Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

El buzón de mi portal

El buzón de mi portal continúa vacío. Y yo en la espera ésta, tan desesperante, con la mirada puesta en las agujas del tiempo por ver si suena el timbre de la correspondencia. Cada vez que salgo. Cada vez que entro, los ojos, como imanes, se me quedan fijos en la caja de metal impenetrable. Si acaso algún sobre blanco que asomara su mensaje. Si acaso una oleada de tu perfume en el aire. Aunque fueran malas nuevas las que tus palabras talladas despidieran.

Que es la historia de quien te conmueve a golpes de querer, día a día, y cuando estás envuelto en esa vorágine de celos y deseos esgrime la mueca de la duda y se da la vuelta dejándote entre la niebla espesa de la desolación, con el corazón acorralado. La historia de quien prende luces en el silencio, y cuando te ves rodeado de relámpagos y ensueños saca a relucir la angustia y se da la vuelta dejándote atado a la cadena del recuerdo, al acecho, con el corazón dolido, calado de estigmas hasta los huesos. La historia de quien luce en la solapa fuegos, y cuando intentas retenerlos para quemarte con ellos sopla desde lo alto y se da la vuelta dejándote casi ciego por el humo, con la mente atiborrada de tormentos.

Que estás perdiendo el tiempo pensando. Que pasan los días. Que pasan las horas. Que pasan los minutos y se vuelan los momentos. A lo lejos y por el aire los momentos. Que quizás, en alguno de ellos pudiéramos quedar prendidos y entablar así la conversación del amor. Pero intento hablar, mirarte intento. Y tú, pensando. Pensando estás, perdiendo el tiempo. Que pasa la brisa. Que pasa la flor. Que pasan las cosas más elementales y entre los vientos se pierde tu nombre. Y el mío también se pierde. Que quizás, en alguno de ellos posarnos pudiéramos y comenzar así la conversación del amor. Pero intento hablar, mirarte intento. Y tú, pensando.

El buzón de mi portal continúa vacío. Y yo en la espera ésta, tan desgarrada, con la mirada puesta en las agujas del tiempo. “Que me hacen más falta tus cartas que la misma vida mía. Que lo mejor morir sería, si algún día me faltaran”, que cantaba con pesadumbre, José Luis y su guitarra.