Alessandro Marzo Magno nos muestra en su obra Los primeros editores en Venecia amenidad y lucidez, datos y fechas, ajustado planteamiento con vivacidad y estilo para atrapar al curioso lector.
A finales del pasado siglo al mágico y envolvente mundo del libro y las librerías de ventas de tan rico género les fue surgiendo un contrincante poseedor de una fuerza y poder aplastador, tanto, que en todos los tiempos de los siglos transcurridos nadie pudo imaginar. Mentes lúcidas servidores del mundo por ser fuente y pensamiento sin fronteras del saber, hasta sofrieron ser llevarlos a la hoguera junto con los poseedores de tan rico tesoro. De ello se encargaron las religiones, dictaduras y sectas fanáticas. Mas la voluntad y el compromiso de los fieles lectores de la cultura y el saber sin mordaza e Índice, consiguieron con su voluntad insobornable hacerle frente y lograr que el camino de la razón ganara en espacio y tiempo. El buen libro de la palabra escrita ha sido y es el manantial de la razón, progreso de la libertad frente a las dictaduras y el sectarismo religioso.
Pero en el inquieto e impreciso siglo que corre el tesoro del libro cogido de la mano de las librerías mantiene una dura batalla con un gigante imperturbable totalitario, que les va ganando todas las contiendas en las que los dolorosos perdedores son las librerías. Las ciudades y los pueblos viven con angustia con o se pierden lectores y lentamente las vienen condenando a su desaparición. Los enormes poderes económicos del mundo digital les va ganando la contienda, acortando su espacio. Y los que aceptamos el lado bueno para el desarrollo de esa nueva conmoción social y cultural. Vemos también la cara perjudicial, temiendo se nos impida ser sencillamente ciudadanos republicanos que tras el presagio que adelantó Orwell, un nuevo timonel altera nuestra supervivencia alineándonos a ser súbditos obedientes del poderoso poder establecido.
Y en llega a mis manos una obra sobre nacimiento del libro en Venencia Los primeros editores de Alessandro Marzo Magno, que nos muestra en tan deliciosos historia narrada con amenidad y lucidez, datos y fechas ajustados en su transcurrir con vivacidad y estilo periodístico que no agota al lector. “Ni siquiera la Alemania de Gutenberg, donde la imprenta de tipos móviles había sido inventada más o menos sesenta y cinco años antes, entre 1452 y 1455, podía arrebatarle la primacía: en la primera mitad del siglo xvi, era en Venecia donde se imprimía la mitad de los libros que se publicaban en Europa”.
Porque: “¿Dónde se imprimió el primer Corán en árabe? ¿Y el primer Talmud? ¿Y los primeros libros en griego o en cirílico? ¿Dónde se vendieron los primeros libros de bolsillo y los primeros bestseller?”. La respuesta para orgullo de esa ciudad donde el pensamiento es vivo, siempre será el orgullo de Venecia.
Allí acudieron y se encontraros los primeros editores modernos poseídos de ingenios y proyectos, dispuestos a correr riesgo y aventura en la edición de grandes obras con el placer que produce contenido y continente. También el riego de ser perseguidos o encarcelados por ideas y contenidos demasiado avanzados. Porque: Querido Sancho, donde menos te piensa se puede topar con la Iglesia, “que imprimieron y comercializaron tanto el primer tratado ilustrado de arquitectura como el primer libro pornográfico, además de los primeros tratados de cocina, medicina, arte militar, cosmética y los libros de mapas que permitieron que el mundo conociera los descubrimientos de los españoles al otro lado del Atlántico”.
El lector que aborde la lectura de esta ilustrada obra, cuando en su geografía las editoriales por fabricar bestseller para poder sobrevivir, en ese luminoso siglo xvi el sublime Petrarca fue editado en una rica edición de 200.000 ejemplares. Y para no ser menos, la gran poesía lo exige, el divino Dante no podía ser ignorado: luego otros 200.000 ejemplares de la Divina Comedia. ¿Puede hoy, alguna editorial por muy potente que pueda sea en lo económico, tal proeza? Mejor es preguntarse cuántos cientos de lectores, leen a Petrarca y a Dante.
La riqueza del contenido de esta obra de Alessandro Marzo Magno (Venecia, 1962), historiador y periodista que vive y escribe con pasión la historia de su ciudad natal. Me ha llenado de tal confianza y firmeza, que si en alguna ocasión pude temer por la desaparecer el libro y las librerías independientes en este este siglo xxi, hoy tengo la seguridad de que el libro impreso y las librerías no desaparecerán. Sin duda, lo escribo al principio, los tiempos actuales son difíciles y alienadores en lo social y en lo intelectual, pero estoy seguro que el libro continuará siendo nuestro amigo y defensor frente a los poderes establecidos pese a su masa consumidora de obedientes súbditos numerados.