Hay un sujeto que vive en el obispado de Córdoba y que responde al nombre de Demetrio, es un ser vil, tétrico, nauseabundo, todo lo contrario de lo que se supone que debe representar su cargo cuando ejerce su trabajo. Sí, es obispo de nuestra provincia y, como todos los que trabajan en este ramo a esa altura, vive muy bien, no le falta de nada material gracias a los acuerdos del Estado con la Santa Sede. Se dedica a evangelizar y a que sus ovejas no se pierdan en este mundo al que considera desquiciado y perverso. Pero de vez en cuando hace lo que de verdad sabe hacer, crear polémica sacando de sus adentros la parte inmoral e innoble que de todos es tan conocida.
No podía ser menos en esta Navidad, aprovechó ayer, que para los cristianos se celebraba el nacimiento de Cristo, para arremeter despiadadamente contra los roles de igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito familiar. Y no quedándose contento con eso satanizó a las parejas que por distintos problemas han tenido que acudir a la ciencia y comenzar a engendrar a sus hijos en un laboratorio, usando la brutal expresión de aquelarre químico.
Este individuo está acostumbrado a insultar a todos los que no comulgan con él, se vale de su cargo para en nombre de Dios vilipendiar a los que no estamos ni estaremos nunca de acuerdo con él. Ayer las redes sociales se encargaron también de mandarle recaditos de todos los colores, muchos de ellos eran insultos graciosos, otros insultos duros, pero sin lugar a dudas todos ellos merecidos. No querrá ir por el mundo insultando y que los demás se callen, eso era en otras épocas, aquellas que segurísimo que este individuo echa mucho de menos.
Muchos de los que están leyendo estas líneas tendrán algún familiar, algún amigo, algún compañero o incluso él o ella misma que habrá usado una técnica de reproducción asistida para concebir a su hijo, o si han venido más, a sus hijos. Yo mismo estoy entre los que tienen familiares, amigos y compañeros que lo han hecho, y en su inmensa mayoría lo han logrado, lo cual ha supuesto para todo su entorno una enorme alegría, porque esos niños han nacido con un cariño, si cabe, superior al de cualquier matrimonio, y seguro que van a ser criados con el mismo amor y dedicación de sus padres que si hubieran nacido sin ese recurso médico. Tengo casos de padres creyentes, tengo también de ateos, tengo los que han tenido uno y los que han tenido dos, tengo también una madre soltera y una madre casada con otra mujer, y en todos los casos lo único que veo en esas familias es amor, cariño, responsabilidad y mucha educación. No me ocurre eso en todas las familias que engendran a sus hijos naturalmente, para desgracia de esos niños.
¿Quién es Demetrio para ofender a esas personas diciendo que sus hijos son fruto de un aquelarre químico? ¿Aquelarre? Vámonos a la RAE: Junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición. Es decir, que como el aquelarre es químico los brujos y brujas son los médicos que movidos por el demonio practican las artes de la superstición. Perfecto Demetrio, me cabe la duda de saber si la figura de macho cabrío la ejerce el padre de la criatura. Aquí pilla repaso hasta el apuntador. Demetrio no se meta con los niños, métase conmigo que tengo las espaldas muy anchas y me sé defender.
Y ya puestos, ¿cómo sería la concepción de Demetrio? Porque ahí sí que actuó el demonio, imposible que nazcan criaturas tan malas si no es así, ¿y el parto? Parir algo que tiene esta forma de atacar al prójimo debió de ser duro, los creyentes sensatos se estarán preguntando dónde estaba Dios que permitió que semejante energúmeno viniese al mundo.
Demetrio es un ser frustrado, como muchísimos de los que sufren una castración psíquica, hablan de lo que no saben, ya ves, Demetrio hablando de familia, de hijos, ¿qué sabrá la criatura? Lo mismo que cuando habla de sexualidad, como mucho sabrá lo que ocurre en un prostíbulo, que no se debe descartar esto tampoco, no es mía la frase que decía que los prostíbulos están llenos de sotanas. Y esta castración le provoca ese odio hacia la mujer, a la que considera inferior, ayer decía: Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. Ahí en la casa que es donde tiene que estar, toma ya. Mientras que al varón lo ve así: Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa. Y luego nos reímos con las famosas frases de Rajoy, claro que las del líder popular son líos de palabras y las de Demetrio son frases malintencionadas y homófobas. Me pregunto, ¿Demetrio es muy varón o no es muy varón? Lo digo para comprender cómo va su casa, el obispado.
Ayer muchos cristianos me decían que Demetrio no los representa, que sentían vergüenza de la cartita y de él, que la iglesia no es el obispo y que seguro que el Papa Francisco no opinaba igual. Eso quiero pensar, por eso sería estupendo que desde el Vaticano pusieran en su sitio, que es la calle, a este monstruoso ser.
¿Actuarán el Observatorio de la mujer, el Instituto de la mujer y todas las entidades anexas a la mujer contra Demetrio? No les faltaría razón, desde luego, y no creo que pleno siglo XXI estas tesituras se sostengan. ¿¡Qué Pedro Sánchez insultó a Rajoy por llamarlo indecente!? ¿Entonces Demetrio qué ha hecho? ¿Se le puede llamar al obispo ruin, mezquino y miserable? Muchas incógnitas que no dejan de ser preguntas retóricas para los biennacidos, y todos los niños que nacieron gracias a los avances de la ciencia médica lo son. ¡Ay la ciencia! Esa peligrosa Caja de Pandora para las religiones y que para Demetrio supone el enemigo público número uno… o dos, antes puede estar la Mezquita de Córdoba.