¿Cuantas historias de intriga ha creado haciendo camino al andar en el género de la Novela negra, literariamente hablando? Si tomamos aquella primera novela de Donna Leon (Nueva Jersey en 1942) Por aquel año de 1992 titulada Muerte en la Fenice hasta esta elegante y actualísima Sangre o amor. Cosecha de ricos frutos es su entrega literaria permanente que suma en la Editorial Seix Barral veintisiete títulos, historias de finas intrigas que transcurren entre canales y palacios alcanzados un alto vuelo en el rico y variado mundo de la novela policiaca.
Lo que significa que nuestra Donna Leon discurre por la dehesa del mundo policiaco como madonna en propia casa con total soltura, siendo conciente que su nombre no está en el tablón de anuncio con un “Se traspasa” sino con el justo texto “Se lee y se vende con total garantía” Y ello, teniendo en cuenta que en este género literario tenemos una lista de autoras de rompe y raja. Siendo Donna una de ellas.
La autora, junto con su fiel comisario Brunetti, con Sangre o amor se introducen en La Fenice, no solamente para dar un paseo y estudiar algo curioso, ahora se encajan con todas las consecuencias en el laberíntico interior de teatro asumiendo el peso de Tosca ópera en tres actos, con música de Puccini y libreto en italiano de Luigi Illia y Giuseppe Giacosa. Curiosamente estrenada con éxito en Roma, el 14 de enero de 1900, El texto de la obra se basa en un intenso drama, que de nuevo y con éxito se representa por unos días en la ciudad de los canales donde transcurren y desviven todas sus novelas.
Y sin duda alguna en esta tampoco podría faltar Sangre y amor. Especialmente al final del último acto, cuando la adorada y carismática soprano Flavia Petrelli recibe entusiastas ovaciones del público. Pero una vez, tras tantos aplausos, el telón cae definitivamente y la ficción narrativa cambia el tono y el curso de la escena con muerte ficticia, para adentrarse en un peligro real que se cierne entre bambalinas y sospechas, provocadas por un protagonista anónimo, personaje que al parecer adora a la diva de tal manera que parece se deba a una extraña locura. Al estar Flavia Petrelli recibiendo costosos regalos y, muy especialmente, cantidades de rosas amarillas, color de mal fario precisamente en el mundo de la escena. A la vez que se detecta un deseo de controlar totalmente cada paso de la diva,
Preocupación que partiendo de una simple frase impresa en la cubierta del libro: “Peligroso es aquel que nada tiene que perder”, el lector puede poner en alerta su imaginación, porque le esperan grandes sorpresas Y efectivamente existen unos valores en la historia que interpreta el comisario Brunetti como de carambola al principio, hasta que se va introduciendo en el misterio de las rosas y las joyas de regalo de forma tan sorpresiva que no cesa en un inverosímil acoso a la atormentada Flavia Petrelli cociente de vivir pendiendo una espada sobre su cabeza que en cualquier momento puede romperse el hilo que la sostiene y caer sobre ella convirtiéndose en tragedia real con sangre auténtica, puñal clavado en el corazón de una Tosca viva. Algo que va más allá de las rosas amarillas cuando se adentra en las interioridades íntimas de la cantante. Una narración viva, original y amena. Admirable muestra de la maestría literaria de Donna Leon.
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