Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La evolución cultural

El crecimiento exponencial de la información, hace incluso que la escuela y  los adultos sean incapaces de transmitir tanta y tan variada información.

Mediante la cultura se conservan y acumulan las adquisiciones informativas del pasado. Esa información generada en el pasado, transmitida por medios no genéticos y conservado en el presente, forma la tradición cultural, a la que cada generación añade sus propias aportaciones. Aunque cada uno de nosotros haya descubierto muy poco, lo que sabe es mucho, pues hereda socialmente, culturalmente, los descubrimientos que ha hecho la humanidad a lo largo del tiempo. La evolución cultural presupone, además, la evolución biológica.

Si el hombre ha demostrado su dominio sobre otras especies y ha sido capaz de poner en peligro de extinción a especies más fuertes y mejor armadas, más grandes,  más veloces, etc…, ha sido posible gracias a su cultura.

En un pueblo castellano-leonés del interior, en los años de posguerra, un vecino les  envió un saco de percebes desde Asturias. Al verlos, decidieron plantarlos en tierra y comprobaron con estupor que no obtenían ninguna cosecha, sino más bien al contrario: en lugar de crecer, disminuían de tamaño.

Es cierto que se les había entregado un manjar para alimentarse, pero no se les había dado las instrucciones necesarias para su utilización y ante el desconocimiento de lo que era aquello, hicieron lo que consideraron más apropiado: plantarlos.

La experiencia personal que no se transmite y que se acumula a lo largo de la vida no es cultura. Según Aristóteles, la Ciencia puede enseñarse y transmitirse, pero no así la experiencia de la vida, que es personal e intransferible. Por eso la Ciencia es social y acumulativa a pesar de que cada uno tiene que constituir su propia experiencia de cero. Lo que descubrimos, experimentamos, etc., pasa a formar parte de la cultura en tanto en cuanto son transferibles y se transmiten a los demás.

Según Jesús Mosterín, la Cultura para cumplir las siguientes condiciones: Información Transmitida Por Medios No Genéticos.

Para Taylor (1.871) la cultura es “ese todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto miembro de la sociedad”.

Podríamos comentar las distintas etapas en la transmisión de la información a través de la Historia del hombre, incluyendo el invento revolucionario de la imprenta. Sin embargo, en lo que los expertos llaman la Sociedad de la Información, en la que estamos inmersos, las nuevas tecnologías constituyen las nuevas herramientas en el proceso de la acumulación de información y en su transmisión.

En las sociedades  primitivas la transmisión de la cultura recaía fundamentalmente en la familia, que se encargaba de  enseñar todo “el saber” socialmente acumulado. Pero, ello era posible por la escasez de los conocimientos acumulados, lo que permitía a los adultos controlar y transmitir dicha información.

Actualmente, la cantidad de información acumulada es tal que muy difícilmente la familia puede asumir este papel de conservar y transmitir  los conocimientos. Por ello, se ha hecho imprescindible que la escuela asuma ese papel.

Pero el crecimiento exponencial de la información, hace incluso que la escuela y los adultos sean incapaces de transmitir tanta y tan variada información.

Si queremos que las nuevas tecnologías  tengan el efecto positivo y si queremos disminuir al máximo sus efectos perversos, tenemos que acelerar el proceso de alfabetización informática y telemática, porque hay diferentes tipos de usuarios: los reales y los potenciales. Los primeros pertenecen a diferentes sectores de la sociedad y los segundos a diferentes generaciones.

Cualquier niño de 8 años que se coloca frente a un ordenador, es capaz de integrar y manipular, incluso mediante un video-juego, una serie de variadas nociones complejas. Pero aunque este niño posee estas capacidades, carece de los conocimientos que la escuela, la tribu, debería enseñarle.

El “abismo generacional” existente hace además a muchos padres incapaces de orientar a sus hijos, por ejemplo, en las tareas escolares.

Ya lo expresó Margaret Mead (1970): “Hoy en día, en ninguna parte del mundo hay ancianos que sepan lo que los niños ya saben; no importa cuán remotas y sencillas sean las sociedades en las que vivan los niños. En el pasado siempre había ancianos que sabían más que cualquier niño en razón de su experiencia de maduración en el seno de un sistema cultural".

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