Ha comenzado un nuevo curso y es mi curso número once como Coordinador TIC, desde el año 2003, en el CEIP Ntra. Sra. de la Sierra de Cabra.

Pertenezco a la 1ª generación de Coordinadores Andaluces TIC, quedamos muy pocos, con todo lo que ello ha conllevado en la implantación de las TIC a escala educativa. Califiqué el primer curso TIC como TICtánico. Fui el único Coordinador TIC de Primaria de toda la provincia de Córdoba. No obstante, gracias a los continuos encuentros andaluces de Centros TIC, íbamos puliendo esta inolvidable experiencia educativa, íbamos compartiendo experiencias e íbamos construyendo un servicio fundamental al proyecto educativo: Las TIC al servicio de un Proyecto Educativo, las TIC para la igualdad, las TIC como agente de innovación educativa. Y en este marco el papel del docente cobra una fuerza especial.

La introducción de cualquier medio tecnológico en los centros educativos pasa ineludiblemente por disponer de una actitud convencida y favorable por parte del profesorado, una apuesta por parte de los Equipos Directivos, un fuerte apoyo de la Administración y una adecuada formación del profesorado para su correcta incorporación en su práctica profesional.

No voy, ni mucho menos, a enumerar las vicisitudes pasadas y presentes por las que se desarrollan las TIC en la enseñanza.

Pretendo, amparado en mi larga experiencia, expresar mediante un decálogo cuáles considero y consideramos muchos docentes involucrados en el uso de las TIC en la práctica docente, de forma tremendamente ilusionada, una buena práctica.

Muchos docentes planteamos la necesidad de tener en cuenta ciertos principios básicos para planificar el uso de las TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Estos principios son los cuatro siguientes:

1.    Los ordenadores por sí solos, sin un modelo pedagógico, no generan una mejora sobre la enseñanza y el aprendizaje.

2.    Las TIC debieran ser utilizadas para la organización y desarrollo de procesos de aprendizaje de naturaleza social y constructiva.

3.    La tecnología informática, a diferencia de la impresa o el soporte audiovisual, permite manipular, almacenar, distribuir y recuperar con gran facilidad y rapidez grandes volúmenes de información.

4.    Las tecnologías digitales son poderosos recursos para la comunicación entre sujetos (tanto alumnado como profesorado) que se encuentren distantes geográficamente o bien que no coincidan en el tiempo.

Un proyecto o unidad didáctica destinada a que el alumnado aprenda a través de la realización de actividades realizadas con las TIC, debe poseer una perspectiva metodológica que asuma los principios que he enunciando.

Una de las metas relevantes del aprendizaje escolar consiste en ayudar al alumnado a reconstruir y dar significado a la multitud de información que obtiene en los múltiples medios de comunicación de la sociedad del siglo XXI y desarrollar las competencias para utilizar de forma inteligente, crítica y ética la información.

La metodología de enseñanza que se desarrolle debe caracterizarse por cuestionar el monopolio del libro de texto como fuente única del conocimiento y estimular en el alumnado la búsqueda de nuevas informaciones a través de variadas fuentes y tecnologías, así como la reflexión y el contraste crítico permanente de los datos.

Frente al aprendizaje como una experiencia individual, el reto es utilizar la tecnología para generar procesos de aprendizaje colaborativo entre los alumnos de la clase y entre clases geográficamente distantes.

Una buena práctica potencia la autonomía personal, pero esto no debe obviar el importante papel que juega el profesorado en la adquisición de nuevas competencias que generen otro tipo de aprendizajes en un nuevo modelo de enseñanza.

Pensar en buenas prácticas requiere pensar en buenos soportes teóricos para comprenderlas. Un magnífico informático no es necesariamente un buen docente por muchos programas y recursos técnicos que domine.

Desde el punto de vista profesional hay que aprender a relacionarse con el alumnado a través de unos códigos nuevos que pueden tener efectos muy perversos si no cultivamos, a través de la forma de comunicarlos, valores tradicionales como el afecto, la motivación, la implicación personal y la autoestima del alumnado.

Esquematizando todo lo que quisiera exponer, pasaré a definir en mi próxima colaboración los postulados del decálogo que muchos docentes consideramos de buenas prácticas en la aplicación del Proyecto TIC en centros. Para conseguir buenas prácticas con TIC necesitamos dos tipos de saberes básicos. Un saber técnico sobre las posibilidades de la máquina, alcance de los programas, resolución de  problemas y otro saber didáctico, pedagógico. La combinación de ambos es lo que proporcionará una buena práctica.
 

Continuará…