“Para ser miembro irreprochable de un rebaño de ovejas, uno debe ser, por encima de todo, una oveja”

Albert Einstein

 La imponente obra de Georg Orwell “1984”, novela de crudo planteamiento social en ficción política, figuraba en el puesto número dos del listado de los cincuenta escritores británicos de mayor relevancia desde 1945, elaborado por The Times. Un siglo ha transcurrido cogidas de la mano realidad y ficción desde aquel perenne presagio 1984 y “2084 El fin del mundo“, que es una nueva obra de ficción de tiempo futurible, entre la clásica obra orwelliana mostrando el guillotinado de las libertades en aquella viva fábula con visos de realismo, cuando sobrevuela otro gran timonel alrededor de nuestras cabezas.

Y uno suma años a la vez que los cálculos me garantizan que si la ficción se convierte en realidad ya no estará por esta geografía mi pellejo y esqueleto. Eso sí, viví y sufrí al generalísimo Franco ejerciendo de “Caudillo de España por la Gracia de Dios” grabado en las monedas con olor a botafumeiro y bendición vaticana, que sin demagogia, no fue moco de pavo. Y que este “remozado Gobierno” piensa llevarlo consigo como modelo de rezo en sus discursos  patrióticos ante la Biblia.

Y aquí estamos en los tiempos que corren soportando la galopante mediocridad de la alienación y cultura de supermercado cuando la editorial Seix Barral da vida editando en lengua de Cervantes “2084 El fin del mundo" que, merecidamente, disfruta del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Y de los Premios Goncourt, Médicis, Femina, Renaudot e Interallié y mejor libro de 2015 en Francia según la revista Lire y Le Figaro.

Y he aquí la novela controvertida y perturbadora de Boualem Sansal, que para sentar bases, como punto de partida ofrece esta cita: "Puede que la religión haga amar a Dios, pero no hay nada como ella para hacer detestar al ser humano y odiar a la humanidad". Importante advertencia con la que comienza la historia que narra el futuro entre la ficción y la posible realidad que le espera a la sociedad.

 La narración que comento tiene lugar en el imperio de Abistán dominado por un régimen radical y totalitario según el cual la población entera debe adorar y someterse al mismo dios. Teniendo por protagonista a Ati, personaje decidido a no vivir sometido, ni a doblegarse más ante un gobierno antidemócrata que no permite ningún tipo de pensamiento personal y que incluso “ha instalado un sistema de monitorización ubicua para controlar en todo momento a los ciudadanos”. Por lo que Ati decide partir en busca de la verdad buscando en una travesía a través del desierto a los renegados, un pueblo rebelde y perseguido que vive de espaldas a la religión.

Nuestro escritor,  originario de Argelia, Boualem Sansal, escribe en lengua francesa su obra, polémica, valiente, comprometida y cargada de denuncia, compromiso que ha provocado que viva amenazado en su país de origen. Actualmente este autor se considera una de las principales voces de la literatura contemporánea. Su opinión crítica contra el gobierno de Argelia hizo que le despidieran de su empleo de funcionario en el Ministerio de Industria y que algunas de sus obras, premiadas en el extranjero, se censuraran en su país. Suyas son las novelas "El juramento de los bárbaros", "La aldea del alemán" y "Rue Darwin".

 La novela plantea desde el propio concepto de Orwell, de nuevo un omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, con fines represivos, basándose en el principio sólido de que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado. El contenido dibuja un panorama de lo más inquietante, tanto que para el ciudadano formado de la actualidad, no descarte que pueda no ser imposible esta obra de ficción que a medida que el tiempo corre toma visos de cercana realidad.