El autor italiano en la obra La utilidad de lo inútil, analiza como el pensamiento dominante arrincona el territorio de la libertad auspiciada por el puro saber y su equidistancia del trasunto económico.
LA COSTUMBRE COMO VIRTUD y espacio de resistencia. Tal vez sea esta la pugna desigual que dirime todo proceso de perversión sistematizado y enfrentado con los valores humanos. En el caso de Europa, exportadora de derechos contemporáneos, se revela como tristísima asunción de lo contrario a esta declaración de principios. De ahí, señala el breve, pero intenso ensayo: la desmemoria del pasado, el que parece inexorable retroceso de las disciplinas humanísticas, el ninguneo de las lenguas clásicas, el deterioro manifiesto de la enseñanza, los obstáculos en el ejercicio de la libre investigación, el aniquilamiento de la fantasía, el menosprecio del arte, el exilio del pensamiento crítico, el desenfoque del horizonte civil. Esta acusada patología tiene carácter pandémico. El beneficio inmediato se erige en el becerro de oro que adoran los estados. La sociedad de consumo es su bastión inexpugnable. En el año 1975 apareció Escritos corsarios. Recopilación de los artículos periodísticos de Pier Paolo Pasolini en el periódico Il Corriere della sera, durante el periodo comprendido entre 1973 y su asesinato en 1975. Se expresaba en ellos desde esta valerosa perspectiva y visión de conjunto, «Si la palabra fascismo significa prepotencia del poder, la sociedad de consumo ha realizado cabalmente el fascismo». El conformismo civil, la uniformización cultural y el comercio de lo humano, continúan siendo conflictos abiertos, pero con la tendencia perdedora para la dignita hominis, el amor y la verdad, según refiere Nuccio Ordine.
RETROSPECTIVA HUMANISTA Y ALECCIONADORA. Con la brújula de los clásicos –filósofos y escritores- como infalible método de orientación en este maremagno actual, pero sin olvidar a los científicos e investigadores, la búsqueda de la belleza del pensamiento desinteresado se torna como precepto irrenunciable de este Manifiesto, como así reza el subtítulo de la obra. La envoltura de lo aparentemente inútil toma cuerpo realmente formidable y valeroso. Es un repaso del pensamiento humano donde se fundamenta que aquello que nos ayuda a ser mejores, en ningún caso puede estar supeditado al éxito económico. Y se constituyen per se en bastiones de entereza forjados en la línea continua del tiempo. Ello me recuerda aquel hermoso poema del poeta granadino Javier Egea, titulado Poética que finaliza con estos versos, «Porque a pesar de todo nos hicimos amigos / y me mantengo firme gracias a ti, poesía, / pequeño pueblo en armas contra la soledad».
EL UTILITARISMO, CREDO Y PECADO. Todo tiene un precio. Incluso la muerte, como sentenciaba la afamada película del Oeste, dirigida en 1965 por Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood. Esta es la presunción coactiva que ejerce el materialismo ideológico sobre el conocimiento individual. Nadie puede aprender por nadie, es la contraseña y salvoconducto herético para quebrar este círculo vicioso. El librepensamiento se nutre de esa actividad diferenciadora que la cultura y la lectura transfieren como verdadera y privilegiada utilidad. Por el contrario «(…) la posesión y el beneficio matan, mientras que la búsqueda, desligada de cualquier utilitarismo puede hacer a la humanidad más libre, más tolerante y más humana». El desafío no cesa. El autor de Los hombres no son islas, nos cede la generosidad de su propio poso de conocimiento para que seamos ejecutores de la conciencia que bulle en los textos inmortales que refiere.