Londres, donde la venganza de un peligroso asesino, desafía con una misteriosa partida de ajedrez sobre el tablero de toda la ciudad, donde la víctima puede ser cualquier inocente bajo el dictado de las piezas negras o blancas del juego.
Una grata y sorprendente lectura ha significado la incursión por los entresijos narrativos de El peón envenenado, novela de cuatrocientas cincuenta páginas de Ricardo Alía, publicada en la editorial MAEVA. En ella, el ajedrez es eje principal de la tensa trama que compone una historia, entre ficción y realidad, lo que significa para mí como lector todo un respeto y admiración. Y no menos cierto rubor y complejo al ser un neófito de este embrujador juego.
No por ello, he dejado de disfrutar de esta novela en la que se desvive la narración en tres historias por contar y descubrir el sorprendente desenlace de la intensa narración por la que se desliza el laberinto de misterioso enigma de una fanática aventura con sed de venganza protagonizada por un calculador y frío ajedrecista.
En el principio de la novela entre “ficción y realidad”, aparecen exquisitos gustos siempre sustentados por personajes con nombres del mundo clásico. Uno de ellos ya lo muestra con claridad: Cástor, que en la mitología griega, griego antiguo, junto con su hermano fueron, «hijos de Zeus», famosos héroes mellizos hijos de Leda y hermanos de Helena de Troya. En la novela deslumbrante gacela, seductora, cuantiosa y calculadora, que todas las mañanas corre por el Heidi Park de Londres, practicando una seducción muy calculada sobre Arturo Muñoz, el gran Maestro ajedrista, hasta lograr prenderlo en sus redes.
Recuerdos de un pasado, es otra de las historias que narra la fría crueldad en el País Vasco, cuando Guernica sufrió la feroz desolación de la muerte con manifiesto criterio insobornable de Picasso, “En la pintura mural en la que estoy trabajando, y que título Guernica, expreso claramente mi repulsión hacia la casta militar, que ha sumido a España en un océano de dolor y muerte”. Los niños de la guerra sacados de aquél infierno, llevándolos fuera de España y salvados del exterminio de quien hoy su momia resplandece en el Valle de los Caídos por la “Gracia de Dios”.
Y las tensas historias que se narran se van ensanchando en la ciudad de Londres donde el pánico de la población crece. Se trata de un asesino en serie apodado Cástor, quien ha retado a una partida en la gran urbe en la que cada pieza capturada implica la muerte de inocentes. Lo que lleva de cabeza al comisario Andrew y su equipo por distintas pistas abiertas y sospecha sobre todos los personajes implicados en tan envolvente como tensa y misteriosa historia, dentro del género de novela negra bien planteado como se desarrolla en el mágico mundo del juego de ajedrez.
Ricardo Alía (San Sebastián 11971) pasó su infancia en Rentería, Guipúzcoa. Competidor en torneos internacionales de ajedrez. Esta experiencia como competidor en torneos de altura de ajedrez, fuente de conocimiento y experiencia para abordar la creación de esta interesante novela de vida propia. Llenarla de calidad manteniendo el juego de la intriga sostenido por una sólida base argumental.
Anterior a El peón envenenado, el autor, cuenta con la Trilogía del Zodiaco compuesta por El signo del dragón, El duelo de la serpiente y El salto del caballo. Apasionante thriller ambientado en San Sebastián. En El signo del dragón, la rueda del Zodíaco empieza a girar. Enero de 2012, comienza el Año del Dragón, el único animal mitológico del Zodíaco chino, que representa la sabiduría y el poder y la riqueza