Los recuerdos, con el tiempo, terminan de aflorar con transparente nitidez, alimentando el baúl de la nostalgia, tan necesario mas adelante, cuando el pasadova alejandose, y el futuro se acorta por inexorable ley de vida.En verano, ese estío denso de Córdoba, desde la azotea de mi casa, en una estrecha calle del Barrio de Santa Marina, se podía ver la pantalla de un Cine de Verano situado al otro extremo de la misma. Comprenderán que en los años 60 del Siglo pasado, semejante privilegio resultaba harto escaso, por lo que las veladas de Cine eran el mayor entretenimiento de la vecindad...Ni que decir tiene que la autocensura actuaba con diligencia, y si bien los tiros del Oeste, o las aventuras de Tarzan eran bienvenidas, en cuanto aparecían en pantalla Rita Heyworth o Ava Gadner, los niños eramos convenientemente remitidos a la cama . El placer de las pequeñas diversiones, aunque con limitaciones.
Los años han pasado y hemos buscado diversiones mas extremas...necesitamos la adrenalina a flor de piel o acudir a lo mas exótico para sentir que hemos salido de la rutina cotidiana. Nuestro nivel de exigencia a subido a la par de nuestro desarrollo económico; o al menos eso creíamos.
Y en eso vino “la borrasca” que nos atormenta en la actualidad. Nada es lo que parece, y en un País en el que el Gobierno ha perdido gran parte del apoyo concitado antes de las elecciones, y la oposición está en las mismas penosas espectativas electorales que la llevaron a su mas sonora derrota de la Democracia, nada parece tener sentido. Los “mangantes” de toda condición y alcurnia, aparecen hasta el hastío en los medios. Los financieros, hoy nos indican una línea de actuación y mañana la contraria sin el menor rubor, generando la sensación de que al mando de la nave se encuentra “un mono loco”......Y hasta el mayordomo del Papa lo detienen por urdir a espaldas de Ratzinger, no se qué trama, con la Banca Vaticana detrás....Señor, Señor !!!.
Y encima el currito de turno, agobiado por las letras del BMW que compró y no puede pagar o peor, con serios problemas hipotecarios, de la casa que pensó sería su hogar para siempre jamás, y que ahora le reclama el mismo banquero que con empalagosa amabilidad le concedió el crédito causa de sus desdichas actuales, no sabe que fuego apagar.
Hacia donde miramos, hacia donde dirigimos el norte de nuestra brújula. “En tiempos de tribulación no hacer mudanza”.....Pero algo hay que hacer...
Y digo yo: ¿ Porque no nos asomamos otra vez a la barandilla de la azotea de mi infancia para ver el cine de verano....?. ¿ Porque no contemplamos de nuevo el mundo con la generosa curiosidad del que lo ve por primera vez ?. Ahora que no podemos pagarnos grandes mariscadas y exóticos viajes, entre otras cosas porque no hemos sabido calcular nuestras propias posibilidades, resultaría mas que conveniente retomar los pequeños, pero esenciales placeres...Un buen libro, una sugerente música, una apacible conversación, que a la par que nos entretiene puede, de camino, formarnos... Solo lo esencial perdura, y la reflexión personal resulta imprescindible hoy por hoy. Saber qué lugar ocupamos y porque hemos llegado a él, son la base de tomar la correcta puerta de salida, a esta crisis, que no solo es económica.
Asomense a la barandilla del Cine y vean...Una nueva realidad aparecerá mas tarde o mas temprano y debemos estar preparados para vivirla.
Rafael Ramírez Ponferrada.
Médico
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