Este año hemos entrado en una primavera atípica, anómala, diferente. La Semana Santa se nos presenta totalmente distinta a como en España estamos acostumbrados, pero quizás de forma más profunda, caritativa y recogida que ninguna otra hayamos vivido. La representación en su recorrido callejero de la Pasión de Cristo entre el bullicio y algarabía del gentío emocionado, se ha trasladado al bullicio angustiado y estresado de los distintos hospitales que salpican la geografía española. Las situaciones dantescas que les ha tocado vivir al personal sanitario han quedado reflejadas en las múltiples manifestaciones de dolor y súplicas que han dado a la luz médicos y enfermeros.
Los coloridos y alegres festivales de primavera que adornan las ciudades y pueblos en estas fechas, se han transformado en flores solidarias de todo tipo. Cada uno ha ofrecido sus conocimientos de forma totalmente incondicional y altruista (personal sanitario en todas sus formas, fuerzas de seguridad y de defensa en todos sus cuerpos, de mantenimiento, transportistas etc.) para colaborar en el freno de contagios, pronta recuperación y disminución de fallecimientos.
La reclusión obligada a la que estamos sometidos para evitar la profusa proliferación del dichoso virus Covid-19 ha servido para poner sobre la mesa y clarificar muchas cosas, entre ellas: El valorar la familia todo lo que se merece, aunque quieran menospreciarla siempre es la que saca las castañas del fuego. -El darnos cuenta de lo vulnerables que somos, que en cualquier momento algo microscópico puede en breve espacio de tiempo cambiarnos la vida viendo como se complica y se nos va como agua entre los dedos, sin poderla retener. -La religión tan denostada actualmente, son millones de personas las que con fe y esperanza suplicamos a Dios nos libre cuanto antes de esta pandemia. -El mostrar la cara oculta de cada uno, pues el comportamiento de cada cual deja ver las argucias y demagogias de las que hacen gala. Aquí ya no hay engaños, todos están demostrando lo que son.
Ya llevamos unos cuantos días de retiro recluidos en nuestras casas y hay para todos los gustos, quien se lo toma con humor, otros con aburrimiento, algunos un poco nerviosos, otros con indiferencia…., sin embargo creo que esto va a servir para que haya un antes y un después de este enclaustramiento forzoso, o al menos así debería ser.
La libertad es de las cosas más preciadas por el ser humano. Cuando buscas el aislamiento voluntariamente sabes resolver cualquier cosa que se te presenta, pero cuando te lo imponen, no se suele recibir con demasiado agrado. Sin embargo este in pass debe servir para valorar las cosas sencillas, las que tenemos de regalo y no valoramos, lo maravilloso de la vida y poderla disfrutar con las personas que queremos…….
La solidaridad de la gente en general es digna de reconocimiento, les gusta ayudar incluso poniendo en riesgo su propia salud como están demostrando todos. Voluntarios anónimos que se han prestado para ayudar en lo que se necesite. En fin un numerosísimo grupo de gentes que jugándose la salud e incluso su vida no han dudado en ponerse al servicio de la ciudadanía desde el primer momento. Desde estas líneas quiero demostrar mi total agradecimiento.
Sin embargo frente a la gran solidaridad y energía desbordante que está demostrando el pueblo español ¿Qué tenemos?
Un gobierno paralizado de mediocres ineptos, irresponsables, con un jefe ególatra y prepotente empedernido que no solo está destrozando el país sino que por mantenerse en la Moncloa está causando estragos irreparables en las vidas de muchísimas familias.
Ya estamos inmersos en plena pandemia. Nadie escarmienta en cabeza ajena. Lo avisaron desde Italia, el mismo primer ministro reconoció públicamente que se equivocó en retrasar las medidas preventivas que le habían aconsejado los chinos, pensaban que eran exageradas y el funesto retraso ocasionó una progresión exponencial de los contagios y por consiguiente el aumento de fallecimientos por saturación y colapso de los sistemas sanitarios. Los españoles viendo lo que se nos venía encima se pusieron a discutir si eran galgos o podencos y quien tenía que regir la salud de los ciudadanos para rebañar algunos votos de los incautos que se dejen engañar.
Los nacionalistas y separatistas queriendo sacar partido del mal que nos atañe sacando la patita del tiesto queriendo poner su orgullo por encima del bien común. Los podemitas saltándose las normas preventivas llamaron a la manifestación multitudinaria el día de la mujer. Era demasiado importante para dejarlo pasar sin pena ni gloria, y con el eslogan de “El machismo mata más que el coronavirus”. Pues ¡hala contagios a gogo!, pero claro, era por una causa noble según ellas y ellos. ¡Tururú!. Por cierto, ahora no oigo a ningún progre de pacotilla decir “contagiados y contagiadas, ni muertos y muertas” ¿Se habrá llevado el virus tanta gilipollez? Los republicanos a lo suyo monarquía al precipicio empezando por el padre prior.
¡Vaya clase política! Han antepuesto su ideología y sillón ocultando lo que se nos avecinaba, habiendo sido advertidos desde Enero. Más tarde en Febrero volvieron a saber del peligro que corríamos y prefirieron seguir con las multitudinarias concentraciones, unas deportivas y otras de un progresismo paupérrimo y añejo que lo único que ha servido es para que los contagios hayan sido masivos y las defunciones hayan superado a las de china. La falta de prevención, coordinación, voluntad de ayudar, incompetencia, inoperancia, vanidad, orgullo, prepotencia y soberbia entre los diferentes grupos que forman este gobierno circense y opaco, que en tan poco tiempo ha servido como coctel lítico para el país, está demostrando lo que son y lo que dan de sí. Miran solo a corto plazo, cada uno a su bolsillo y sacar el mejor bocado sin importarles para nada la sociedad española.
En el refranero tenemos algunos que vienen como anillo al dedo: “No hay peor cosa que un piojo resucitado” “De tal palo tal astilla” “No se puede pedir peras a un olmo”…..
Hay algo en lo que tengo que reconocer son fenomenal y es en la propaganda mediática de comunicación. Al estar apesebrados la mayoría de ellos les resulta fácil hacer ver lo blanco negro y echar balones fuera culpando a los demás de todos sus errores y fallos. Ya se encargaron sus antecesores de ningunear el sistema educativo para aborregar varias generaciones y tener más fácil el adocenamiento de la población.
Lo primero que se debe exigir a una persona que representa a un país es que sea riguroso, cualificado, veraz y resolutivo y que se rodee de personas con las mismas cualidades para desempeñar sus respectivos cargos en el gobierno. Lamentablemente tenemos todo lo contrario. Promulgan una cosa y hacen lo contrario, ensalzan las bondades de la enseñanza pública pero llevan a sus hijos a colegios privados. La sanidad pública, la mejor, pero al menor estornudo corren a la sanidad privada, de acatar la constitución eso mejor ni hablar….y todo así. Tanto que hablan de libertad y prohíben el periodismo libre, manipulan TV y medios informativos.
Hemos tenido que sufrir esta pandemia y vivir algo parecido a una guerra aunque todos estemos en el mismo frente, para darnos cuenta que a la hora de elegir debemos escoger a nuestros representantes de forma más juiciosa y menos temperamental si queremos ser un país de primera clase, porque cuando todo esto termine vamos a quedar con la misma crisis económica que si hubiese sido a cañonazos y veremos cómo salimos de ella.