De 25 años a esta parte, el sensacionalismo o tendencia a producir sensación, emoción o impresión, con noticias o sucesos (RAE), se ha hecho (salvo honrosas excepciones aún no minoritarias del todo) más que común, norma entre los diversos medios informativos y de comunicación españoles, sean éstos televisiones, radios o periódicos de papel y digitales.Una merma en la calidad informativa y un camino a la mediocridad de masas, del que no sólo no nos hemos recuperado, sino cada vez es mayor. Con las graves consecuencias psico-sociales y anti educativas que ello conlleva para sociedad y, en especial, para los más jóvenes, aunque no solamente; y con el muy grave desconocimiento de la realidad nacional o internacional. Aún quedan honrosas excepciones, no del todo minoritarias, que es preciso apoyar y reivindicar.
Recuerdo que fue la aparición de cadenas privadas entre 1989 y 90 lo que, además de diversificar y ampliar la oferta televisiva, dio paso al sensacionalismo y el morbo más básicos y deleznables. Destacadamente, fue Tele 5, con sus “reality shows”, sus chicas semidesnudas (las ya casi olvidadas “mama chico”), los sucesos y la publicidad introducidos en los telediarios, además de las presentadoras o presentadores “de buen ver” (por encima, en muchas ocasiones, de sus dotes periodísticas), quien introdujo las mayores cuotas de mediocridad y sensacionalismo.
A la cadena propiedad del magnate italiano Silvio Berlusconi (que más tarde sería primer ministro de su país, para vergüenza de la gran nación italiana, hoy ya retirado y condenado por fraude fiscal, abuso de autoridad y constricción a la prostitución de menores), le siguió Antena 3, que no tardó mucho en competir con la emisora transalpina en morbo y sensacionalismo. Y de aquellos polvos, los lodos actuales: no entraré a valorar la pésima calidad de la gran mayoría de programación televisiva en casi cualquier emisora, pública o privada, a la altura del 2014.
Baste decir, que TVE, que tiene una dilatada historia de calidad y servicio público, con casi 60 años de emisiones, que es nuestra cadena pública, que pertenece a todos los españoles, que ha producido programas tan emblemáticos, maravillosos, informativos y educativos como “El hombre y la tierra”, “Informe Semanal”, “En portada”, “Al filo de lo imposible”, etcétera, ha caído en los últimos años de bruces –y de la mano de recortes neoliberales varios de personal y medios, algunos de ellos profesionales de reconocida carrera profesional-, no sólo en una peor calidad informativa comparada con décadas anteriores (superior no obstante a la mayoría de cadenas privadas), sino en el morbo más barriobajero en gran parte de sus noticias: imágenes sin cubrir de personas y víctimas ligadas a la pederastia, sucesos diversos, zafiedad, decapitaciones grabadas en directo, etc., etc.
Es sabido que, al contrario que la verdadera vocación de servicio e información del periodista clásico, el periodismo de nuestros días hace tiempo que es más un negocio que un servicio, ligado directamente a la publicidad. Aún así, quedan todavía (e incluso aparecen nuevos) medios de comunicación independientes y con vocación de servicio a la sociedad, sobre todo en prensa de papel, radio o internet (de la que sin ir más lejos Sur de Córdoba es un ejemplo). Desde luego los españoles deberíamos reivindicar que nuestra televisión pública volviera a dicha senda y hacerlo además sin manipulaciones del gobierno de turno, sea del partido que sea, sino conforme a los intereses de España y los españoles, que no pasan sin por la calidad, la educación y la información independiente.
Recordemos para terminar, al respecto del asunto tratado, tan sólo tres de las diez estrategias de manipulación (concretamente la primera, sexta y octava) atribuidas al lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky, referentes a cómo los poderes capitalistas-mundialistas que dominan el mundo buscan el control y dominio de la población en las sociedades del s. XXI:
1- La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología o la cibernética.
6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente en el sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
8ª- Estimular a la gente a ser complaciente con la mediocridad.
Inducir a la gente a creer que está de moda el hecho de ser estúpido, vulgar, inculto, mal hablado, admirador de personajes sin talento ninguno. Despreciar lo intelectual, exagerar el valor del culto al cuerpo y el desprecio del espíritu.
Saque cada cual sus propias conclusiones.
Ya AldousHuxley en su “Mundo Feliz” (1932) anticipó y advirtió sobre estas importantes cuestiones. Pero eso daría para uno o dos artículos más.
Añadir nuevo comentario