Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Martin Suter. Qué pequeño es el mundo

Espléndida novela, ni por asomo aburrida, desbordante protagonista Konrad Lang, hombre elegante y culto que ha vivido su existencia a con una de las familias más poderosas  de Suiza, bañada en los más exquisitos mundos de la cultura, el arte y la malicia.

Novela publicada por Libros del Asteroide, traducción de Helga Pawlowsk y obra de Martin Suster. En ella se mantiene un extraño y constante debate jugando con temas  de cuestiones expuestas sobre la despiadada actitud social de las alturas. Aunque se guarden las formas de la manera más hipócrita ante el enfrentamiento mostrado por una familia de las altas finanzas, empecinada en guardar secreto bien oculto sobre un personaje ya entrado en años que padece síntomas de  Alzheimer.

El desbordante personaje de esta novela, ni por asomo aburrida, sino de rica y latente  contenido, lo interpreta Konrad Lang, hombre elegante y culto con los sesenta años  pasados,  que ha vivido toda su vida a costa de los Koch una de las familias más poderosas  de Suiza. Bañada en los más exquisitos mundos de la cultura y el arte, aunque también en oscuridades con tortuosos secretos detrás del escaparate de su opulencia. Nada que esta sociedad cada día más marcada por las diferencias de clases y los helados cálculos debe sorprendernos.

Martín Suter es un escritor con un merecido reconocimiento a su capacidad narrativa nos muestra nuevamente, con elegancia y fluida prosa la dolce vita de la que disfrutan las holgadas familias de las alturas. Y entre esta maraña de personajes que compone la historia destaca la anciana Elisa Koch, dueña y señora de suave que me están matando, cuando resulta necesario en aquello que pudiera alterar y manchar la imagen de la casta que representa en la sociedad. Pero dentro de ese alto tejido social surge la enfermedad mental del viejo Konrad Lang amigo desde la niñez de la familia  de los Koch oscura y extraña, a veces extravagante, que mantiene en vilo la historia hasta el final de la novela. Resulta un  mundo tan celoso con su intimidad para Thomas, tan falto de iniciativa como de ambición frente a Urss Koch, su nieto, que representa la otra cara de la moneda. Criatura formada desde la impiedad imponiendo su ley como verdad absoluta.

Y en esa estrambótica y despiadada esfera aparece la encantadora Simone, tan dulce y recatada. Destinada a ser la perfecta mujer muñeca del libertino y repugnante Urs Koch. Pero Simone no resulta ser ese tipo de mujer cuando se ve frente a una persona como Konrad, que padece azote de Alzheimer y se convierte en el tronco central de la historia, en la que el autor, Matrín Suter muestra una tenaz y precisa, entrega, exponiendo elementos científicos actuales del momento con los que combatir esa dolorosa y dura enfermedad devoradora de la mente humana. Destacado y gran valor en el contenido literario de la novela, aquellos elementos científicos serios y  responsables de figuras “tan destacadas en el ámbito científico como el doctor Esteban Pombo para la investigación del Alzheimer y sus avances  y el doctor Andreas U.Mosch para cuestiones diagnósticas y terapéuticas. Sus homólogos literarios, el doctor Kundert y el doctor O’Neill, resultan por lo tanto absolutamente creíbles”. Logrando situar al lector sensible dentro de un drama literario entre la ficción y la  realidad, para sentirse solidario con una causa que  trata con hondura todo un desafío cada día más extendido y sin posibilidades de un logro a corto o medio plazo, describe con toda crudeza el enigma de esa familia de las altas finanzas, frente a una víctima amparada por encanto de la exquisita criatura Simone.  “Que pequeño es el mundo” pertenece al tipo de obra literaria que desafía a quienes necesitan lectura de alta calidad.