Colectivo Prometeo
Desgradiada desgracia de los trabajadores de Cajasur.
El expediente de Regulación de Empleo traumático de CajaSur, con 151 personas puestas en la calle sin su consentimiento voluntario previo (y un número al menos similar en las distintas empresas participadas como Creusa, Datasur, Fundación...), ha puesto al descubierto la derrota sin paliativos y sin ningún género de dudas, de sus trabajadores.
Aunque gran parte de esa responsabilidad recae en unos representantes sindicales cuya misión se ha caracterizado por su colaboración y entreguismo con la empresa, al viejo estilo amarillista al que nos tenían acostumbrado el sindicato mayoritario, indirectamente el conjunto de sus empleados han consentido, petrificados por su conformismo y pasividad, al optar por esos representantes. No olvidemos que unas semanas antes de la conversión de Cajasur en Banco, hubo unas elecciones sindicales, en donde las posiciones del sindicato mayoritario- Aspromonte -,se vieron refrendadas, incrementando incluso sus delegados.
También ha quedado al descubierto una clase política, casi sin exclusión de siglas, (tal vez algún matiz) cuyo objetivo prioritario, y nos atrevemos a decir único, ha sido el de no enemistarse con el poder establecido.
Algo muy común en la España actual. Lejos queda aquella manifestación por las calles de Córdoba, del sindicato Aspromonte y el Partido Popular, a finales de la primavera del 2010, en la que aireaban sus consignas en “defensa del empleo en CajaSur”.
El tiempo ha demostrado que la misma sólo escondía las ansias de poder del PP yendo contra los partidos que gobiernan en la ciudad de Córdoba y la Comunidad Autónoma, al azuzar a los trabajadores contra un poder democráticamente elegido –les gustara o no- y de lo que éste representaba en las cajas de ahorros de Andalucía. El pretexto esgrimido de " la defensa de los trabajadores y del tejido social y económico cordobés", era pura patraña. Claro está que, mientras tanto, los otros partidos se limitaban a mirar para otro lado.
Lo relatado en los párrafos anteriores es bastante grave y llamativo, pero lo ocurrido el día 23 de marzo superó todo lo vivido hasta entonces y tuvo su punto culminante en la muerte por suicidio de uno de los trabajadores despedidos.
Nos ha llamado poderosamente la atención en este luctuoso suceso, el silencio total con el que la noticia fue recogida por la prensa local. Constituye un motivo de dolor, tristeza y escándalo comprobar que los medios de difusión se ponen al servicio de la Banca cuando puede verse alterada la cuenta de sus resultados económicos, vía propaganda o anuncios.
¿Qué decir además de la colaboración y la aquiescencia de los sindicatos ante las medidas y prácticas desarrolladas por la empresa? Apenas advirtieron de lo que podía pasar, creyendo que de esa manera no ocurriría nada, pese a los gravísimos indicios de lo que sucedía. Al mismo tiempo, taponaban la indignación que emanaba de una gran parte de los empleados de CajaSur.Sobre la mesa también quedó expuesta la ausencia de valores, ética y moralidad de las empresas que quieren obtener beneficios rápidamente sin importar como se consigan.
Pero es mucho más significativo que en este terremoto social, con centenares de víctimas, han logrado permaner fuera de los focos, ocultados conscientemente , los verdaderos responsables de la situación a la que fue llevada la empresa (Cabildo catedralicio, canónigos, representantes del poder político que actuaron en defensa de los intereses de partido, no de los colectivos, paniaguados de todos los pelajes), mientras se era implacable con los empleados, con una clase trabajadora, indefensa, dividida y -anímicamente - vencida.
Colectivo Prometeo
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