No voy a diseccionar aquí los resultados numéricos del 25M. Ya lo han hecho otros con solvencia y sería repetir lo sabido. Pongo la luz en dos datos, una elevadísima abstención (casi 19 millones de electores) y el respaldo obtenido por la Izquierda que impugna el Sistema Juancarlista.
Del primero me preocupa el 54'16% de españoles que se quedaron en su casa porque no se consideran representados en el actual Régimen. No me preocuparía lo más mínimo si esta abstención – como la de mis compañer@s de la CNT o la de algunos de mis más queridos amigos de la Acampada Dignidad- fuese consciente y combativa. Estaríamos ante otra variante de lucha igual de válida que los votos. Pero me temo que no es el caso.
Del segundo resalto lo destacable: resultados satisfactorios de Primavera Europea ( 1'91%), buenos/muy buenos de la Izquierda Plural ( 9'99%) y excelentes de Podemos (7'97% ). En un artículo sobre el tema anterior ("Quienes NO son mis adversarios...) anticipe que celebraría todos los resultados positivos como míos. Así lo hago. Tienen el sustrato común del codo a codo en tantas movilizaciones y luchas compartidas en los últimos tiempos.
Y pregono lo más importante: frente al panorama de retroceso neofascista que han querido dibujar otros electorados en su malestar por la crisis, el español (y griego) ha tenido la grandeza de buscar la salida mirando a su Izquierda. Primando solidaridad, derechos humanos y defensa de lo Público en lugar del ombliguismo racista disfrazado de Patria. Lo ha expresado con tal contundencia que la fórmula de la “Gran Coalición PPSOE” no es una entelequia. Se hace cada día más visible y real porque el Régimen Bipartidista la ve como uno de los últimos salvavidas para seguir flotando.
Tras reposar la alegría de la noche queda lo difícil: ¿Y ahora qué?. ¿Seremos capaces de construir ese Frente Amplio que se ha abierto hueco en tantas cabezas y tantos corazones? ¿Lograremos mezclar los ingredientes sin que nos exploten?
El primer movimiento pasa por plantearnos sinceramente si queremos ser alternativa real como Syriza o nos da vértigo el reto. Lo que Valdano calificaba de “miedo escénico”.
Y una vez despejada la incógnita -no hay otra respuesta que asaltar los cielos- continuar superando prejuicios.
En las semanas anteriores a la votación he sentido tristeza por los múltiples ataques en la Red dedicados al “Mesías, agente del capital, engendro mediático... de la coleta”. Variopintos en su contenido pero cargados generalmente de insultos. En una extraña mezcla de vudú y exorcismo que tapaba la ausencia o pobreza del análisis. Siempre es mejor que la culpa sea “de los otros”.
Cuando en lugar de la descalificación se ha debatido mi respuesta ha sido la misma: personalmente atestiguaba que en las conversaciones que había podido mantener con Pablo en los últimos meses -por teléfono o en Córdoba (La Magdalena, Foro Social)-, sólo le he escuchado propuestas unitarias y de suma. El mismo discurso que mantuvo en los actos de campaña y en la comparecencia de la noche electoral.
Otros han comentado en Facebook lo contrario. Eran ellos los que -como militantes de IU- se estaban sintiendo zarandeados por gente de Podemos. De ahí que sea tan importante empezar por lo simple y desbrozar el camino. Limpiando las desconfianzas. Sin olvidar que nos une la misma visión y compartimos las mismas resistencias.
Es bueno percibir algunas realidades. Corren malos tiempos para el burócrata que sólo con gritar “A mi la legión” y enarbolar la bandera partidaria pretenda vender que huele Revolución a la vuelta de la esquina. No calibra el hartazgo de la Ciudadanía ante los aparatos que anteponen el “chiringuito” de sus intereses particulares a lo Colectivo.
