Trama literaria exigente, maestría de estilo bien seguro, que actuará con absorbencia sobre sus lectores fieles y también críticos o navajeros, así como todo curioso que decida abrir la novela entre sus manos.
Con un volteo publicitario de campanas tocando a gloria las alturas del mercado del libro, se ha presentado la vuelta de Javier Marías mostrando los preliminares de una compleja, envolvente y desafiadora novela con pátina de tristeza bajo el título de Berta Isla (Alfaguara). Una mujer designada en la narración a ocupar como protagonista el inquietante papel Penélope actual tejiendo y destejiendo, una y otra vez, los sentimientos de pasión amorosa a la vez sacrificio innato por el personaje masculino. Todo un don Juan imantado para cautivar lo imprevisto, poseedor de lúcida inteligencia y políglota envidiable. Historia para quien se asome a ella de seguro quedará atrapada desde el principio. Y el lector afín volverá sobre sus pasos, recordando, aunque con otros nombres, las aventuras, pasiones y sinsabores de su otra gran novela Tu rostro mañana aquí con la aparición de esta Berta Isla que vuelve sobre una misma historia con personajes ya conocidos y aventuras de intriga envolvente y los amplios deseos del ser humano en su respectiva sociedad. Y esto no es un elogio gratuito por encargo, pues no acopio pitanza de pesebres homologados. El posible lector se encontrará una magnífica novela de intriga y pasiones, donde se desnudan muchas cosas que por referencias conocemos y las cuales nos llevan a dudar de los intereses creados a los que sirven, donde toda posible falta de escrúpulos encuentra su justificación por el servicio secreto británico, poder de los grandes estados defensores y guardadores secretos de su dominio y supervivencia.
Javier Marías se vale del sobresaliente Thomás Nevinson para recrearnos con el desnudo perfectamente definido del funesto mundo del espionaje de Estado bajo el disfraz de los buenos modales de la mentira y los extremos sin fronteras, atrayendo a este joven sobresaliente que se ve envuelto en aventura amorosa una noche que visita a su amiga Janet, hace el amor con ella y se marcha tras discutir sobre sus relaciones. Ya en la calle ve acercarse un oscuro personaje que entra en la vivienda de la que ha salido, subiendo hasta la planta en la que se encuentra el apartamento de su amiga Janet.
A la mañana siguiente aparece en la prensa la noticia de que una joven ha aparecido estrangulada en su apartamento. Todas las sospechas caen sobre Thomas, el panorama se le presenta complicado. Sus profesores que tanto lo aprecian le ofrecen salir airoso del caso si acepta la sugerente invitación desde Oxford de sumarse al servicio secreto dado su don para penetrar en las personas observando su rostro y palabras. La ayuda a cambio de entrar en el mundo del espionaje estatal con aquello que pueda ser necesario. El joven Thomas Nevinson ingresa sin problemas en el espacio de la diplomacia. Y aquí comienza en verdad la envolvente historia, entre el amor y el siniestro mundo del espionaje a favor que la razón siempre la tiene tarde o temprano el Estado.
La trama ya está perfectamente compuesta y el camino a seguir entre el amor y servicio a los emblemáticos poderes establecidos. Toda una historia con el sabor dulce y amargo de la vida, la realidad y el deseo de un personaje atrapado para el resto de su existencia. Sin paliativos y con su personalidad propia culta y sobresaliente cubierta y dependiente de la máscara con la que tiene que introducirse en los cálculos y ordenes que se le dicten sin preámbulo alguno. El lector podrá sentirse a gusto y a la vez inquieto cuando advierte que ha sido atrapado por el autor de Berta Isla para llevarlo por este laberinto de concesiones en esa atmósfera propia del escritor en toda su obra creativa, que en esta explica narración juega con personajes ya conocidos en sus otras novelas suyas. El juego con pasajes reales de la historia como la guerra de las Malvinas, Irlanda y el Ulters sin dejar a tras la España de democracia incompleta desde sus andadura a finales de los setenta, hasta la etapa de la corrupción mafiosa segura de sí mismo dada la protección descarada con la que cuentan sus manejos. La historia está repleta de muy buenos ejemplos anecdóticos y humanos, envolventes al estar poseídos de amena y elaborada narración.
En una entrevista dada a un diario en el lanzamiento de Berta Isla, Javier Marías confesaba: “Me parece milagroso haberla terminado. Tengo una manera de trabajar lenta, hago una página, la corrijo, la reviso, la vuelvo a teclear así hasta tres, cuatro o cinco veces y no sigo hasta que no está terminada. Siempre tengo la sensación de que no podrá leerse con fluidez”. Mi criterio es que se lee con fluidez e interés. Eso sí, puede que contenga páginas de más, a veces por exigencia de las propias editoriales deseosas de volumen.