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"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Cuentos de Virginia Woolf

Tres relatos de Virginia Woolf (Adeline Virginia Stephen; Londres, Reino Unido, 1882 - Lewes, id., 1941), suman rebosantes de estilo literario, los que componen este libro que muestra, deliciosamente editados por Nórdica Libros,  como ella, la prodigiosa, le gustaba denominar los finos regalos de rica lectura  El cuento sitúa al lector  sobre el verdor de conocido jardín botánico de Londres, por el que cuatro grupos de personas revolotean, cual mariposas, conversan y tienen diversos pensamientos surgidos de la contemplación de este trocito de jardín florido, en forma de óvalo; todo un suave transcurrir de la historia que se va derramando envuelta en fantasía, viva de  colores. El simple arríate enclavado en Kew Gardens donde el caracol que con su casa a cuesta canina lentamente, “cuya concha se había teñido de rojo, azul y amarillo durante un par de minutos” es observado con minuciosidad por esta delicada y detallista observadora paseante, cuya capacidad imaginativa dicta a la narradora el descubrimiento de la espesura selvática poblada de otros insectos y la incógnita de cómo el caracol podrá llegar a su destino con su lento caminar.  Posiblemente porque como escribe Virginia “los pájaros cantan en griego”. Y no deja de sorprendernos pese al tiempo transcurrido, como en la primera edición de tan maravillosa narración solo se vendieron cuarenta y nueve ejemplares.

En «Una casa encantada», segundo cuento, publicado por primera vez en la antología Monday or Tuesday: “A cualquier hora que despertáramos, siempre había una puerta que se cerraba. Iban de habitación en habitación cogidos de la mano; levantando aquí, abriendo allá, cerciorándose, una pareja de fantasmas”. Así reescribe una tradicional historia e fantasmas. Esta pareja que recibe la visita de unos espectros con su ir y venir que ponen en evidencia el mundo de lo superficial.

En el tercer cuento, «La marca en la pared», emplea para la narración el monólogo escrito en primera persona con el que hacernos volar de un recuerdo a otro, teniendo como origen la marca en la pared de su habitación.
Acompañan a estos magníficos cuentos las ilustraciones de Elena Ferrándiz, que consiguen sumergirnos por ese personal mundo de Virginia Woolf a través de un trabajo lleno de metáforas y símbolos maravillosos, transcurrir que consigue sumergirnos en el personal mundo de la escritora.

Virginia Woolf fue además pionera en la reflexión sobre la condición de la mujer, la identidad femenina y las relaciones, denominadas por el machismo como “sexo débil” con el arte y la literatura, que desarrolló en algunos de sus ensayos; entre los que destaca, por la repercusión que posteriormente tendría para el feminismo Una habitación propia (1932). Monólogo interior, procedimiento por el que intenta representar los pensamientos de un personaje en su forma originaria, en su fluir inconsciente, tal y como surgen en la mente. “la vida es un asunto duro, se necesita una piel de elefante ¡que precisamente una no tiene”.