Para sumar no ayuda que como ejemplo de renovación se vuelva a ofrecer el sempiterno nombre que ha pasado por todos los cargos -públicos y orgánicos- desde el Diluvio. O topar con “jóvenes-viejunos” a los que liberaron en el primer biberón y han sido incapaces de generar perfil profesional alguno fuera de la Política.
Si nos sobra voluntad de resistencia y se abre un escenario en el que caerán a corto plazo, (además de nuevos recortes impuestos de la Troika y otras agresiones a los derechos colectivos) elecciones Municipales, Autonómicas y Generales, la idea de construir una alternativa sólida se hace más necesaria que nunca. Nadie en esa tesitura se debe arrogar el papel de “único guardián de las esencias”.
También es tiempo de evitar los pasos en falso. Ser conscientes de que quienes apuntalan a un PSOE tan corresponsable de la situación como el PP y les proporcionan la coartada progresista, nos están conduciendo a una estrategia suicida.
Deseo lo que la mayoría de la Ciudadanía: verme reflejado no sólo en el discurso, también en la actitud y comportamientos más allá de las palabras. Que los míos lo sean tan de verdad que pueda gritar ilusionado “¡¡¡ Que sí, que sí, que si nos representan!!!”.
Ahora debemos materializar una propuesta política de transformación. La situación que la hace posible no se presenta todos los días. Pese a la resistencia que sin duda pondrá la “Casta” ( tal como la han definido los libros de Rizzo-Stella en Italia y Daniel Montero en España), esa Oligarquía capitalista que mueve los hilos de la Economía y la Política, para que cuaje.
Cuando hace unos años nos embarcamos en la aventura del Frente Cívico teníamos claro que la única forma de articular las resistencias era ayudando a extender esa Ciudadanía crítica, capaz de cuestionar el Orden por todos los rincones del Estado. No exigiamos certificado de pureza de sangre.
Esa ciudadanía digna ya estuvo antes en las plazas del 15M y ha ido creciendo con las Mareas, Acampadas y Marchas. Hoy el reto es más palpable. Se trata de conseguir de una vez que se gobierne para la Mayoría. Para ello se hace necesario dejar las banderías en la entrada y buscar señas de identidad irrenunciables que nos identifiquen y cobijen. Con unión, paciencia, mucho, mucho altruismo y programa, programa, programa. Para que no quede en frase huera la que reivindicamos cuando decimos que “ el miedo va a cambiar de bando”
Comentarios
Ser patriota no es ser racista
Identificar la defensa de la Patria con racismo, es un gravísimo error que lleva practicando la izquierda española desde hace 70 años. Antes la CNT o incluso el PCE de José Díaz, no tuvieron problemas en proclamarse patriotas o nacionales. Pero tras la III Internacional y la maldita guerra civil, catracrak, vino el sectarismo... y ahí sigue. Sin embargo, algunos lo han superado... fuera de España. El propio Alexis Tsipras, precisamente, hace apenas dos días, habló de patriotismo... ¿por qué aquí en España seguimos en el año 36? ¡Y qué grande sería si se abandonara esa postura sectaria y nos uniéramos todos los españoles en unas propuestas básicas, no por ser de izquierdas, derechas o lo que fuera, sino porque coincidiéramos en ellas...! Superemos estas diferencias y unámonos todos por el bien común y sin sectarismos/partidismos. Sí, hay quien utiliza la palabra "patria" para esconder o defender sus prejuicios, su nacionalismo excluyente, incluso su racismo... ¡Denunciémosles en casos concretos! Porque no todos los que nos consideramos patriotas somos eso, ¡¡¡ni muchísimo menos!!! Patria para recuperar la soberanía nacional y la riqueza cultural de cada nación, y con ella, con la soberanía: la democracia auténtica. Justicia social para repartir la riqueza entre todos y para crearla. Dignidad Humana para la defensa de los más débiles aquí y en todo el mundo. Principios básicos. Concordia, respeto y diálogo para construir.
Saludos de un falangista (y no se confunda).
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