La Editorial Sexto Piso invita al lector fiel a la lectura de la aventura imaginaria de exquisita y deslumbrante narración de la escritora griega Ersi Sotiropoulos sobre Konstantinos Petrou.
El genial poeta nacido en Alejandría, Egipto (29 de abril de 1863 – 29 de abril de 1933), considerada de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna. Trabajó como periodista y funcionario. Autor que publicó relativamente poco en vida. Pero que el transcurrir del tiempo viene haciendo justicia poética y literaria para fortuna del lector exigente. Cavafis, tras su muerte, a través de su obra fue tomando paulatinamente influencia. Publiqué hace unas semanas una crónica a la edición en español sobre una selección de cuarenta y un escritos de acertada selección de su prosa muy cuidada, en la que nos permite conocer y disfrutar de esta faceta diferente, creativa y variada, de la personalidad y pensamiento del poeta.
Ahora dedico este comentario literario a la obra de Ersi Sotiropoulos, Qué queda de la noche. Envolvente ficción literaria que transcurre en el París de 1897. Junto con su hermano vive y conoce el ambiente cultural de la metrópoli bajo la presencia e influencia desde la distancia del absorbente dominio imaginario de la madre. Nuestro poeta, desasosegado exigiéndose a sí mismo libertad. Todo un pulso con sus propias vivencias por un recorrido agotador de tres días en París. Admirable escritura y ejercicio literario de Ersi Sotiropoulos, que va discurriendo por sus pensamientos cargados de vicisitudes líricas y de personalidad propia con el despertar de su homosexualidad, imaginación y deseo embriagador, condición humana y exigencia de la calidad en la creatividad.
Esos días en la capital francesa, poco antes de regresar a Egipto, nos muestran a un Cavafis sumido en una crisis existencial encarada con sus demonios más íntimos: la incertidumbre ante un estilo que aún busca afirmarse, el tormento de saberse incomprendido por el tiránico afecto de una madre que impide pueda desarrollar su vida plenamente. Así las cosas, si quiere salvar la poesía que siente venir, se impone una decisión tan difícil como taxativa: cortar lazos con todo aquello que, tan querido, tan odiado, constriñe, limita, paraliza. Ya sea la familia, o una Alejandría que siente provinciana ante sus deseos de universalidad y cosmopolitismo. “¿Cómo convive la genialidad con el día a día, con ese persistente desgaste de la cotidianidad al que debe imponerse para dar sus frutos? ¿Cómo dejar atrás la rigidez, los obstáculos, pero también los vínculos que impiden avanzar? El precio de la libertad artística siempre es alto, pero esa violencia contra uno mismo y contra el mundo que nos rodea parece ser un paso ineludible”. La hermosísima novela de la griega Ersi Sotiropoulos intenta responder a todas esas preguntas.
(Traducción de Miguel Castillo Didier)
La traducción de la obra por parte de Vicente Fernández González y Antonio Vallejo Andújar resulta todo un dechado de responsabilidad y ayuda que la versión sea fiel y calculada paralela al original en lengua griega. En esta por el momento última novela de Ersi Sotiropoulus, que como señala Dimitris Athinakis Kathimerini “es una piedra preciosa del lenguaje, del estilo, de la investigación y de la lucha interna”.