En Intramuros el lector puede preguntarse si las cinco historias que se narran, muestran los sentimientos personales o representan la suma de todos ellos.
Intramuros, el primer libro que compone La novela de Ferrara, formada por seis títulos: Intramuros, Las gafas de oro, El jardín de los Finzi-Contini, Detrás de la puerta, La garza, y El olor del heno. Acantilado, nos ofrece esta obra genial y conmovedora envuelta en una ligera pátina de tristeza del tiempo recordado allá en la ciudad de su niñez y adolescencia. Todo un mundo que va narrando con nostalgia los adioses de un período histórico. Dolores y lutos de personajes estremecidos y maltratados que van desmoronando sus vivencias. Componiendo el mosaico romano de la historia sostenida por una prosa fina y realista, exquisita, de lenta lectura para saborearla a placer, por la que desfilan cinco personajes conmovedores cada uno en su papel solitario. Variedad que, por el estilo y modales literarios, muestra en su tránsito la propia personalidad contada de tan peculiar manera. Que embarga al lector y lo convierte en solidario partícipe de la historia de cada vida, por medio del recuerdo de la desaparición del espíritu que se vive en ciudad provinciana italiana durante el fascismo y la segunda Guerra Mundial. Siendo en los tiempos que corren esa buena lectura que ofrece refugio para una meditación frente al rebaño político que nos azota y que toda persona sensible, no esclava de los dudosos medios de comunicación ni las peroratas saineteras de la mediocridad. Gozo verdadero y garantizado leer a un autor de la talla intelectual y humana de Giorgio Bassani.
Intramuros, como he dicho es la primera parte de La novela de Ferrara (publicada entre 1956 y 1972), según la edición de Acantilado traducida por Juan Antonio Méndez, consigue despertar en el lector y lo introduce en el mundo real del espacio limitado de una ciudad de provincia. Narra al detalle desde la arquitectura de calles y plazas de la ciudad donde el mundo de sus habitantes va mostrando sus propias vidas en el desvivir de las derrotas. Todo un mundo que viene a descubrir la extraordinaria obra de Giorgio Bassani (Bolonia, 1916 - Roma, 2000), dedicada por completo a la ciudad. "Es mucho más que un amplio mural histórico de costumbres el de esta ciudad que vive un cambio inevitable de un mundo que se desvanece ante la mirada perpleja de sus personajes”. Lida Mantovani, joven soltera que se casa con un hombre al que jamás consigue amar. Elia Corcos, médico judío enamorado de una campesina católica. Geo Josz, único superviviente de la comunidad judía de Ferrara tras las deportaciones de 1943; Celia Troti, anciana militante socialista muerta en la cárcel durante la ocupación nazi y Pino Barilari testigo de la represalia de las Brigadas Negras contra los antifascistas. Son los protagonistas tan tiernos como embriagadores condenados solos antes sus propios peligros a los que se suman las características propias de los perdedores. Siendo ellos mismos conscientes del papel que representan en esa ciudad de los adioses, de la pérdida de valores imposibles de recuperar.
En Intramuros el lector puede preguntarse si esas cinco historias, muestran los sentimientos personales o representan la suma de todos ellos; puede que se encuentren sometidos no a lo individual, aunque exista ese sentir, si a un camino común que, pese a las diferencias entre ellos al considerarse perdedores natos de sus circunstancias, representa la historia flotante y colectiva del palpitar de la ciudad que los arrastra a la inevitable derrota. Cinco semblanzas individuales, cinco momentos de personajes ferrareses que se cruzan sin conocerse pero que el lector los tomará como una gavilla de granos escogidos de buena cosecha literaria.