Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Transparencia

Quizás la primera vez que oí hablar de transparencia fue cuando de muy pequeño me dijeron que el agua era transparente, imposible que pueda recordar cuándo ocurrió aquello, pero seguro que sería para explicarme que el agua no tiene color; todo era de colores, aunque esa sustancia no tenía ninguno, de ahí que dejara ver lo que había tras ella.

A lo largo de mi vida esta palabra ha ido teniendo diferentes sentidos subjetivos según el momento y la situación en cuestión. En mi adolescencia la ropa con transparencias de las modelos o actrices que se veían en las revistas de la transición resultaban ser una provocación bastante erótica para un joven rebosante de hormonas. Que conste que aún hoy me siguen pareciendo lo mismo, aunque hoy las vaya mirando con otros ojos…

Estando en la facultad también la palabra transparencia tuvo mucho impacto en esos momentos, ya que llegué a obsesionarme con las veladuras que lograba pintar mi profesor de Dibujo en Movimiento Francisco Borrás, jugando con el barniz tan magistralmente que las pieles de las modelos de sus cuadros eran tan transparentes que parecía que podrías causarles un cardenal nada más que de mirarlas. Y no digamos de las ropas que envolvían algunas partes de sus cuerpos cuyas transparencias eran puro arte. Hoy, si quieren apreciar transparencias, recomiendo observar la obra de mi amigo Ángel de Cáceres y verán qué maestría consigue en sus modelos con sus “pasteles transparentes”.

Luego mis vivencias como profesor de dibujo me han llevado siempre a hablarle a mis alumnos de la luz, y de la ausencia de ella, y no ha sido infrecuente que, cuando les decía que los objetos tienen color porque les da la luz y de ella absorben todos los colores que la componen menos el color que vemos en cada objeto que es el expulsado, alguien me preguntara, ¿y que pasa con los objetos transparentes? A lo que siempre respondo: estos son los que no retienen ni expulsan ningún color porque simplemente dejan pasar la luz a su través. Y siempre es curioso ver sus caras cuando les cuentas esto, o cuando les dices que siempre se ha dicho que Velázquez era el pintor del aire porque había sido capaz de pintar una atmósfera sin igual en las Meninas. Te miran mientras piensan, ¿pintar el aire? O cuando algunos me preguntan, pero si el agua es transparente cómo se pinta. Y me encanta contarles que la transparencia son reflejos de la realidad y que los impresionistas eran maestros en ese terreno.

Hace ya unos años se puso de moda la palabra transparencia en la política. Yo pensé: ya se van a cargar un término tan bonito, porque todo lo que tocan los políticos termina manchado y denigrado, y más aún cuando apareció unida y contrapuesta a los incalculables casos de corrupción, del color que fueran. Y no me equivoqué, ahora todos se piden mutuamente transparencia, todos aluden a ser transparentes en sus cuentas, sus procesos electorales, sus programas, sus ideas… Ya no nos mienten (ja), ya sabemos todo de ellos (ja), ya no nos roban (ja), ya no nos ocultan nada (ja), ya sabemos hasta sus posesiones y cuentas bancarias (ja), ya son transparentes (ja, ja, ja).

Con el controvertido tema de los daños provocados en una iglesia de Cabra catalogada como de Bien de Interés Cultural y en una pieza arqueológica tan importante en el patrimonio de mi pueblo, como el Ara del obispo Bacauda, hemos visto lo muchísimo que se ha hablado, pero lo mejor es lo que queda por saber y hasta dónde llegarán las responsabilidades de cada cual. Muchos opinan que esto se quedará en nada, y expresan posteriormente el dicho quijotesco de “con la iglesia hemos topado”.

Por ahora los transparentes PP, Ciudadanos y Vox han decidido que no se lleve a cabo la comparecencia en el Parlamento andaluz de la consejera de Cultura solicitada por el PSOE. ¿Ven ustedes la transparencia? ¿Es que ya están queriendo ocultar algo? ¿Ya están intentando tapar las responsabilidades de la Iglesia, o de uno de sus trabajadores, en este polémico asunto? ¿Por qué no quieren informar en el lugar que representa a todos los andaluces de algo tan simple? ¿No entienden que esto crea más dudas? Ya estamos como siempre, la transparencia para mí y lo opaco para el pueblo.

Y eso que estos tres partidos (no los llamaré trifachito) eran los que antes se quejaban del cortijo socialista donde no había transparencia, y por eso ellos han venido a regenerar la vida política andaluza, ¡toma ya!, impidiendo comparecencias, enchufando a la hermana del presidente de la Junta dándole la dirección de un Conservatorio de música con un baremo inferior a otros compañeros, errando en la colocación del profesorado para el curso que empieza el mes que viene y no reconociéndolo, implantando un programa de clases en verano que ha sido un desastre monumental… Poco llevan, mucho venden y poquísimo dan.

Al final la transparencia quedará en las nuevas generaciones de jóvenes como otra mentira de la política, donde unos a otros se la piden, casi exigen, y que ninguno la ejerce por muchos portales de transparencia que nos quieran vender. La transparencia está siendo también un reflejo de la realidad que vivimos, en este caso política. Lo siento por estos jóvenes, las transparencias de mi juventud eran mucho mejores, os lo puedo asegurar.