Dicen que, en la vida, en el universo, todo es cíclico, o sea, que las cosas pasan, se olvidan y pasan otras nuevas, y otras nuevas, pero al final vuelven a la vigencia las que ya ocurrieron anteriormente. No sé si este pensamiento correspondería a alguna filosofía, se lo tendré que preguntar a mi amigo Paco Gálvez, o a alguna doctrina científica o, simplemente, al acervo popular. Sea como sea a pocos se nos escapa haber oído o dicho estas palabras. Y no es que queramos decir que lo que vuelve es bueno, puede serlo tanto como lo fue, aunque también puede ser tan malo como en sus comienzos. Incluso puede que lo que antes fuera malo, cuando vuelve se vea como bueno y viceversa.
Nuestra democracia, a la que ya nadie llama joven, ha tenido unos ciclos muy claros y definidos en dos partidos, quitando el comienzo de Suárez que fue de liebre para abrir camino a los grandes favoritos. PSOE y PP se han ido alternando en el poder político español y todos hemos sabido que ninguno venía para quedarse definitivamente, estando en la poltrona más o menos tiempo su ciclo terminaba para volver con el anterior. Lo que nunca ha ocurrido es que un presidente repitiera como tal una vez terminado su ciclo. Ni siquiera Aznar se ha atrevido a dar el paso ahora que en su partido todo está patas arriba, y eso que dejó caer que podría hacerlo. En fin, por el bien de España parece que seguirá en la retaguardia de mosca cojonera para quien termine por liderar este PP condenado por la justicia y con la brutal corrupción galopante en los juzgados.
El bipartidismo aún sigue y nadie se ha subido al carro del abrir un nuevo ciclo, parecía que los partidos nuevos iban a cambiarlo todo, pero ya vemos que no, sólo espejismos, en el caso de Podemos, baratos y con protagonistas populistas que entran en la casta sin tapujos y con chalé, y en el caso de Rivera es un espejismo roto por no tener las elecciones inmediatas que quería, ya que las encuestas le daban como posible partido ganador.
En este terreno político y de ciclos, toca hablar de Cabra, parece que aquí no toca el cambio aún, pero es sólo la apariencia que los que gobiernan nos quieren hacer creer. Yo pienso que claramente toca un giro a la izquierda. El problema está en quién y cómo dar ese giro. Veamos.
El PSOE sería el recambio natural por lo cíclico que estamos hablando, pero resulta que Cabra es el único pueblo de más de 20.000 habitantes que todavía no tiene alcaldable. No tiene un líder y eso es algo fundamental. Tiene personas válidas, como los que están ahora ejerciendo la oposición, pero qué buenos vasallos si tuvieran un gran señor, parafraseando el cantar del Mio Cid. ¿Quién podría liderar en Cabra al partido socialista? Yo no tengo la solución, ni siquiera pertenezco ni estoy dentro de ese partido para saber los entresijos que allí se mueven, pero me voy a dejar guiar por los años que llevo siguiendo la política local para opinar sin contundencia, pero con criterio.
No veo la vuelta de Loli Villatoro ni por un asomo, ni tampoco la de Miguel Güeto, al que creo fuera de las escenas de poder. No veo, no conozco aire nuevo que me haga pensar que hay un líder joven con fuerza y empuje para tirar de este carro. La cosa se pone difícil, pero me queda un recurso, tirar más del pasado, y ahí es donde me puedo encontrar a una persona capaz de liderar este PSOE volviendo su ciclo, me refiero a Juan Luis Valenzuela. Él no fue el auténtico líder de aquellos años, lo sé, fue el malogrado y recordado Juan Muñoz, pero Juan Luis era el político más joven en alcanzar un puesto en la Diputación, creo recordar, y la mano derecha del alcalde. Sé que a algunos le parecerá una locura lo que propongo, pero no lo es tanto, se suma su imagen íntegra de político honrado (ahí está su trayectoria después de la política donde no lo pasó nada bien) a la de su experiencia y su carisma. Conozco a Juan Luis y ahora se dedica al periodismo en varias de sus facetas, sobre todo las secciones de política, y para eso abandonó Cabra, pero a través de surdecordoba sigue nuestra actualidad, siendo de vez en cuando también articulista en este medio. Conversamos a veces y siempre me pregunta por cómo va la política en Cabra, sé que le duele su pueblo.
Pero no me quedo aquí, voy a ir un poquito más allá, hay otra persona con sobrada capacidad para hacer bien las cosas desde la izquierda, alguien que también ha demostrado su honradez después de estar más tiempo que nadie en la política local de Cabra, me refiero obviamente a Manolo Carnerero. Una persona que, desde también muy joven, no llegó a servirse, a buscarse puestos en política, ahí está parado desde que dimitió de su cargo, llegó a servir y así lo hizo tanto como opositor como de gobernante, por eso sigue siendo tan apreciado por la gente de su pueblo. Manolo, además, manifestó en un acto del Ateneo Ciudadano -del que es presidente- que no descartaba volver a la política ya que veía el panorama de Cabra bajo mínimos. Ya sabemos lo de lo cíclico. Manolo gobernó con el PSOE y tras esa etapa se situó muy cerca de ellos políticamente hablando, no creo que llegado el momento Manolo le dijera no a ir en las listas socialistas, a pesar de su pasado en IU.
Así pues, ahí tendríamos un buen binomio para trabajar juntos porque la izquierda vuelva a Cabra, Juan Luis y Manolo, tanto monta, monta tanto, dos personas con experiencia sobrada y con un pasado limpio, ninguno trabajó por Cabra para buscarse un futuro político cuando terminara su etapa aquí, trabajaron por Cabra y para Cabra solamente. Llámenme loco, pero hoy por hoy no hay más salidas por la izquierda, aquí IU está deshecha y Podemos no existe. Buscar en lo cíclico no estaría mal, sobre todo, porque la experiencia y la honradez es un gran aval en el binomio que propongo.