Todos los días se dice que te acuestas con algo nuevo aprendido. Bueno, la mayoría de los días aprendes más de una cosa, incluso hay ocasiones en que te acuestas con la mochila llena de pensares que te reconfortan y que ahora pasan a formar parte de ti.
Pero ahora parece que no está de moda aprender, total para qué, como está la inteligencia artificial (IA en adelante) y la llevamos en el móvil, y éste no se separa de nosotros cual apéndice orgánico, la gente piensa que lo sabe todo. Craso error, a mi juicio.
No voy a hablar de las bondades o perjuicios de la IA, de todo tiene, no tengo la menor duda, lo que me preocupa es el aprendizaje, y más cuando ya está unido indefectiblemente a esa IA.
En la docencia no se para de hablar de que el alumnado lo hace todo utilizando la IA, que las aplicaciones como ChatGPT ponen en cuestión los trabajos que les pide el profesorado y que todas las dudas las buscan ahí. Y, claro, ya se han creado programas para contrarrestar y detectar su uso, para, digamos, pillar al fullero. Bueno, esto no es nuevo. Recuerdo que con la llegada de la Wikipedia o las búsquedas en Google también se ponía en cuestión la labor docente y el desempeño del aprendizaje por el alumnado. Pero lo único que cambió fue un reciclaje por parte del profesorado a la hora de evaluar, porque el corta y pega en cualquier trabajo disciplinar estaba y sigue estando a la orden del día, así que hubo que buscar métodos nuevos, cada cual se creó los suyos.
Ahora va a pasar lo mismo, en lugar de usar una herramienta usan la otra, pero lo que tengo claro es que en ambas modalidades el que sale perdiendo es el aprendizaje del alumnado. Porque aprender está unido a ejercitar la memoria, y son muchas las personas que enferman precisamente por su perdida, son ya bastantes las enfermedades mentales asociadas a la memoria, más bien a su progresiva pérdida, y todos sabemos lo incapacitante que es eso para cualquier ser humano. Terapias para ejercitar la memoria vemos que se ponen de moda en talleres de envejecimiento activo, como ahora los llaman, y por ahora, que yo sepa, ninguna IA se está estudiando para ayudar a esos enfermos.
El estudiar memorizando es un debate inconcluso, y me temo que así seguirá siéndolo. Desde mi modesto punto de vista la cuestión es que no se puede pasar del blanco al negro o viceversa, sin pasar por la amplísima gama de grises. No a la enseñanza basada solo en memorizar, eso convierte al alumnado en un loro, que escribe lo que tiene que escribir, pero que no entiende lo que escribe. También no a la enseñanza que desdeña el retener datos importantes en tu memoria para aprender solo comprendiendo, porque eso conlleva que la comprensión sea momentánea y no sea duradera. Hay que comprender lo que se estudia y hay que memorizar lo más importante de esa comprensión para que nos pueda servir en un futuro, bien por igualdad o semejanza. Lamentablemente es así de fácil y, por lo que se vive a diario, es así de difícil.
Otra cosa que noto es que cuando en cualquier conversación le enseñas algo a gente de una cierta edad, digamos maduritos, esa enseñanza se estima, se agradece, se toma con positividad, con la alegría de haber aprendido algo nuevo. Pero cuando lo haces entre gente más joven muchos se lo toman, no a mal, sino como diciendo ‘pues muy bien, ¿y qué?’, minusvalorando y no afianzando esa enseñanza, quizás porque en el fondo su subconsciente les dice que todo eso lo tiene la IA.
Siendo simplista, la IA no es más que la memoria en el móvil, en el ordenador, un disco duro gigantesco en la nube que surte de saberes. Pero si eso impide que se trabaje la memoria personal de cada cual, mal vamos. Antes nos aprendíamos de memoria muchas cosas, pongo el clásico ejemplo de los números de teléfono o del DNI, hoy ni eso.
Siempre recuerdo que un profesor me enseñó que la creatividad servía para salir al paso de cualquier conflicto, que no sólo era exclusivo de los artistas, y que cuanto más saber acumulabas, mayor sería el proceso creativo. Dando esta enseñanza por buena, para mí lo es sin duda, la memoria es, como parte del saber, algo importantísimo para ser creativo. Si ahora la tecnología suple todo el conocimiento personal nos encontraremos con una bajada espectacular de la creatividad en el ser humano.
Muchas cosas nos quedan por ver con el crecimiento de las nuevas tecnologías, pero triste será que lo único que nos anime a aprender sea a usarlas. Aprender es un placer, suena tonto, incluso cursi, pero es así. Dichoso el que así lo siente y pobre el que cree que lo sabe todo, el que no tiene interés o el que cree que una máquina lo sabe por él.