¿Por qué tanta desafección y denuesto a la enseñanza de la religión católica?
España desde 1978 se considera como un estado aconfesional, aprobado así en la Constitución Española.
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. (Constitución Española, art. 16.3)
Esto quiere decir que el estado no reconoce una religión oficial y quedan separados los poderes políticos y religiosos, por consiguiente la colaboración económica. En un estado laico, siendo aconfesional, las creencias religiosas no influyen sobre la política nacional. En nuestra constitución el artículo anteriormente citado establece una colaboración de los poderes públicos con las distintas confesiones que existan en la sociedad, según la proporción representativa que existan de cada una de ellas y además debe de reconocer el derecho fundamental a la libertad religiosa, a esto se le llama una laicidad positiva.
Todo esto está muy bien en el papel, que todo lo aguanta, pero ¿se cumple en realidad?
En el BOE del pasado 18 de marzo el Estado Español aprueba el acuerdo de cooperación con la Comisión Islámica de España de la enseñanza religiosa islámica en los centros de enseñanza públicos, privados y concertados en las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria. Será impartida por profesores designados por las comunidades pertenecientes a las comunidades islámicas, con la conformidad de la Federación a que pertenezcan. Los contenidos así como los libros de texto, serán proporcionados por las comunidades respectivas con la conformidad de la Comisión Islámica de España
En el BOE de ese día pueden encontrar de una manera detallada y clara todo lo referente a esta inclusión religiosa en nuestra sociedad, que no sería de importancia si se contemplara del mismo modo las enseñanzas de otras religiones, sin embargo la católica, mayoritariamente en este país, se intenta y de hecho en algunos colegios públicos ya ha desaparecido su enseñanza de manera absoluta.
En España tenemos más de 1000 mezquitas donde se adoctrinan a los que son y a los que quieren ser instruidos en esa religión. La cooperación y convivencia entre las distintas culturas y sobre todo religiones (verbigracia islámica) es en principio bueno, pero no debemos olvidar el fanatismo y mala interpretación, ya sea por parte del que la imparte o por el que lo recibe, las consecuencias tan nefastas que están demostrando.
Sin entrar en el mundo de los sentimientos y creencias, que daría para otro artículo, la Iglesia católica ahorra a la sociedad millones de euros en lo que destina a fines sociales, (sin importarle el credo que practiquen), me gustaría saber cuánto invierten los partidos políticos, sindicatos etc., en tales causas. Visto esto y mirando simplemente desde un punto de vista económico, ¿por qué tanta desafección y denuesto a la enseñanza de la religión católica?
Seguimos siendo el país donde las instituciones, personas o cosas que funcionan intentamos de una forma u otra destruirlos, arrinconarlos, ningunearlos, da igual que la sociedad avance, que el mundo se globalice, que se intente un mundo mejor, da lo mismo, nosotros a lo nuestro, al imperio de la envidia, el rencor y ahora con la introducción de lo progre, también a la mediocridad.