En esta sórdida narración no falta la pasión amorosa y el desencanto, tampoco el matiz romántico que conmueve, de manera que el lector se verá obligado a armonizar la respiración y evitar que se le altere más de una vez. La historia que se cuenta es dura y descarnada. Se plantea de tal forma que nos recuerda, como no, la línea de un maestro del género Cormac McCarthy. Y es que lo bueno se puede heredar si el pretendiente a alumno aventajado tiene talento y capacidad literaria oculta hasta que se decide destaparla. Y aquí la capacidad literaria de Nic Pizzolatto, está más que comprobado en su serie «True Detective», ya situado en la historia de las series con una muy alta puntuación. Y ahora, prueba fortuna con su primera novela de vivencias, pasiones y violencia en una sociedad desencantada en la que loa personajes marcados por su propia sociedad nadan a contracorriente de lo establecido. Y con esta narración titulada Galveston parece lograr despejar dudas en su anunciada andadura como novelista
Galveston es la ciudad por donde pasea nuestro fornido protagonista que por si solo se las trae y se las lleva, por lo que seguro no tiene por qué defraudar al posible lector. Y es que la tiene cruda. Un cáncer diagnosticado sin posibilidades de detenerlo en su lucha sin cuartel en una encerrona que, con actitud justiciera y un par de tiros en los puntos adecuados, junto a su estilete que ocultado en la marga de su chaqueta siempre se haya dispuesto para acariciar la yugular de un indeseable estorbo. Maestría del personaje que favorece la cura de su mal, condiciéndolo a través de la memoria dar un repaso a su activa vida de matón por encargo, con lo descubrirnos una personalidad de elegido perdedor que conmueve.
Nuestro hombre es un tipo corpulento, de melena y barba, sobrero y pantalón de vaquero, botas cowboy. Se llama Roy Cady es de Texas y desde hace unos años ejerce como matón profesional en Nueva Orleans. Roy suele ser compresivo, tranquilo y con una cierta dosis de filosofía tallada por los golpes de la calle, pero implacable cuando la necesidad obliga. Lo que ocurre y no debe de sorprender, es que cuando lleva junto a su esqueleto un cáncer insobornable le obliga a cambiar su modo de vida, reflexionar y ver la realidad con una óptica diferente. Lo que le conduce a meditar sobre sus propias circunstancias irremisibles de perdedor nato. Es entonces cuando se percata que su poderoso jefe Stan Ptitko, quiere despacharlo al otro barrio con un método más rápido que el cáncer que padece. Para ello se ve metido en esa encerrona que pretende quitarlo de en medio de una puta vez. La calculada jugarreta transcurre en el marco una violencia trepidante y sangrienta, Su pericia de viejo lobo en ese mundo donde una vida puede no valer ni un centavo por ser mucho lo que se está jugando, consigue salir airoso aunque seriamente tocado. Mas cuando tiene conciencia de que la más importante con urgencia es poner distancia por medio, una joven locuela se le une en la huída.
Escapar del trágico desenlace y de la venganza de aquellos que no perdonan, resulta el meollo de tan peculiar intento de una aventura sin horizonte claro, junto con esa joven a tractiva que va creciendo entre calor que los personajes desposeídos de fortuna, esclavos de la sociedad en la que luchan consigo mismo conscientes de haber sido elegidos como perdedores, pese al pulso que ellos mismos sostienen para lograr encontrar un camino más transparente que los pueda conducir a hallar un sentido existencial y poder romper las ataduras de la desmesura y el peligro que pende sobre sus cabezas.
Galveston significa en la carrera literaria del joven autor como creador literario de éxito con su «True Detective». Todo un desafío por romper los moldes establecidos presentando una narración palpitante de la andadura y lucha por la vida desde sus propios criterios a los que han sido conducidos por la exigencia de sus deseadas circunstancias, que deambulan de un lado a otro por unos paisajes desolados, lugares oscuros, moteles de carretera y bares country llenos de melenudos que con el entrecejo arrugado mira a los desconocidos magistralmente descritos por el narrador, éstos condenados conscientes de ser predestinaos por su dignidad de perdedores. Provocadora en la que esa mezcla entre dicho mundo sanguinario y por tanto tenebroso mezclado con los sentimientos propios de quienes pretende escapar y alcanzar más consonancia con los sentimientos, logran un ambiente romántico que engrandece la narración. Nic Pizzolatto ha logrado con su salida al mundo de la novela negra un importante nivel en un género en alza. Desenvuelve en un alto y competitivo espacio editorial.