Seguimos hablando de casos de corrupción como el pan de cada día. Y es que cuando ésta apesta por todos lados, es necesario limpiar las alcantarillas, como decía muy bien Morago (PP). Empezar a construir de nuevo el edificio de un partido de centro derecha, pero con rostros nuevos y conciencias transparentes; de lo contrario irá al garete, perdido por el viento, dando paso a grupos populistas que hablan demasiado, entorpecen las mentes y destruyen la libertad.

No caben medias tintas, remiendos o parches políticos, siendo urgente atajar el problema de la comunicación, salir a la calle ofreciendo libertad y buen hacer. Construir desde la política el noble ejercicio de responsabilidad que nos lleve a la consecución de un poder y de un gobierno para toda España, sano en costumbres y honrado en sus decisiones y conductas. La honra o la honradez como principio, bastión y bandera, unidos al conocimiento exacto de las cosas que nos permitan una mejor y mayor estabilidad política.

No hay otro camino. Habrá rodeos, mudanzas, pero no llegaremos al éxito y al triunfo si nuestra capacidad está exenta de verdad, compromiso y honradez. Estar y vivir con y por la política, entraña unos valores que han de cumplir todos cuantos se sientan realmente preparados y comprometidos en la noble y digna acción como servidores de la política.