de emisiones de CO2.
En esta línea de aprovechamiento de los recursos renovables con los que cuenta la región, destaca la puesta en marcha de 1.112 nuevos megavatios (MW) eléctricos renovables, fundamentalmente de tecnología solar fotovoltaica, que ha duplicado su potencia respecto al año anterior. Gracias a esas nuevas plantas solares, se ha incrementado un 10% la generación eléctrica de origen renovable en 2019 y el 43% del total de la potencia eléctrica instalada en Andalucía procede de fuentes limpias.
Por otro lado, el uso del carbón para la generación de electricidad se ha reducido de forma drástica, hasta suponer tan solo el 3,9% del total de energía consumida en la comunidad andaluza. O, dicho en otras palabras, las renovables van relevando a los combustibles fósiles como el carbón, que ha reducido su consumo un 71% (1.839 ktep menos que en 2018). Respecto a otras fuentes de energía, el consumo de petróleo y derivados se mantiene prácticamente igual que en 2018, y se incrementa el consumo de gas natural un 30,7% (1.321 ktep), cubriendo parte del hueco que deja el carbón en la estructura de generación eléctrica.
Estas dos circunstancias -la gran reducción del consumo de carbón y el notable incremento del cosumo de energía renovable- han traído un tercer hecho muy importante: las emisiones de CO2 asociadas al uso de combustibles fósiles descendieron un 11% respecto al año anterior en Andalucía, estimándose en 37.285 kilotoneladas (kt).
A esta reducción ha contribuido de manera decisiva la descarbonización del sistema de generación eléctrica andaluz, que ha disminuido un 31% sus emisiones de CO2. No en vano, el 38% de toda la electricidad producida en Andalucía durante 2019 procedió de fuentes libre de emisiones de dióxido de carbono (frente al 34% del año anterior), situándose en 13.367 GWh (gigavatios hora). El resto, 22.005 Gwh, provino en su mayoría del gas natural (en torno a un 52% de la producción total), mientras que el carbón generó un 73% menos de electricidad respecto a 2018 y supone apenas el 9% del total de la producción de electricidad en Andalucía.
Por último, señalar, que, en términos de consumo de energía final (que engloba la demanda de energía en los distintos sectores: residencial, transporte, industria, primario y servicios) se ha incrementado con respecto al año anterior un 3,6% y asciende a 13.566 ktep.