Que vivimos en un país de locos es algo que muchos de ustedes habrán dicho u oído en muchas ocasiones, incluso que vivimos en un mundo de locos, tanto da. Y es que las noticias que nos bombardean continuamente de una u otra manera, por unos sitios o por otros, nos hacen preguntarnos si la sociedad se encamina hacia algo mejor, o vamos a la deriva sin control en un sálvese quien pueda.
Hoy todo se discute, todo se pone en duda por muy evidente que sea, y a la par suceden hechos inauditos e inexplicables que nos dejan sin aliento.
Al comenzar a escribir he llegado a preguntarme si usar la palabra loco era acertado o podía molestar a alguien, y luego me he dicho ‘no te dejes arrastrar por tanto cursiprogre y habla claro, como siempre haces’. Y es que no es mi intención ofender a nadie, y si alguien se ofende es su problema, que por cierto no creo que sea pequeño. No obstante, es preocupante que me lo haya planteado, vivimos cohibidos por las monsergas hipócritas más grandes, jamás impuestas, que nos impiden ser libres, y a eso me niego.
Así que sigo adelante dándole al teclado y queriendo ir al meollo de la cuestión, que no es otro que hablar de un suceso que ha pasado más desapercibido de lo que debería por algunos medios de prensa en general. Y cuando termine de exponerlo ya me dirán ustedes si es o no para hacer mi afirmación del principio.
Vamos a ello, los pocos medios que lo recogen cuentan que una chica joven va a entrar en prisión por haber sido condenada, hasta aquí todo correcto. Pero los hechos por los que se le condena resultan ser la agresión en el rostro con un cristal a un chico y que le produjo una herida de unos dos centímetros. Llegados a este punto ya estarán preguntándose: ¿sólo por eso entra en prisión? Pues esperen que la locura no ha hecho nada más que empezar. Esa ‘agresión’, entrecomillo por lo que vendrá después, es hoy delito leve, y si no que me corrijan los juristas que de eso sabrán más que yo.
¿Por qué agredió al joven que es tres años mayor que ella? Por la pena impuesta pensaría alguien normal que lo hizo a traición y con ánimo de deformarle la cara. Pues error, resulta que él era su exnovio y tenía una orden de alejamiento de 500 metros de ella por malos tratos anteriores, la cual se saltó, y lo hizo para volver a engañarla con patrañas, y cuando la infeliz se dio cuenta lo mandó a paseo. Pero él, más fuerte y ofendido la atacó lanzándola al suelo y pateándola en varias partes de su cuerpo. Ella solo pudo coger un cristal que había en el suelo y hacerle el corte en el rostro cuando se echó sobre ella dándole golpes.
A ver, a ver, ¿cómo han condenado a esa criatura si lo que hizo fue en legítima defensa, y no han condenado al maltratador? ¿A que con lo que está cayendo sobre violencia machista es inexplicable? Evidentemente, y más con los gobernantes que tenemos. Pues así ocurrió, dejen el cabreo para luego que lo inexplicable tiene explicación.
Resulta que algunos buenos periodistas, que los hay, han investigado a su señoría, es decir, al juez que ha dictado la sentencia. Y mira por dónde, el de la toga con puñetas ha resultado ser un denunciado por acoso laboral y sexual a varias mujeres. Como lo leen. Y se ha permitido obviar que existía una orden de alejamiento, por sus coj… entrando sólo en la denuncia del exnovio por agresión. Porque la infeliz pactó retirar su denuncia, que la puso, si él también lo hacía para intentar olvidarlo y no verlo más. Pero luego él no lo hizo (otro engaño más). Y dice el puñetero juez que ella no demuestra nada porque no hay denuncia... Los golpes que infligió sobre ella ni los tuvo en cuenta su señoría.
¿Y este tío sigue ejerciendo de juez? ¿Dónde está el Poder Judicial para echarlo de la judicatura? Está clarísimo que no juzgó con equidad este misógino, extremadamente machista, además de aplicar la legislación a su gusto y con total parcialidad. Pero me hago otra pregunta, ¿y dónde estaba el otro puñetero del ministerio fiscal, de vacaciones?
Pues nada, la chica entra en prisión y el asqueroso juez sigue tan pancho en su juzgado. Ah, y el maltratador en la calle y frotándose las manos, quizás para volver a pegar a otra mujer.
Se ha abierto en Change.org una recogida de firmas pidiendo el indulto para esta pobre desgraciada. A ver si el presidente Sánchez está tan rápido para concedérselo como estuvo para poner en la calle a los independentistas catalanes que firmaron un documento declarando la república catalana, hecho, entre otros, por los que fueron condenados. A ver si todos los que se ocupan a diario del tema de la violencia machista presionan a Sánchez para que una injusticia tan grande quede al menos paliada. En su mano está, ya veremos qué hace.
Loco no, este país o este mundo está totalmente desquiciado, yo a mi edad ya no me preocupo por mí, pero no paro de pensar en mis hijos y el futuro que les espera. Llámenme catastrofista, pero por muy optimista que sea hay hechos que me funden las entendederas.