Rafael Ramírez Ponferrada
Rafael, ya era grande cuando lo conocí en nuestra Córdoba común, hace 35 años.Y no solo me refiero al tamaño, que también. Imagínense a mi lado, tan menudo, siempre tuve con él la sensación de cierta pequeñez.....Pero su grandeza trascendía con mucho, lo meramente físico.....Hablo de su fuerza interior, su inagotable manera de encontrar soluciones a los mas diferentes problemas, su ánimo, inasequible al desaliento. Todo ello, por paradójico, hace aún mas increíble su ausencia.
Por hacer un necesario guiño a la nostalgia, el recuerdo me lleva a la juventud, época agridulce, donde las incertidumbres alternan con sentimientos impagables y seguramente irrepetibles, preñados de frescura y ayunos de dobles intenciones. Ya en aquel tiempo, Rafael y Lourdes, escasamente algunos años mayores, nos doblaban en experiencia y autonomía personal y laboral.....Parecían gigantes a nuestro lado.....
Autónomo desde su mas tierna adolescencia, siempre supo cuidar de si mismo, en el entorno de una numerosísima familia, donde hacerlo resultaba absolutamente imprescindible.....Creo que ese afán de superación, esa mano firme contra la corriente de las adversidades, fue su mas señera cualidad, a veces entregandose a la faena con un denuedo, con tal intensidad, que raramente encontraba paréntesis para el sosiego........ese sosiego tan necesario para todos, y tan caro en nuestro régimen de vida actual..... La vida, con los meandros de su río, caprichosos e inciertos, nos reencontró, al cabo de los años en Cabra, donde yo había recién tomado posesión de mi plaza en el Hospital y Rafael ya ejercía de Radiólogo desde hacia 2-3 años......No puedo olvidar su bienvenida ( de nuevo su protector paraguas) un día de Abril de 1983, él ya padre de familia y yo un novato Adjunto de Otorrinolaringología y lo que es peor, aún mas novato en los “requiebros” de la vida, frente a un plato de exquisitas habas de la huerta egabrense.....Esa noche, entre consejos para el futuro y apelaciones continuas a la nostalgia del ambiente cordobés, encontré a un Hombre, con mayúsculas, y a un amigo, ya para siempre, lo cual me ha demostrado sobradamente en el transcurso de estos años. Compartir con él sus anhelos y los míos, fueron nuestro deporte favorito.....Falete y sus primeros vuelos ( literalmente te veías dentro de la avioneta con él, Falete y tú mismo de tercer pasajero), las dudas sobre qué especialidad escoger, y los éxitos (muchos) de nuestra ya colega Lourdes, y por fin los planes Universitarios ya comenzados de Juan Carlos, en un terreno de enorme futuro, encontraban respuesta en todas mis cuitas de padre, en relación con el futuro de mis propias hijas....Conversador ameno, reflexionaba siempre pegado al suelo de una realidad, que a veces uno no era capaz de discernir, y en la que Rafael te hacia aterrizar, eso sí, suave y certeramente, convirtiendolo en un referente vital y profesional en numerosas ocasiones. Su vitalismo, a pesar de sus circunstancias, su constante afición viajera, su habilidad manual, lo convertían en un “arreglador” de problemas para compañeros, amigos o solo conocidos que por allí pasasen, sin pronunciar jamás la palabra NO frente a cualquiera situación...........
¿Qué mas era Rafael........? Era tanto, que todo lo llenaba. Era tan discreto, que a veces se deslizaba sigiloso, a pesar de su generoso volumen.....Era enfín, era........... un amigo.
Todos notaremos su falta. Todos lo echaremos de menos......Pero cuando alguien pasa por tu vida y se arraiga en el corazón, no morirá para siempre. Las grandes personas tienen un privilegiado rinconcito en el solar del recuerdo, donde luego de enraizar, se convierten eternamente en parte indeleble de uno mismo.....Desde allí, nosotros lo recordaremos y él, siempre activo, seguro nos indicará el camino mas corto para encontrar la salida....
Rafael Ramírez PonferradaMédico
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