Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Rendición

Dice el Sr. Mas: “No pretenderá el Gobierno de España una rendición incondicional de Cataluña (¡!)”

¡Ah!  ¿Pero había una guerra? 

Nuevamente la apelación a los sentimientos, al fondo de las tripas, al envolvente de la bandera como escudo protector, cuando hace rato se acabaron los argumentos razonables para una deriva, absurda a fecha de hoy.

Que existe un sentimiento nacionalista e incluso independentista en la sociedad catalana, está fuera de toda duda. Que los nacionalistas, todos estos años de transición y democracia, han sido la muleta de los sucesivos gobiernos previo pago de un sustancioso importe, también.  Pero de ahí a la actual situación, las más grave institucionalmente de toda nuestra reciente historia, incluyendo el 23F, hay un abismo. Las repercusiones sociales, judiciales y económicas de la misma no tienen parangón con aquella, si bien en 1981 nuestra democracia era más inmadura. Ahora, sin duda, el coste será mayor en términos de cohesión social, puestos de trabajo y convivencia en general, en la Autonomía más rica del país, no se olvide.

Qué poderosas razones han impulsado al Gobierno de la Generalitat a tomar la insólita deriva actual? Difícil saberlo cuando en este momento conviven una formación clásicamente conservadora-burguesa, con un partido claramente republicano-independentista y una coalición antisistema de inspiración anarquista, ideología muy asentada otrora en Cataluña. Qué poderoso pegamento une semejante ensalada... La idea de llevar la nave catalana al paradisiaco puerto de una imposible independencia, como la realidad ya se ha encargado de demostrar.

La salida masiva de Empresas de Cataluña, el rechazo internacional y la sucesión de manifiestas ilegalidades del Gobierno Autonómico, han defenestrado el Process antes de la aplicación del Art.155 de la Constitución ya decidida. Mariano Rajoy, paciente hasta la saciedad, finalmente solo ha tenido que recopilar la serie de errores monumentales de la coalición gobernante para acudir a la propia Ley y marcar los tiempos. Pero no nos confundamos, esto solo ha hecho comenzar...

A partir de ahora, reconstruir la convivencia resultará lento y difícil. 

A la sensación de frustración de unos habrá de seguir la compensación del terreno social perdido por otros en estos años para tratar de restaurar una convivencia maltrecha por parte de todos. Cuando Serrat y Sabina, nada sospechosos ellos, han terciado en el asunto, malamente deben haber visto las cosas. Hasta el propio delegado de CCOO tuvo que afear la peregrina iniciativa de sacar fondos de los cajeros, días pasados, ante el ataque que ello representaba para el empleo en el sector bancario. En fin, los pájaros disparando a las escopetas. 

Esperemos que luego de este paseo del Gobierno Catalán por una revolución imposible a estas alturas, cuando el mundo cada vez es más global y cuando lo razonable es la unión más que la partición, no acaben pagando la fiesta los de siempre en términos de bienestar y desempleo de una sociedad, que insisto, hasta ahora era la más prospera de España.